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Mi familia es una de las mas antiguas de nuestro mundo. Algunas de mis antepasadas, nacieron dotadas con dones. Se dice que cuando una mujer Di'Giotanno nace, es porque la Diosa de la Luna tiene un plan B. Usualmente en nuestra familia solo nacen hombres. Soy la ultima, de un largo linaje de lobos con rango platino. Esa es la razón principal por la que mi familia se ha quedado en la manada "suave amanecer" casi cien años. La cacería. Solo las mujeres Di'Giotanno son benditas. Los hombres pasan el gen dormido. Durante muchos años, las mujeres de mi familia fueron cazadas y se adueñaron de ellas, aprovechandose de sus dones para fines egoístas. ¿Podré cambiar el destino de mis antepasadas? ¿Seré capaz de estar a la altura de lo que la Diosa de la luna espera de mi?
PDV. Isabella Di'Giotanno
Siempre creí que era diferente. La mayoría de nosotros cambia por primera vez alrededor de los diez años. Recuerdo que, tanto el alfa Patrick como su Luna Ayme, esperaron expectantes mi cambio. Al contrario de lo que ocurre en la mayoría de las manadas, en ésta, mi madre es la beta. Esta manada es originalmente de nuestra Luna, pero ella la transfirió al alfa cuando tuvo a su primer cachorro: Eric.
El Alfa no quiso cambiar la jerarquía, ya que la manada funcionaba a las mil maravillas. Su gente es organizada, trabajadora y muy empática. Nuestra filosofía de vida es "no hagas a otros lo que no quieres que te hagan", por lo tanto, todos buscan tener su mejor comportamiento, bajo cualquier circunstancia. Somos una manada tranquila, que siempre dialoga para resolver los conflictos. Aquellos que no comparten nuestra forma de vivir, usualmente se van de la manada sin que el alfa se los pida.
Nuestra gente, a pesar de ser una manada tranquila, es aguerrida. Entendemos que la paz siempre debe venir primero, pero hay que estar preparados para la batalla, ya que no sabemos cuando se puede desatar una guerra. Es por eso, que todo miembro de la manada debe entrenar, sea niño, adulto, anciano, hombre o mujer. El entrenamiento es obligatorio desde la escuela primaria, secundaria e instituto.
Mi madre, es una mujer ruda. Luchó con todo lo que tenía para probarle a todos que era LA mejor para el puesto. Y tenía razón. Es la mano derecha del alfa. Nuestra manada la quiere y la respeta por lo ruda, esforzada y ejemplar que es. Generalmente, no hablo de papá. Eso, será una historia para otro día. No pregunten.
Así que como era de esperar, todos querían ver mi cambio.
Jamás olvidaré la cara de decepción de mi madre cuando no cambié. Aunque solo fueron dos segundos, ese tiempo fue suficiente para marcarme. El Alfa me miró con cara de lastima, pero su Luna me abrazó y reconfortó. Recuerdo que me dijo: Tranquila Isa, está bien... Solo eres una loba cambiante tardía. Tu loba ya llegará. Hueles como una. Como toda mujer importante, ella se hace esperar. Quizás venga cuando cumplas los dieciocho años.
Observé atentamente al Alfa y vi como asentía a las palabras de su mujer. Luego mire a mi madre y una sonrisa adornaba sus labios, acompañada de un: "tranquila mi niña. Como dijo nuestra Luna, tu loba si llegará. Sabíamos que esto podía pasar. Recuerda que en nuestra familia ya ha pasado antes”.
Claro, entiendo que sus palabras buscaban ser tranquilizadoras y traer consigo un atisbo de esperanza en el porvenir, pero fueron todo lo opuesto. Sabía que, al no cambiar a los diez años, las posibilidades de ser una loba con dones aumentaban.
Mi familia es una de las más antiguas de nuestro mundo. Algunas de las generaciones anteriores a la mía, nacieron dotadas de dones. Se dice que cuando una mujer Di'Giotanno nace, es porque la Diosa de la luna tiene un plan B.
Usualmente en nuestra familia solo nacen hombres. Soy la última de un largo linaje de lobos con rango platino. Esa es la razón principal por la que mi familia se ha quedado en la manada "suave amanecer" casi cien años. La cacería.
Solo las mujeres Di'Giotanno son benditas. Los hombres pasan el gen dormido. Durante muchos años, las mujeres de mi familia fueron cazadas y se adueñaron de ellas, aprovechando sus dones para fines egoístas. Hubo una época en que eran muchas. Algunas eran elementales (podían manejar todos los elementos) otras eran sanadoras, otras empáticas (cambiaban las emociones con un solo toque) y las convergentes (aquellas que tenían todos los dones de las demás).
Sus características esenciales eran la pureza y la bondad. Vivir en un mundo dominado por el poder y la avaricia, no fue un hogar cariñoso para mis antepasadas. Solo la cacería cesó, cuando se mudaron a esta manada. Su gente prometió defendernos hasta su último aliento. Y así se ha mantenido por cien años.
Al no cambiar a los diez, tampoco se me permitía participar de "La Valoración", el cual es nuestro sistema de evaluación de las capacidades lobinas. Se nos mide por velocidad, fuerza, agilidad, estrategia y defensa. Es una prueba individual frente a un panel de cinco expertos. Varían todos los años para evitar el fraude.
Cada año, todos los lobos de dieciséis años se reúnen en una manada al azar. Este año, nuestra manada es la encargada de acoger a todos los candidatos del país. En base a los resultados, nos dan un rango.
Están los de rango platino, los cuales obtienen calificación perfecta en todos los ítems. Este rango generalmente está destinado a la realeza y alguno que otro militar o alfa, excepcionalmente dotado.
Los de rango oro son aquellos que obtienen calificación 4/5. Está destinado a que, los alfas hombres y mujeres alfas, lo obtengan y rara vez algún beta: Mi mamá es la excepción a esa regla. ¿Qué les dije? ¡Mujer ruda!
Los de rango plata: 3/5. Destinado a los betas. Son los segundos al mando de cualquier manada.
Los de rango bronce 2/5. Destinado a las gammas, es decir, nuestros mejores guerreros.
Los de rango acero 1/5. Son los deltas. Ellos, son nuestros patrulleros o cualquier miembro regular de la manada.
Aquellos que no obtienen ninguna calificación perfecta son de rango madera, generalmente los omegas. Ellos son la base de nuestra jerarquía. Al ser los más débiles, la manada los protege con más ferocidad y ellos retribuyen la protección con trabajo duro.
Una vez que sabes tu rango, el alfa de cada manada decide si te transfiere a otra o te dan alguna tarea especifica. Durante todo el tiempo en que el alfa ha estado a cargo, no ha habido nadie transferido a otras manadas, pero si hemos recibido nuevos miembros en los últimos años.
Cada rango está marcado con un tatuaje en la muñeca derecha del color de tu nivel. Todos los jóvenes menores de dieciséis años son lobos sin rango.
Y ahí estaba yo. Una mujer de casi dieciocho años, sin lobo ni rango. Que fracaso.