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Amo de la oscuridad

Amo de la oscuridad

4.9
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Tras haber perdido a su hermana e hijo, YongHa fue asesinado junto a ellos, despertando así 20 años después como un ser completamente diferente, siendo inmortal. Mismo rostro, mismos recuerdos, pero diferente clase social. A pesar de ya no poseer a su amado hijo y hermana, YongHa tiene algo en mente y es tomar venganza contra el asesino de su familia, el rey Soon. Pero al hacerlo, tomará como prisionera a la princesa SuHee, y terminará enamorándose de la hija del hombre a quien ha jurado destruir.

Capítulo 1 Capitulo 1

Creí que todo permanecería de esta manera por siempre; una familia fue lo que siempre deseamos mi hermana JinHa y yo. A pesar de ser dos jóvenes de tan solo 22 y 24 años, ambos decidimos permanecer juntos desde el momento en que nuestros padres fallecieron cuando yo tan solo tenía 16 años. Mi mente siempre divagó en aquellos recuerdos de cuando solíamos vivir con nuestros padres, recuerdo perfectamente que solíamos ser felices a pesar de ser unos simples campesino.

Mi madre murió dos años despues que mi padre, dejándonos a mi hermana y a mí completamente solos.

JinHa, tuvo su primer amor a la edad de 22 años, conoció a un hombre el cual se valió de una buena apariencia y engañó a mi hermana con sus dulces palabras llenando su mente de falsas promesas y mentiras. Tiempo después el decidió marcharse al enterarse que mi hermana estaba esperando a un hijo en su vientre.

Ambos decidimos apoyarnos mutuamente, ya que yo no soy una excepción. Mi esposa decidió abandonarme tan pronto dió a luz a mi hijo Yeong, alegó que merecía vivir como una noble y decidió marcharse para ser la concubina de un noble señor. Pude comprenderla perfectamente, ya que yo soy un campesino y nunca podría darles o asegurarles caros ornamentos, hanbok o tan siquiera un dwikkoji de oro. Pero, aún así, debo admitir que sufrí en el momento en que ella decidió marcharse, dejando en mis brazos a una pequeña criatura el cual era mi hijo.

Ella decidió marcharse a mis 20 años, dejándome a cargo de mi actual hijo que ahora posee 4 años.

A pesar de su partida, me encargué de criarlo de buena manera a pesar de temer al no poder darle los lujos que cualquier niño quisiera tener; por lo tanto, me esforcé trabajando lo más que podía para asegurarme de sustentar a mi hermana e hijo.

—¡YongHa, ven aquí!—.Exclamó con alegría mi joven hermana quien acariciaba sutilmente su abdomen, pues se encontraba en la espera de su primer hijo.

Ella es una hermosa mujer de cabello castaño y piel blanca, con un celestial rostro como si se tratara de una diosa. Jinha y yo heredamos la belleza de mi madre, ambos somos muy parecidos.

JinHa y yo solo nos tenemos el uno, para el otro.

Algunas veces solemos hablar sobre lo desdichados que somos cuando se trata del amor.

—¿Qué ocurre?, ¿Te encuentras bien?—Tomé su mano—¿Deseas comer algo delicioso?

—No exageres YongHa, mi bebé suele ser un niño muy tranquilo—Sonrió acariciando su abdomen—Solo te llamaba porque Yeong desea verte.

Observé a mi lado encontrando a mi pequeño hijo de tan solo 4 años quien me observaba en silencio. Es un niño muy silencioso y suele estar muy cerca de mí a todo momento. Siempre suele preguntarme sobre su madre, pero le miento diciéndole que ella se encuentra en un largo viaje y que vendrá en cuanto cumpla suficiente edad.

Supongo que es una mentira bondadosa.

—¿Qué ocurre Yeong?, ¿Quieres venir con papá?—.Le pregunté manteniendo una gran sonrisa en mis labios mientras tendía mis brazos hacia el.

—Quiero ir con papá—.Respondió corriendo a mis brazos tomándolo para levantarlo en el aire haciéndolo reir.—¡Papá caballito!—Exigió levantando sus manos en el aire.

Reí bajo e inmediatamente lo subí a mis hombro y comencé a correr simulando ser un caballo mientras Yeong reía frenéticamente y se aferraba a mí. Pero, me detuve al escuchar la voz de una joven mujer quién llamó a mi nombre regalandome una sonrisa mientras sostenía en sus manos un pequeño jarrón de barro.

—Oh YongHa ¿Cómo te encuentras?—.Preguntó ChiSoo, la esposa de GaYeon, una mujer de mi edad de cabello negro al igual que sus ojos y de una pálida tez. Ella acarició el cabello de Yeong mientras le regalaba una sonrisa.

Ella posee la marca de una serpiente en su mano, la cual me indica que pertenece a algún tipo de clan. Aúnque no sé nada referente a ello, siempre he estado interesado en ese tipo de temas, ya que me gustaría saber de dónde proviene. También, su esposo GaYeon posee la misma marca, pero en su pecho. Al parecer suelen poseerlas en diferentes lugares.

—Oh ChiSoo, estoy bien, ¿qué hay de tí?—Observé su abdomen—Parece que pronto saldrá—.Le dije debido a su embarazo.

—Bueno, solo espero unos días para tenerla entre mis brazos.

—¿tenerla? ¿Acaso estás esperando a una niña?—.Le pregunté

—Estoy segura que es una niña.—Afirmó confiada, haciéndome creer en sus palabras, pues ha adivinado muchas veces el sexo de otros niños.

—Espero que haya pensado un buen nombre para ella.

—¡Lo he hecho! eligí un hermoso nombre para ella.

—¿Podría decírmelo?

—SuHee, ese será su nombre.

—Wow, has elegido bien.—Sonreí, pero recordé que no puedo dejar tanto tiempo a JinHa a solas— Lamento tener que dejarte, pero tengo que ir con mi hermana, no me gusta dejarla sola por mucho tiempo, ya que está embarazada y suele afectarle un poco la soledad.

—Oh, descuida, de igual manera iré a visitarlos. Al fin y al cabo vivimos en la misma aldea, solo a dos casas de ustedes.

Le sonreí y asentí con mi cabeza e hice una reverencia mientras comenzaba a caminar hacia la casa en compañía de Yeong, quién se encontraba dormido en mis brazos; al entrar a casa haJin esperaba por mí mientras servía la cena en nuestra mesa. Desperté a yeong y me senté con ellos a tomar nuestra cena.

—Oh YongHa, ¿Se ha portado bien yeong?—.Me preguntó colocando la cena ante mi

—Por supuesto, Yeong es un buen niño—Sonreí.

—¡Papá prueba esto!—.Yeong llamó mi atención al sostener en su mano un poco de arroz el cual llevé a mi boca y comí de el mientras sonreía.

—¡Está muy bueno!, Tu tia es una gran cocinera!—.Exclamé alegremente dedicandole una sonrisa.

Las horas comenzaron a transcurrir haciendo que el anochecer llegara rapidamente. Yeong se encontraba dormido en los brazos de JinHa, lo que hizo que formara una sonrisa en mis labios, pues sabía que ellos eran lo único que poseo.

Me coloqué de pie y caminé hacia JinHa tomando a Yeong en mis brazos para luego colocarlo cuidadosamente en la cama evitando despertarlo de su plácido sueño. Una vez más, me dirigí hacia JinHa y tomé asiento ante ella entablando una conversación.

—¿No irás a dormir?—.Le pregunté al verla sumergida en sus pensamientos, me preocupaba cada vez que la veía de esa manera, pues solía actuar así cuando estaba al borde de las lágrimas, pero su respuesta fue muy tranquilizante.

—En unos momentos, estaba pensando en nuestros padres—.Respondió con un suave tono de voz fijando su mirada en mí—Tambien en aquellas historias que solían contarnos, ¿Las recuerdas?—.Me preguntó.

dudé por unos minutos mientras indagan en mis pensamientos intentando adivinar a qué se refería, nuestros padres solían contarnos muchas historias fantasiosas las cuales nos permitan dormir tranquilamente.

—Uhmm, ha decir verdad no estoy seguro a qué te refieres. Nuestros padres solían contarnos muchas historias ¿lo has olvidado?—.Le pregunté de vuelta colocando mi mano en mi mejilla mientras colocaba mi codo en la pequeña mesa de madera oscura.

—La de las gemas, siempre me fue interesante esa historia—Dijo haciéndome recordar perfectamente aquella fantasiosa historia—Aunque parecía ser mentira, me gustaría volver a escucharla nuevamente

—Podria contartela si así lo deseas—.Le sonreí.

—Oh, bien, puedes empezar—Respondió poniéndose cómoda en su asiento.

Aclaré mi garganta colocando mi mano sutilmente en mis labios haciendo reír a JinHa, siendo seguida por mí. Pero, tras nuestra risa haber cesado comencé a hablar sobre ella.

—Nuestros padres solían contarnos, sobre 5 gemas existentes en el mundo. Estas son la gema roja, blanca, dorada, azul y negra; La perla roja representa la gran fuerza, la de color blanco la luz, la dorada la avaricia, la azul el poder y finalmente la negra, la cual representa la oscuridad. Mi madre nos hablaba sobre cada una de ellas cuidadosamente, decía que eran gemas importantes las cuales podían otorgarnos la inmortalidad y también grandes poderes, decía que cada una poseía forma y poderes diferentes. La roja domina el fuego, la blanca la luz, la dorada el viento, la azul el agua y la negra la oscuridad. también poseen diferentes formas al usar sus poderes, pero, los únicos que pueden lograr tomar formas animales son los portadores de la gema negra y blanca , un dragón mitologíco y una serpiente blanca, ya que al momento de la creación de dichas gemas, la gema negra y blanca fueron destinadas a permanecer juntas, ya que sus portadores juraron permanecer juntos por toda la eternidad, sellando un pacto de amor entre ambos haciendo que se mantuvieran juntas la luz y la oscuridad. Dicen que ambos dueños siempre se encontrarán en cualquiera de sus vidas en cualquier circunstancia y permaneceran juntos sin importar que.

—Wow, siempre suena fascinante ante mis oídos, pero... ¿Qué ocurre con ellas?

—Bueno, cada una suelen elegir a su próximo dueño durante mucho tiempo, este puede ser un simple humano el cual despertará si es elegido por ella, por lo tanto poseen grandes riquezas y también familiares los cuales son criaturas sobrenaturales. Mi padre decía que ellos provenia desde nuestros ancestros y que no había una criatura con más lealtad que los familiares portadores de las gemas. Las gemas solo responderán ante su único y verdadero dueño.

—Era un poco extraño que mis padres dijeran que uno de sus decendientes sería elegido por la gema, aunque suene ridículo, siempre he pensado que eres tú, ya que el portador de la gema de la oscuridad siempre será un hombre.

—¿Quién sabe? puede que cambie de idea y sea una mujer—Reí—Además, ¿Porqué crees en esas cosas? nunca hemos creído en esas cosas.

—B-bueno... yo... creo que sí es cierto lo que decían nuestros padres...

—Jinha, ¿porque creerías algo tan absurdo?—Le pregunté

—Mis padres te dieron una gema de color negro, ¿lo olvidas?

—Es solo una gema, no es como si ellas pudieran dar poderes—Suspiré—Ahora vé a dormir,

—Piensa un poco YongHa, siempre has sido tan incrédulo, puede que mis padres hayan tenido razón, y sabes que es así.. si no ¿Porqué guardas esa gema?—Dijo con molestia en su voz.

—Fue un regalo de nuestros padres. Vé a dormir JinHa, quiero que te encuentres bien—.Le sonreí

—Está bien, iré a descansar ahora—Se colocó de pie y tras despedirse de mí se marchó hacia la habitación.

Esperé por varios minutos sumergiéndome en mis pensamientos; Quizás nunca haya creído en la existencia de esas gemas, y de aquella historia que solía contarnos mis padres. Pero es cierto, guardo esa gema por ser un obsequio de mis padres el día de mi cumpleaños.

Me coloqué de pie y caminé hacia la esquina de la habitación en la cual me agaché y levanté aquellos viejos tablones de madera encontrando bajo ellos aquel escondite en el cual solemos guardar cosas que consideramos importantes; tomé el pequeño joyero y saqué de el aquella gema de extraña forma de color negro, la aprecié en mis manos preguntándome si de verdad existía algún tipo de poder en ella.

—No pienses tontería YongHa, si fuese cierto, ya habría sido elegido por ella—.Mucité, algo en mi quería confiar que era cierto, y debo admitir que algunas veces deseé que fuera cierto, ya que quería darle a mi hermana e hijo buenos lujos.

Dejé escapar un suspiro y la guardé en mi traje para luego irme a dormir. pero en cuanto lo hice, la voz de un hombre hizo que abriera mis ojos y observara por toda la habitación sin encontrar nada en ella, pero una vez pude escucharla.

—Mi señor...—Dijo una ronca voz haciendome colocar de pie y caminar saliendo de la habitación en su búsqueda. pero al no hallar nada, me quedé de pie pensando que había sido mi imaginación o talvez algun noble pasó por el lugar con algún sirviente. Pero al querer volver a la habitación una silueta completamente negra se encontraba en una esquina de la habitación dejándome ver sus grandes y rojizos ojos, lo más aterrador de aquella cosa era que no poseía rostro alguno, solo era una sombra.

evité gritar debido al terror al verla, pero en segundos aquella cosa desapareció ante mí haciendo que mi pulso se acelerara; intenté mantener la calma, ya que está no era la primera vez que la veía. La primera vez que ocurrió fue cuando colocaba el hanbok de Yeong, al mirar a mi lado esa sombra se encontraba a mi lado y puedo asegurar que no fuí el único que pudo verla, ya que mi hijo mantenía su mirada en esa cosa mientras reía, así que lo tomé en mis brazos rápidamente.

Yeong tenía solo 1 años cuando esa cosa apareció ante mí.

Me relajé nuevamente, ya que por alguna razón sabía que aquella sombra no nos haría daño. Volví a la habitación y me dejé caer en la cama para segundos después quedarme dormido.

A la mañana siguiente como de costumbre, desperté a tempranas horas y me despedí de mi hermana e hijo y comencé a dirigirme al mercado para comenzar con mi trabajo. Pero, algo llamó mi atención; un extraño susurro invadió mis oídos, como si este hubiese sido muy cerca de mí.

“Mi señora ha venido al mundo” fue lo que pude escuchar, así que observé a todos lados sin encontrar a nadie cerca de mí, las personas a mi alrededor se encontraban conversando entre sí y otras se saludaban de paso. Por lo tanto pensé que había sido mi imaginación, o talvez escuché la conversación de alguien más.

—¡YongHa!—.Exclamó una voz familiar llamando a mi nombre, al verlo pude ver qué se trataba de GaYeon, el esposo de ChiSoo.—¿Adivina qué? mi esposa ha dado a luz, y tenía razón una vez más—Rió—Ha dado a luz a una hermosa niña, heredó la belleza de su madre, tienes que verla ahora mismo.—Dijo con una felicidad contagiosa.

—¡Oh, una niña!—.Le dije sonriendo mientras lo seguía.

Al llegar a su hogar pude encontrar a ChiSoo sujetando en sus brazos a una hermosa bebé de piel blanca y cabello negro, quién mantenía sus ojos cerrados mientras su madre la sujetaba en sus brazos; me acerqué a ella cuidadosamente y acaricié su suave mejilla, ella inmediatamente abrió sus ojos y por unos segundos me pareció ver un pequeño brillo de color verde en ellos, lo que hizo que la viera de una manera extraña.

—Wow... Felicidades ChiSoo, ha tenido una hermosa niña.

—Estaba en lo correcto, es una niña—.Sonrió.

—P-por simple curiosidad...¿Podría saber dónde posee su marca?

—Su abdomen, la posee en su abdomen. Es bueno que lo sepas ahora, YongHa—Dijo confundiendome con sus palabras, pues no sabía a qué se refería con lo que había dicho, por lo tanto decidí cambiar la conversación rapidamente.

—¡Yeong ha conseguido una novia!—.Exclamé alegremente.

—Shhh no seas ruidoso YongHa, la harás llorar—Me silenció GaYeon cubriendo mi boca.

—Oh, lo siento—.Me disculpé—Me he emocionado un poco. Pero, nunca haría llorar a una hermosa niña—.Sonreí a lo que GaYeon asintió con su cabeza dando pequeñas palmadas en mi espalda

—Tienes razón, YongHa, estoy seguro que no harás llorar a mi niña. Ella será una buena esposa.

Asentí con mi cabeza aún más confudido y sonreí; minutos después me dirigí a trabajar, al llegar al mercado me aseguré de atraer a los compradores, pero uno de ellos se detuvo ante mí; pude observar sus pies encontrando un hanbok de color azul y blanco el cual me indicó que era un noble, debido a la seda de su ropa, así que dirigí mi mirada hacia el al pensar que venía a buscar problemas y sería yo quien perdería al ser un campesino, pero al verlo, pude darme cuenta que este cubría su rostro con un sombrero gat mientras unas sedas de color negro cubrían su rostro; este tendió su mano hacia mí mientras se agachaba ante mí.

—¿desea algo?... no es muy común que un noble se interese en estas cosas ...

—Solo quería verlo, ¿Podría tomar esto como un obsequio de mi parte?—.Dijo abriendo su mano hacia mí dejándome ver varias perlas de color blanco con un hermoso destello.

—¿Obsequio? me disculpo señor, pero creo que me está confundiendo de persona.

—Solo tómelo, es un gusto poder encontrarlo, señor .

Aquel extraño hombre colocó en mi mano aquellas perlas las cuales parecían tener un gran valor, pero lo observé alejarse pensando que me había confundido, ¿Porqué un noble usaría honoríficos con un campesino? Además ¿Porqué me ha dado un regalo como este? y... ¿Quién demonios era el?

Las horas pasaron y el atardecer había llegado, el mercado comenzó a llegar y cada vez con menas personas, así que decidí recoger mis pertenencias y marcharme de vuelta a mi hogar; observé mi mano aún con las perlas en ella, pero recordé que JinHa había soñado con usar un hermoso hanbok de seda de color rosa y también deseó poder comprar uno para mí hijo, así que caminé hacia un mercader y observé los hanbok que se encontraban allí. Uno de color rosa llamó mi atención, pues sabía que era el color favorito de JinHa, me acerqué tímidamente hacia el mercader quien me observó por unos minutos

—Oh YongHa, ¿vienes por algo para tu hermana?

—Bien... Yo me preguntaba si podría llevar aquel hanbok—.Le indiqué señalando con mi dedo—A mi hermana le gusta el color rosa, así que... quisiera saber si esto podría costear su precio—.Tendí mi mano hacia ella quien abrió sus ojos con sorpresa.

—¿De dónde sacaste eso?... Parecen ser aquellas antiguas perlas que suelen dar las sirenas... No, no puede ser posible...¿D-de donde la has sacado?

—Oh... bueno... me las ha dado un extraño hombre en el mercado.

—¿Él cubría su rostro?—.Me preguntó tomando mis manos a lo que asentí con mi cabeza—Ya veo... estás parecen ser muy valiosas, tan solo mira su color...

—¿A qué se refiere?, nunca antes había visto a aquel hombre el solo me entregó varias de ellas.

—¡¿Varias?! wow... has sido afortunado, normalmente ese hombre suele entregar una perla simple a quienes el desee, pero a tí te ha dado varias y además por su brillo puedo asegurar que son aún más valiosas... Te contaré, en el pueblo suelen decir que hay un hombre el cual aparece desde hace muchisimo tiempo, otorgando perlas a quien crea que posee corazón puro, por lo tanto deducimos que es alguna criatura del mar, aunque esas perlas suelen darlas las sirenas.

—Y bien... ¿puedo llevar los hanboks? También quiero uno para mí hijo—.Pregunté al escuchar su absurda historia.

—¡Por supuesto, puedes llevártelos!

Asentí con mi cabeza mientras sonreía; si ella ha dicho que son perlas valiosas entonces podré darle buena comida y ropa a mi familia.

Con ese pensamiento en mi mente tomé los hanboks los cuales fueron envueltos en finas sedas y caminé hacia mi hogar alegremente, sabía que a JinHa y Yeong le alegraria recibir un regalo como este; Dejé escapar un suspiro mientras me acercaba a la aldea.

Deseé ser recibido por Yeong y JinHa, y pensé en sus rostros de felicidad al saber que traía un obsequio para ellos; pero mi corazón se detuvo al ver a un grupo de personas con un extraño uniforme el cual reconocí rápidamente, se trataba de los soldados del rey Soon. Ellos se encontraban en la casa de ChiSoo y GaYeon con sus espadas llenas de sangre, algunos cadáveres yacian en el suelo y las personas a mi alrededor corrían con desespero; fijé mi mirada en el suelo al reconocer el cadáver de ChiSoo quien se encontraba ensangrentada en compañía de su esposo GaYeon.

El horror invadió mi cuerpo al verlos y me pregunté repetidas veces ¿qué había ocurrido con ambos?, pero una vez más sentí mi cuerpo horrorizarse al ver hacia mi hogar y encontrar en la entrada de este un charco de sangre lo que provocó que sintiera náuseas al pensar que algo le había ocurrido a mi preciada familia; Corrí sin detenerme y entré rapidamente a mi hogar mientras mis pies se empapaban de la sangre que invadía el suelo, pero al sentirlo observé hacia el suelo con horror encontrando en este el cuerpo de JinHa y Yeong en el suelo. Sentí mi corazón detenerse y sin pensarlo me acerqué a ellos mientras escuchaba un bullicio proveniente de la habitación, pero sin importarme acerqué mi mano a sus cuellos intentando sentir el pulso en ellos, pero al no tener resultado alguno acerqué mi oído a sus pechos sin escuchar los latidos de sus corazones y sin tan siquiera escuchar su respiración o la calidez de sus cuerpos

—¡JinHa, Yeong!—.Grité mientras lloraba aferrado a sus fríos cuerpos—Porfavor... qué esto sea un sueño... ¡JinHa, Yeong porfavor!—Supliqué sintiendo como mi pecho dolía al saber que ambos estaban muertos. No podía creer que esto estuviera ocurriendo, hace varias horas ambos se encontraban con vida, pero ahora yacen en mis brazos sin vida. Me pregunté varias veces que había ocurrido y supuse que un grupo de bandidos había atacado a la aldea, pero recordé los uniformes de los soldados los cuales me indicaron que provenían del palacio real.

—Vaya, que ruidoso... ¿Quién eres tú?—.Preguntó un soldado mientras arrastraba su ensangrentada espada y caminaba hacia mí.

—¿Q-qué le has hecho a mi familia?

—¿Acaso no lo ves?—Rió—Estan muertos

—No, no, no... Ellos están bien...—Dije intentando convencerme mientras sujetaba con fuerza sus cadáveres.

—Tch, llevan varios minutos desde que han fallecido, los asesiné yo mismo.—Sonrió—¿Qué es eso?—.Señaló al paquete cubierto de seda en el cual se encontraban los obsequios para ambos—¿Seda? ¿Has robado? Un miserable como tú no podría nunca costear una seda como esta—Dijo abriendo la seda—Oh... que hermosos hanboks... Lastima que nunca podrán usarlos.

Mis lágrimas rodaban por mis mejillas sin detenerse, sabía que había perdido a mi familia y que nunca podría traerlos de vuelta, mi pecho no dejaba de doler y la ira recorrer mi cuerpo no entendía el porqué me habían arrebatado a mi familia de esta manera y que deseaban. Así que saqué de mis bolsillos aquellas perlas y las arrojé al suelo al pensar que era dinero lo que quería, pero el soldado comenzó a reír y tomó una de ellas para luego verme con sorpresa.

—Oh... fuiste visitado por el portador de la gema azul... No sabía que podías mantener contacto con alguno de ellos... al menos que tú...

—¿Quién te ha enviado? ¡¿Quién mierda eres tú?!—.Le grité furiosamente mientras me colocaba de pie observando mi ropa empapadas de la sangre de mi hermana e hijo, y sin pensarlo tomé la espada que se encontraba en el suelo

—Un simple soldado, y me ha enviado el rey Soon. Tu debes ser... Yongha, ¿No es así?

Guardé silencio al escuchar mi nombre, ¿Porqué el rey se interesaría en alguien como yo?. Levanté la espada hacia su dirección inútilmente; este golpeó fuertemente mi estómago haciendo que me inclinase al no poder respirar, mis lágrimas caían sin detenerse al la realidad golpearme con la muerte de mi única familia... Mi hermana JinHa... Mi hijo Yeong y mi sobrino que se encontraba en el vientre de su madre.

—¿Eres YongHa?, Solo vengo por YongHa... A los oídos del rey Soon llegaron los rumores de que un simple campesino de nombre YongHa tenía en su poder un podero un tesoro, por lo tanto hemos llegado a este lugar, ya que creo... Qué tú... Eres el único YongHa en esta... Asquerosa aldea.—Levanté mi mirada una vez más hacia el, quién guió su pie a mi rostro dando una patada en el.—¿Cómo te atreves a mirarme de esa manera, maldito desgraciado?—Llevó su pie a mi cuello evitando que pudiese respirar—Tu familia alegó que no sabían de la existencia de ese tesoro. Pero se que mentían... Tuve que acabar con sus vidas porque no tolero las mentiras—Rió—Tenias que haber visto el rostro de esa mujer cuando asesiné primero a ese niño.

Mis ojos se abrieron con horror mientras luchaba contra el, quién parecía tener una gran fuerza, pero instintivamente tomé la espada al sentir la ira correr por mi cuerpo; llevé la espada con fuerza enterrandola en su pierna haciendo que el soltara un quejido de dolor . Sin dejarlo reponerse llevé la espada repetidas veces hacia el haciendo que su sangre salpicara mi rostro y sin importarme sus gritos de dolor me encargué de acabar con su vida.

Pero en tan solo segundos un grupo de soldados se acercaron a mí y me apuntaron con sus espadas.

—¡Asesinó al general... ¡Un maldito campesino asesinó al general!

—¡Atrapenlo!

Rápidamente los soldados se abalanzaron a mi siendo heridos por el filo de la espada; pero me ganaban en cantidad y fuerza... así que me sostuvieron entre dos de ellos mientras un hombre de piel blanca y cabello marrón al igual que sus ojos se acercaba a mí sosteniendo una espada en sus manos.

—¡Mi señor!—.Exclamaron con sorpresa los soldados haciendo una reverencia.

¿Rey Soon?... No... El es muy joven para ser el rey.

—¿Dónde está la gema?—Dijo acercandose a mi rostro—¿Sabías que no fue el general quien asesinó a tu familia?—Rió—He sido yo quien los asesinó, y me deleité al ver el rostro de aquella hermosa mujer suplicar por la vida de ese niño.

—¡Maldito seas!—Grité y escupí su rostro recibiendo un fuerte golpe en mi rostro.

Pude observar como varias gotas de mi sangre caían al suelo.

—¿No te bastó con que asesinara a esos miserables?—.Dijo con una cínica sonrisa en sus labios. Una gran fuerza creció en mi, empujé rápidamente a los hombres que me sujetaban, tomé su espada y corrí en dirección de ese hombre. Pero fueron mas rápidos que yo. La espada del hombre ante mí se encontraba en mi abdomen acompaña por otras dos espadas más; mi sangre comenzó a brotar de mi boca e inmediatamente caí de rodillas.

—¡Mi señor, estamos equivocados!, Este hombre no tiene nada que ver con esa gema.—Exclamó un soldado quién entraba a la cabaña.

—¿Es así?, Maldición, he asesinado gente innecesariamente y peor aún, a una mujer embarazada...—Suspiró—Bien da igual, quemen la aldea por órdenes del rey Soon.

—¡Malditos sean!, ¡Juro que acabaré con todos y cada uno de ustedes, malditos desgraciados!—.Grité con mis últimas fuerzas sintiendo como mi sangre invadia mi boca.

—Por supuesto—Sonrió—Vamonos todos ahora.

Observé cómo los soldados salían de lo que alguna vez fue mi hogar; observé el cuerpo de mi hermana e hijo y me arrastré hasta ellos mientras el dolor invadia mi cuerpo y dejaba rastros de sangre en el suelo; finalmente sujeté sus manos y observé el rostro de ambos mientras lloraba desconsoladamente; supe que nunca más podría verlos nuevamente, nunca pude darles lo que se merecían y tampoco pude mantenerlos cerca de mí como habíamos prometido. Lamentablemente no llegué a tiempo para defender a mi familia, por lo tanto me arrepiento de haber sido un completo inútil.

Observé el rostro de Yeong mientras lloraba sin detenerse; llevé mi mano ensangrentada hacia su rostro y cerré sus ojos los cuales permanecian abiertos. Recordé varias de las promesas que el había dicho, y sus palabras diciéndome que le gustaría ser un gran soldado o talvez un importante general. Pero mi vista comenzó a nublarse, sabía que estaba muriendo.

—Lo siento mucho... Lo siento... n-no pude... protegerlos...

Deseé con todas mis fuerzas que tan solo me fuera otorgado la oportunidad de poder ver a mi hijo y hermana con vida. Pero escuché un pequeño sonido como el de un pequeño objeto caer al suelo; observé ante mis ojos aquella gema de color negro la cual me había sido otorgada por mis padres, así que me pregunté cómo había terminado ante mí. Pero instintivamente tomé la gema con mi mano haciendo que su oscuro color destellara y saliera una extraña miasma de color negro de ella acompañada de gemidos de bestias y gritos.

Instintivamente la ira invadió mi cuerpo y llevé la gema a mi boca mientras veía con mi borrosa vista a aquella negra silueta arrodillarse ante mí.

—Mi señor...—Susurró.

Una gran fuerza invadió mi cuerpo, seguido de un gran dolor; rapidamente la habitación comenzó a tornarse oscura como si oscuras almas negras corrieran por la habitación, acompañadas de gritos desgarradores y palabras en un extraño idioma, podía sentir como mi cabeza daba vueltas mientras apretaba mis dientes con fuerza sintiendolos crujir al sentir el gran dolor invadir mi cuerpo; mis jadeos salían de mis labios seguidamente hasta que sentí como una extraña fuerza poseía mi cuerpo. Observé aquella silueta quien permanecia de rodillas ante mí, pero a su lado apareció un hombre de cabello blanco quién repitió la misma acción de aquella sombra.

—Imposible... Mi señor no podría...

—Guarda silencio, el ha sido elegido—Dijo el hombre cabello blanco.

—DoJun... su familia está muerta...

—Espera Yuroh...

—Yeong...—Susurré con dificultadad estirando mi mano hacia Yeong mientras el insoportable dolor hacia que saliera un gran quejido de mis labios sin saber que me estaba ocurriendo.

—Mi señor—.Dijo el hombre de cabello blanco—¿desea que el viva?

—Yeong...—Mucité—P-porfavor...

—No podemos hacer nada por el, ya ha muerto.—Dijo la ronca y gruesa voz de la silueta negra.

Pero una vez más el fuerte dolor se apoderó de mí haciéndome retorcer de dolor mientras mi vista quedó completamente negra y seguido de ello dejé de escuchar lo que decían los hombres a mi lado, pero, aún así podía sentir como frías y multiples manos tocaban mi cuerpo y rapidamente perdí la movilidad de él, y seguido de ello dí mi último respiro.

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