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EN CADA LATIDO.

EN CADA LATIDO.

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Él era como un rayo que había atravesado su débil corazón, cargado de tanta energía destructiva que hizo que su corazón se destruyera en mil pedazos, aún así lo seguían llamando amor. Esta es la historia de Alice y Peter, dos chicos problemáticos que más allá de las apariencias deciden conocerse a profundidad. Pero ¿En realidad hubo amor? ¿Sólo fue una broma del destino?

Capítulo 1 Regreso del verano

Cuando el sol salió supe que era hora de levantarme.

Procedí a ir al baño y luego a mi armario.

Mientras me colocaba el uniforme pude notar ciertas heridas en mi espalda, ya suponía que eran.

En realidad nunca le he tomado importancia a eso, al fin y al cabo, he lidiado 6 años con las apariciones de estas.

Bajé rápidamente a la puerta principal, mientras bajaba vi a mi padre en la cocina, no le tomé importancia y seguí caminando.

- Buen día Alice - dijo mi padre en un tono cortante.

- Hola padre - respondí blanqueando los ojos.

- ¿Vendrás a desayunar? - preguntó.

No respondí nada, le di la espalda y me dirigí hacía afuera.

Los días en los que estaba mi padre eran contados y me acostumbré a no convivir con él, no podía siquiera extrañarlo.

Mientras caminaba vi un BMW rojo dirigirse hacia mi, de inmediato supe que era Matthew, mi mejor amigo.

Suele cambiar de auto cada verano, aunque siempre repite el patrón de que sea color rojo.

- ¿Cómo está la chica más atractiva de la zona? - preguntó.

Sonreí sin decir nada, luego subí a su auto.

Mientras empezaba a conducir me ofreció un cigarro, lo acepté.

Saqué un encendedor que tenía en mi maleta, encendí el cigarro y asomé mi cabeza por la ventana para poder fumar.

- Me hiciste mucha falta - dijo Matthew algo sentimental.

- El hecho de lidiar con mi madrastra y toda esa mierda sólo hizo que deseara verte lo más pronto posible - respondí mientras seguía fumando.

El camino siguió silencioso hasta que llegamos al instituto.

Al ser el instituto más prestigioso de la ciudad era normal ver paparazzis invadiendo la entrada principal al inicio del ciclo escolar.

Matthew y yo decidimos entrar por la puerta trasera, así evitaríamos preguntas molestas de aquellos paparazzis.

En la entrada coincidí con mi vieja amiga Leyna, mientras me acercaba a ella Matthew se despidió y se alejó.

Matthew siempre ha estado enamorado de Leyna, tuvieron un romance en el verano pero las cosas no salieron bien.

Mientras abrazaba a Leyna llegó Karen, mi mejor amiga.

- Así que no es coincidencia que hayamos cogido la misma entrada - dijo Karen mientras se unía al abrazo.

- Desde esa vez que me rodearon y me desmaye por la ansiedad que me dio, quedé con una gran lección - respondí.

Las tres nos agarramos de los brazos y nos dirigimos hacia el auditorio.

- Está noche haré una fiesta de bienvenida en mi casa - dijo Leyna.

- ¿Y tus padres? - preguntó Karen.

- Están en un viaje de aniversario, además, mi hermanastro me cuida - respondió.

- ¿Tu hermanastro? Que confiable - dije sarcásticamente.

Leyna blanqueo los ojos.

- Igual, vendrán todos y ustedes no pueden faltar - mencionó Leyna.

Karen y yo hicimos un gesto de confirmación.

Al llegar al auditorio nos separamos y nos sentamos en sillas lejanas una de otra.

Mientras los directores daban su discurso de bienvenida, me entretuve en el celular.

-Pon atención-dijo Matthew, quien estaba atrás mío.

Agarró mi rostro con sus dos manos e hizo que mi mirada se concentrará hacia la tarima.

"Un día al azar revisaremos las mochilas, si son descubiertos con algo prohibido para portar en esta institución serán expulsados inmediatamente sin posibilidad de cotizar. Será obligatorio aprender un cuarto idioma al finalizar el ciclo y el deporte será parte de ustedes"- dijo el director principal.

- Estás jodida - me susurró Matthew.

Blanquee los ojos sin decir nada.

Estoy segura de que con todo el dinero que dona mi padre es imposible que sea expulsada.

Las clases terminaron y me dirigí hacía la salida, esta vez ya no habían paparazzis.

- Pasó por ti a las siete - dijo Matthew al ritmo que se iba acercando a mi.

Me despedí de él y seguí caminando, luego vi uno de los carros de mi padre acercarse a mi, confiadamente subí y me senté en el asiento del copiloto.

Al observar quien conducía, me llevé una sorpresa al ver que no era mi padre ni el chofer de mi padre.

- Mi padre está enfermo, así que seré el chófer mientras se recupera - dijo aquel hombre.

La verdad no está nada mal, pensé.

- Supongo ya sabrás donde es mi casa - dije sin siquiera mirarlo.

- Nunca la olvidaría, recuerdo cuando jugábamos en el jardín de esta - respondió.

- Espera, ¿eres Thomas? - pregunté impresionada.

Él asintió.

- No te reconocí, de hecho, ni te recordaba - dije aún asombrada.

El camino estuvo silencioso, por el espejo observaba a Thomas, tuvo un gran cambio desde la última vez que lo ví.

Quería seducirlo, así que me subí un poco la falda y subí mis piernas al asiento, de esa manera mis delgadas piernas se lograban ver completamente.

Luego llegamos a mi casa, mientras el portero abría, el auto se detuvo.

- Sé que pretendes - dijo Thomas.

- ¿Qué pretendo? - pregunté ingenuamente.

- Mira, yo te respeto a ti y a tu padre - dijo mientras tocaba mis piernas.

Cuando se iba acercando a besarme, el portero abrió el estacionamiento.

En ese momento reaccioné, bajé mis piernas y me bajé la falda.

Apenas el auto se estaciono, salí rápidamente y cerré fuertemente la puerta.

- Vete a la mierda - grité mientras entraba rápidamente a mi apartamento.

Subí a mi habitación y me acosté en mi cama.

No entiendo porque tomo decisiones tan impulsivas, pero definitivamente no me veía perdiendo mi virginidad con el hijo del chófer.

Recuerdo cuándo éramos niños, todos los días jugábamos juntos, luego empecé a sentir cosas por él y al enterarse mi padre, le prohibió volver a jugar conmigo.

Mientras estaba sumergida en mis pensamientos y recordando cada momento con Thomas, sonó el teléfono.

- Mierda, ya son las cinco - pensé.

Me dirigí al baño a tomar una ducha, luego de una hora, salí hacía mi armario.

Decidí usar un vestido suelto color vino que apenas cubría mi trasero y unas botas negras, me maquille con sombra negra y labial rosa, aquellos tonos hacían que mi piel pálida se viera aún más fría.

Luego de terminar de arreglarme, me apliqué un poco de perfume y bajé a esperar a Matthew.

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Recién lanzado: Capítulo 1 Regreso del verano   11-05 13:01
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