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Los últimos habitantes de la Tierra

Los últimos habitantes de la Tierra

5.0
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Año 2159 Los recursos de la tierra están apunto de agotarse, gracias a la sobre explotación del hombre... Este sería el final de la existencia del ser humano en la tierra, sino fuera porque los gobiernos se unieron y crearon arcas. Unas arcas que surcaran el universo en busca de un planeta habitable. Megan es una mujer de casi cuarenta años ha pasado casi toda su vida entre libros, el día que salen las arcas de la tierra, ella se queda totalmente dormida. Ahora le tocará pasar el resto de su vida sola, en un mundo sin amor, sin risas, sin palabras... Por un maldito descuido, se ha quedado sola en un mundo moribundo. Ducan el chico malo de cualquier película, veinte años recién cumplidos. Por una estúpida apuesta ha perdido la última arca. Su vida se ha ido al traste, todos a los que conocía han desaparecido, nunca volverá a ver la sonrisa de su madre o volverá a escuchar las bobadas de su hermana. Ahora solo le queda una cosa por hacer, intentar sobrevivir en un mundo vacío. Ellos creen que están solos en este mundo, se cruzarán sus caminos, encontrarán más humanos o serán los únicos habitantes de la Tierra.

Capítulo 1 Capitulo 1

Día 1 después de la partida de las Arcas.

Año 2159

Megan

Todavía no asimiló que mi vida va a terminar vacía y sola, no gano nada quedándome aqui, buscaré un lugar en el campo creo que será más fácil una vida allí. Viviré en la naturaleza y no rodeada de cemento y hormigón. Estar en contacto con la naturaleza será mejor que vivir aquí sola, quizás me pueda hacer con algún animal, así mi existencia será más llevadera.

Está mañana he estado deambulando por la ciudad. He conseguido un camión, víveres, cosas para el aseo personal y medicinas. Al principio sentía miedo. Era como si estuviera robando, pero después he pensado que no es robar si no hay a quien robarle.

Igual llevo demasiadas cosas, no lo sé! pero todo lo que llevo es de larga duración, si consigo que todo me dure varios años. Habré hecho un gran logro. Sobrevivir!

Lo peor de todo es no tener electricidad, ni agua corriente, por eso he conseguido un generador y bastantes latas de gasolina. En cuanto encuentre un lugar en el que instalarme buscaré más.

Acabo de salir, espero llegar en unas tres horas, me dirijo hacía un pequeño pueblo escondido entre las montañas, por lo que he leído hay manantiales, ojalá y no estén secos. Esa es una de mis esperanzas, sin agua no hay nada que hacer.

Después de valorar todas mis posibilidades este es el mejor lugar posible. Que triste es viajar y no ver a nadie, no poder escuchar música...

En todo el trayecto he conseguido divisar un ciervo y unas aves que sobrevolaban el cadáver de lo que parecía un animal.

Paro el camión, en una área de servicio, bajo del camión y busco los servicios, ojalá y estén abiertos. Todavía no me acostumbro a la posibilidad de tener que hacer mis necesidades en la calle.

Gracias a Dios, estaban abiertos,siento curiosidad y decido pasar al bar, en la puerta hay estacionada una motocicleta. Que pena se ve tan nueva. Pero para que la iba a querer el dueño, no creo que le hubieran dejado llevarla.

La carta que nos mandaron decía específicamente que no debíamos llevar nada material, a excepción de algún objeto personal siempre y cuando fuera pequeño.

Abro la puerta, unas campanitas suenan detrás de mi, no puedo evitar sonreír que gracioso es tan antiguo. Todo está colocado como si estuvieran esperando a recibir clientes.

Apenas si hay polvo sobre las mesas, me dirijo a la barra, veo como hay unas bolsas de snacks, cojo dos y una chocolatina. Me acerco a las neveras y suerte la mia hay Coca cola. No está fría pero tampoco está caliente.

Lo cojo todo y me siento en una mesa, cerca de la ventana, miro hacia fuera. Intentando imaginar cómo hubiera sido estar aquí sentada un día normal.

Salgo de mi ensoñacion cuando escucho una tos detrás de mi, volteo mi cabeza y veo a un chico joven que me mira, de la impresión que recibo la patata que estaba comiendo se va por otro lado.

Un ataque de tos me hace perder casi la respiración, el chico a mi lado me ofrece agua y poco a poco consigo calmarme.

- Quién... Quien eres porque estás aquí? Pregunto confundida.

- Esa misma pregunta debería hacertela yo a ti, pero bueno soy Ducan y tú? Dice él con una voz muy varonil. Igual no lo es tanto pero nunca pensé en volver a escuchar la voz de nadie.

- Soy Megan, le digo mientras ofrezco mi mano en señal de amistad. Lo que menos deseo ahora es crearme un enemigo. Cuando ni siquiera tengo un amigo.

El apreta mi mano con fuerza, una sensación extraña recorre mi cuerpo. No sé cómo sentirme. Podré confiar en él? O por el contrario querrá hacerme daño?

Se sienta justo en frente de mi, le ofrezco de mis snaks y también le sugiero que si desea un refresco hay en las neveras.

No deja de mirarme y la verdad eso me hace sentir incómoda.. al final no aguanto más y le digo:

- Por qué me miras tanto? Pasa algo? Me haces sentir incómoda.

El se ríe, sigue mirandome y al fin me responde.

- Eres bonita eso no lo voy a negar, pero no dejo de mirarte por qué no creo que esto sea real! Creía que nunca más volvería ver a ningún ser humano.

Su respuesta me hace sonrojar pero de verdad qué boba soy, antes me lo habían dicho muchas veces y nunca mi cuerpo lo había tomado así.

Será que sentir que soy la única mujer sobre la tierra ahora me da poder?

Termino mis aperitivos y me levanto de la mesa.

- Bueno yo ya me voy, no quiero que se me haga de noche por el camino. Ha sido un placer conocerte.

- Y así, te vas? Somos los únicos sobre la tierra y tú ya estás poniendo tierra de por medio. Dice frunciendo el ceño.

Y entonces hago lo que nunca se debe hacer, le invito a acompañarme.

- Si quieres venir, eres bienvenido.

- Muy bien, pues vamos entonces. Dice el levantándose de la mesa y siguendome.

El ha preferido guardar la moto en el camión, ha argumentado que es mejor guardar gasolina, en un futuro puede ser que no encontremos.

Aunque es un buen argumento, creo firmemente que también es una excusa para estar a mi lado. Es algo que no me incomoda la verdad, no me gusta estar sola y estando conmigo por lo menos tendremos algo de que hablar.

- Duncan de donde eres? Pregunto tratando de romper ese silencio tan incómodo que se había formado.

- Soy de la ciudad Z y tú?

- Yo también soy de allí, vaya que casualidad.

- Que raro que nunca te haya visto, una mujer tan linda, sería difícil de olvidar, dice sorprendido y coqueto.

- No frecuentariamos los mismos círculos y además está la diferencia de edad?

- Que edad? Eso solo es un número en un papel. Dice sonríendo.

Vaya, vaya.. descubro que no estoy sola en el mundo y además me encuentro a un don Juan.

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