Instalar APP HOT
Inicio / Romance / ERES MÍA
ERES MÍA

ERES MÍA

5.0
65 Capítulo
226K Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Una historia que promete ATRAPARTE desde el principio hasta el final. Camila es hija de una sirvienta, Ignacio Besnier es el heredero de un conglomerado empresarial Internacional. Se conocieron cuando eran unos niños y se volverán mejores amigos, pero con los años se darán cuenta que no pueden ser solo amigos. Una historia llena de secretos, amistad, amor, y pasión.

Capítulo 1 Prólogo

Eres Mía

¡Hola! mi nombre es Camila Orellano tengo dieciocho años... Hace diez años llegué a la Mansión de los Besnier. Nunca me imaginé conocer a alguien como él... ni lo que iba a pasar después, Ignacio el heredero del grupo Besnier un rebelde resentido con la vida. Apesar de parecer tenerlo todo, un futuro prometedor, un apellido importante, toda clase de lujos, e incluso:

"Los ojos verdes mas lindos que he visto"

Su conducta parece la de alguien muy infeliz. Pienso que él debe ser así por alguna razón... siempre me hago preguntas:

¿Si tendrá falta de amor?

¿Por qué su rostro denota irá otras veces tristezas?

¿Por qué detesta a su madre?

¿Por qué solo con siete años... decidió dejar Francia su país natal?

"Venir a vivir a Nueva York".

Autora: STEFI

¡Está obra es mía y espero les guste!

....

Capítulo 1

La Mansión de los Besnier

Recuerdo el día que llegué a la mansión Besnier. La tarde estaba tan fría cargo mi cazadora de color rosado y botas de invierno.

—¿Mamá, por qué tenemos que vivir aquí? quiero volver a nuestro apartamento —le pregunto mientras estamos paradas frente a una inmensa mansión.

—Ya te dije que ahora este nuestro hogar hija —me responde mientras mira hacia el frente.

Hay varios hombres vestidos de negros, son altos estan parados alrededor de la mansión... Cerca de la entrada, hay un señor de mediana estatura es moreno usa anteojos y nos abre el portón, que es muy grande.

—¿Usted es la señora Luisa? —le pregunta a mi madre.

—Sí, buenas tardes y ella es mi hija Camila.

—Buenas tardes soy Diego el chófer de la mansión.

—Síganme por aquí por favor —mami y yo vamos detrás de él. Hay un pequeño camino, rodeado de césped, también hay unas inmensas fuentes de agua. Seguimos caminando; al parecer nos dirigimos a la parte trasera de la mansión.

Una señora alta, de piel blanca, cabello negro y corto sale hablar con mi madre, ella viste una falda azul oscuro, con una blusa de botones manga larga color lila, no se bien lo que le está diciendo pero le entrega una muda de ropa y le dice a una mujer rubia:

—María muéstrale su habitación, luego la mansión y enséñale el trabajo que haces porque ella hará lo mismo.

—Sí señora Adelaida —responde María.

Mami va a trabajar aquí desde que mi papá murió... todo se volvió difícil para nosotras, tanto que escuche una conversación entre ella y mi tía Ruth por teléfono, le decía llorando; que lo perdimos todo.

Llegamos a la habitación mami me dice:

—Camila quédate acomodar nuestra ropa en el closet, debo ir a trabajar —ella se va con la mujer rubia.

—Sí mami —asiento con mi cabeza.

No es mucho lo que tengo que acomodar, pienso al ver las dos maletas.

La habitación es pequeña, hay una sola cama es grande, un tocador, un baño. Todo lo voy a tener que compartir con mi mamá.

Antes dormía en mi habitación sola, la cual estaba pintada de color rosado y decorada con muchas muñecas Barbie. Pero está habitación es pequeña, las paredes son altas y no tiene ventanas.

Horas después mi mamá regresó y vestida con otra ropa, que se parece ha el uniforme que usaba la mujer rubia; que nos acompañó a la habitación... Es una falda azul y una camisa blanca.

—Camila tengo que trabajar, vamos al tercer piso ¿Oh, prefieres quedarte en la habitación?

—No, mami voy contigo.

Es impresionante... en la sala hay dos escalera en forma de caracol de color dorado, una hacia a la izquierda y la otra a la derecha los techos son tan altos, hay grandes ventanas que muestran una inmensa piscina. Subimos la escalera del lado derecho. llegamos a un pasillo pasamos por donde están varias puertas, floreros y cuadros.

Hasta entrar a una sala donde hay muchos muebles grandes, también cuadros y amplias ventanas ¡No puede ser! sonrió de la emoción cerca de la pared hay un piano de color blanco me acerco ha el.

—Camila no lo toques —le escuchó decir a mi madre. Mientras está limpiando unos cuadros con un plumero, me alejo y me voy hacia la ventana.

¡Que hermosa vista! pienso al mirar las fuentes de agua, muchos árboles, las montañas... de repente dos auto negros, se detienen en la entrada de abajo.

Del segundo auto se bajan cuatro hombres vestidos de negro, uno de ellos abre la puerta del primer auto que llegó. Se baja un niño él está vestido con un uniforme del colegio tira el morral en el piso, le está diciendo algo a los cuatro hombres que llegaron atrás. Él señor Diego se baja él era que estaba conduciendo el auto de dónde se bajó él niño.

Ahora también parece estarle diciendo algo al señor Diego, quién se mantiene en silencio mientras recoge el morral.

Ese niño voltea, por primera vez nuestras miradas se encuentran, él tiene los ojos verdes y su rostro resalta una gran frialdad, no sé porque pero sentí miedo de él y enseguida me aparté de la ventana.

...

—¿Camila Orellano?

—Presente. —le respondo a mi maestra.

Estudio en un colegio "Solo para niñas''. Mi padre antes lo pagaba, pero debido a que él murió. Mami, decía que no había dinero para que pudiera seguir estudiando, pero afortunadamente me consiguió una beca, observo las gotas de agua caer por la ventana. Desde esta mañana ha estado lloviendo, miro hacia el cielo... extraño tanto a mi padre, desearía que nunca se hubiera ido.

—Mami dice que él está en el cielo, que está bien allá con Dios.

...

Hoy es mi segunda noche en esta mansión y estamos acostadas mami trabaja mucho ya se quedo dormida. En cambio yo, no tengo sueño. Me levanto abro la puerta de la habitación. Subo las escaleras y voy al tercer piso... Quisiera volver a ver ese lindo piano blanco.

Cuando llegó al tercer piso, abro las grandes puertas con cuidado de no hacer bulla, la luz está encendida. Me siento frente al piano tiene todas la octavas completas, también un pentagramas.

Mis dedos se deslizan por el piano, comienzo ha tocar esa sinfonía de Beethoven que tanto me gusta, hasta que unos minutos después.

"Las puertas se abren de golpe"

—¿Quién eres tú?, ¿Y cómo te atreves a tocar mis cosas?

Escucho gritar alguien detrás de mí, cuando levanto mi cabeza es él niño que ví ayer en la tarde desde la ventana. Lleva puesto una pijama de seda color azul sin pensarlo me levanto y me paro frente a él.

—Soy la hija de Luisa una empleada me disculpo por lo que hice —respondo tan nerviosa.

—No quiero tu disculpa, si vuelve a tocar mis cosas tú y tú madre tendrán que largarse de aquí —su mirada parece congelar y su rostro denota enfado.

Bajo la escaleras asustada y triste, al entrar a la habitación lo hago en silencio. Porque no quiero despertar a mi mami. Me acuesto en la cama, lágrimas corren por mis mejillas, nunca nadie me había tratado así.

A la mañana siguiente le digo a mi madre:

—Mami quiero que no vayamos de este lugar, no quiero vivir aquí.

—No tenemos a dónde irnos, por ahora debemos vivir aquí hija.

—Apúrate que se te hace tarde para irte al colegio —mi madre me está terminando de peinar me hizo una trenza. Luego recojo mi morral, le doy un beso en la mejilla y salgo de la habitación.

Estoy esperando el bus escolar, pasa a una cuadra después de la Mansión Besnier. Cuando miro hacia abajo está el carro negro que maneja el señor Diego, con otro auto negro tras de el. Él señor Diego al verme levanta una de sus manos y me da un saludo, con una sonrisa, le devuelvo el saludo también, moviendo mi mano.

Ese niño de anoche va sentado en la parte de atrás. Él solo me mira con esos ojos verdes que parecen congelar. Esquivo su mirada y sigo esperando el bus de la escuela.

La mañana en el colegio se fue tan rápido, ya llegué a la mansión. Estoy en mi habitación tan aburrida aquí. Solo hacer tareas y estar encerrada. Si tan solo tuviera un piano todo sería más motivador. Y de paso casi no salgo, es que no quiero toparme con ese niño; él me hizo sentir tan mal por tocar su piano.

Salgo de mi habitación, voy a la cocina a buscar un vaso de agua. Mami no está debe estar limpiando en alguna parte.

En la cocina está la señora Ofelia ella es gorda y pequeña, desde que llegué a sido muy amable conmigo.

Ah, diferencia de la señora Adelaida, quien es la ama de llaves, ella siempre anda... con cara de amargada.

—¡Camila, la niña hermosa ya llegó a la mansión! —exclama con una sonrisa la señora Ofelia.

—Hola señora Ofelia, vine por un vaso de agua —contesto mientras abro la nevera y sacó la Jarra, y me sirvo agua, cuando estoy bebiendo un sorbo dice:

—Camila te guarde unos bocadillos franceses, que siempre le hago al niño Ignacio son Macarons —ella me da una bolsita.

—Gracias señora Ofelia —le digo con una sonrisa.

Él niño que me miró mal desde la ventana, y me gritó por tocar su piano ¿Entonces así se llama?

"Ignacio, él es un grosero"

Salgo de la cocina justo cuando voy por el pasillo escuchó una voz.

—Detente ahí —cuando volteo es él, está vestido con su uniforme escolar, no sé por qué pero siento miedo.

—¿Qué quieres? —le pregunto nerviosa.

—Sígueme —me responde con frialdad, pero me quedo paralizada él voltea y me mira ahí parada.

—Te dije que me siguieras —yo no reacciono creo que estoy muerta.

Él me toma por mi muñeca y me jala.

—Vamos camina —lo dice con un tono más dominante.

—¿Pero a dónde? —le pregunto nerviosa, él ignora mi pregunta...

...

Autora:STEFI

Si les agrada está historia no olviden COMENTAR que les parece y Seguirme gracias hermosas y hermosos 🌹🌹

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY