Marcada por un pasado que la atormenta, un enfermo tras sus pasos, un secreto familiar y un amor inesperado. Saith se ve envuelta en un mundo donde no pertenece. Con un pie en el infierno y otro en el cielo. ¿Sera que algún día podrá superar sus miedos y vencer su pasado?

Capítulo 1 El inicio

A cada paso que daba su corazón quería salir de su pecho, un mal presentimiento tenia sus nervios a flor de piel. Aquella casa que en un tiempo perteneció a sus abuelos no le traían buenos recuerdos de su adolescencia. Todo por complacer a sus padres en asistir a su fiesta de aniversario con un montón de personas que no conocía.

Agarrando con fuerza su largo vestido rosa palo término de subir las escaleras, encontrándose a su derecha un interminable pasillo de seis habitaciones adornado con grandes cuadros antiguos.

Camino con cautela tratando que el sonido de sus zapatos no alertaran a las personas que ella estaba buscando. Se detuvo en la quinta habitación, respiro profundo, soltó su vestido y con manos temblorosas sostuvo la perilla de la puerta, con un leve movimiento notó que ésta se encontraba sin seguro. Abrió poco a poco para quedarse casi sin aliento al encontrar aquella imagen sobre la inmensa cama en el centro de la habitación.

Un hombre vestido completamente de negro dándole la espalda admiraba embelesado el cuerpo que posaba en la cama con los ojos vendados, pies y manos atadas. Una mujer de perfecto cuerpo y cabellos azabache suplicaba por su vida ante aquel extraño. Observó por unos instantes como la mano de aquel hombre jugueteaba entre las piernas de aquella mujer.

Tras un grito ahogado, por la impresión de la escena ante sus ojos, aquel extraño lentamente dirigió la mirada a la entrada de la habitación, detuvo los movimientos de su mano para darse la vuelta y darle la cara a la intrusa que había detenido aquel macabro juego.

Al sentir una intensa mirada sobre su cuerpo, supo que había sido descubierta. Con las manos en su boca, busco lentamente la mirada de aquel sujeto, y lo único que alcanzó a ver fueron sus ojos. Unos ojos tan oscuros como la noche tras una mascara a blanco y negro que dejaba en secreto su rostro.

Sin esperar, se dio la vuelta para correr y salir de aquel lugar, pero antes de llegar a las escaleras una voz profunda hizo que su cuerpo se estremeciera.

- No escaparás de mi... Saith.

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