PERFECTA ESPOSA

La lluvia caía a cántaros.

Un velo de oscuridad cubría las calles. En la carretera mojada y asfaltada, un sedán se acercó silenciosamente antes de detenerse por completo. Las gotas de lluvia que caían fueron iluminadas por los faros brillantes antes de desaparecer en la oscuridad una vez más.

Un hombre estaba sentado en el asiento trasero del auto, profundamente pensativo. Las gotas de lluvia cayeron violentamente sobre el techo del automóvil y goteando por las ventanas tintadas. Más allá de las ventanas empapadas por la lluvia, había una lujosa casa de ladrillo. Una luz amarilla brillaba en la ventana del 4º piso.

---¿Señor?

El conductor llamó como si le hiciera una pregunta. Su jefe de repente le había pedido que se detuviera una vez que llegaran a la casa, por lo que el conductor dejó de conducir y estacionó el automóvil. El no le ordenó que se dirigiera a ningún otro lugar y simplemente se sentó allí en silencio.

El conductor se preguntó sobre el extraño comportamiento y lo miró a través del espejo retrovisor.

Con un traje gris oscuro inmaculado, su cabello cuidadosamente peinado, y ojos tan oscuros como la noche, el hombre estaba rodeado de un aura fría, pero elegante. Parecía intocable.

Alexander Vasiliev. Era el hijo mayor del grupo corporativo “ROSSNET, así como su presidente. En realidad, era más apropiado llamarlo el heredero de la fortuna Vasiliev. Alexander no reaccionó a la llamada del conductor. Su mano estaba en su regazo, y se frotaba el pulgar y el índice.

---Entremos.

Ante sus palabras, el auto comenzó a moverse una vez más. La puerta del estacionamiento subió mientras emitía un zumbido. La luz trasera del automóvil se iluminó al entrar en el garaje.

¿Cómo hablaría con su esposa?

Alexander frunció el ceño en la pesada oscuridad.

Él y su esposa terminarían su matrimonio esta noche. Este matrimonio había fracasado. Estuvo de acuerdo con la decisión de su padre, su matrimonio era de "conveniencia", y cambiaria de acuerdo a la conveniencia de todos. Él lo sabía, y su esposa también lo sabía.

Para aquel 1% superior del mundo, la moral y las actitudes mantenidas por la gente común, no valían la pena. Ellos eran diferentes, diferente desde sus huesos, incluso podrían tener adn diferente.

Para ellos, en su gigantesca torre de Babel, la moral familiar, el matrimonio e incluso las relaciones humanas en su conjunto, tendrían un significado diferente. Todo debería tener un beneficio determinado. Aprendieron desde muy jóvenes que esta era la ley para mantener el status quo.

Como de costumbre, la casa estaba tranquila por dentro. Roger el mayordomo, estaba esperando frente al ascensor del estacionamiento. Eran las 11 de la noche, pero el hombre todavía llevaba un traje completo. Inclinó la cabeza ligeramente cuando vio a Alexander.

---Bienvenido de nuevo, señor.

Alexander sonrió brevemente. El saludo de Roger fue una señal de que había regresado a casa. Probablemente, había escuchado los saludos de el, más de lo que había escuchado el de sus padres o sus hermanos.

---¿Esta todo bien aquí en casa?

Después de convertirse en adulto, Alexander habló con Roger con respeto. Si no hubiera estado allí durante su tormentosa infancia, el no habría sobrevivido. Ahora era el mayordomo que cuidaba de la casa.

---Ha estado tranquilo.

"Estaba tranquilo". Alexander frunció ligeramente el ceño. Eso era como su esposa, siempre estuvo tan callada como un cuadro. Nunca abrió la boca fácilmente, esa fue una de las razones por las que le gustaba.

Cada vez que la necesitaba, ella siempre estaba a su lado, sonriendo correctamente. Era como una flor decorativa, una esposa que leyó con precisión las tendencias de la alta sociedad y actuó en consecuencia, beneficiándolo en el proceso. Ella fue satisfactoria todo el tiempo que estuvieron juntos.

Sin embargo, la mujer ya no era "satisfactoria". ¿Cómo reaccionaria cuando escuchara la noticia? ¿Ella seguiría con su vida sin el? Nunca habia tenido un pensamiento preocupante pasando por su cabeza. ¿Ya estaba planeando la siguiente fase de su vida?

Alexander levantó la cabeza y miró los botones del ascensor. El botón '2' brillaba intensamente. Recordó que era su aniversario de 2 años, qué irónico, mañana un conjunto de joyas iba a llegar a su casa. Sin embargo, al final ¿iba a conmemorar su divorcio?

Después, de dos cortos años de matrimonio, iban a convertirse en una existencia inútil el uno para el otro. No iban a tener que apuñalar al otro por la espalda. Se presentaría una demanda extensa, y su matrimonio legal solo sería un obstáculo para los planes de cada familia.

De repente, recordó cómo se veía ella en su boda. El rostro de la novia, cubierto por un largo velo blanco. Una silueta esbelta frente al sol que se colaba por las ventanas. Su cabello recogido revela el escote de su vestido. Los ojos fríos eran visibles detrás del velo translúcido.

“Ding.”

El pequeño sonido del ascensor rompió su línea de pensamiento.

Era como cualquier otro día, siguiendo sus pasos, siguiendo el mismo ritmo familiar. Alexdander entró en la casa. La luz que provenía de la extravagante lámpara de araña que colgaba del techo alto, se sentía incómoda hoy, como si fuera un foco brillando en un set teatral. La vista nocturna de Moscu fuera de las ventanas, fue distorsionada por la lluvia.

Su esposa, lo estaba esperando adentro. Como siempre, se veía perfecta. Llevaba una blusa gris claro y una falda lápiz de color púrpura oscuro que le llegaba hasta las rodillas. Su cabello estaba cuidadosamente arreglado, mostrando sus pendientes de diamantes. Incluso su sonrisa era perfecta.

Los ojos de Alexander de repente dejaron de vagar.

Su sonrisa.

Fue diferente de lo habitual. Su sonrisa era un poco más brillante.

No parecía rigida o incómoda en absoluto. Era una sonrisa suave y feliz.

¿Es este un momento para sonreír?

No lo sabía. Alexander sintió que su corazón daba un pequeño giro, como si algo en su poder se estuviera desmoronando. En este momento, se sintió incómodo y un poco frustrado.

--¿Qué tal tu dia?

Su esposa lo saludó con las mismas palabras que cualquier otro día. Hablaba con una voz suave, ligeramente baja, su pronunciación era clara y sofisticada. Era lo mismo, como si fuera un instrumento perfectamente afinado. Pero todavía sentía como si su voz llevara emoción y posiblemente alegría.

¿Lo estaba imaginando?

---Hablemos un poco.

Ante sus palabras, su esposa estuvo de acuerdo obedientemente. En un momento dado, sus extraños temblores se habían detenido, y solo quedaba una expresión equilibrada. El tomó la iniciativa, y ella lo siguió. Sus pasos ligeros no se podían escuchar, giraron en el pasillo y entraron en el estudio. El olor familiar de los libros los rodeaba.

Todo se sentía familiar. Este ambiente era familiar.

Alexander se dio la vuelta. Su esposa lo miró. Naturalmente, recordó las palabras que había querido decir.

Muchas gracias por los últimos dos años. Este fue un matrimonio más corto de lo que esperaba. Eras la esposa perfecta. Me aseguraré de darte más de la pensión alimenticia que acordamos en el contrato.

Esto no fue diferente de un jefe que dio un aviso de despido a su empleado.

Su esposa lo miraba como una actriz esperando la siguiente línea. Ella tenia llevaba una leve sonrisa, pero no habia emoción en sus ojos. Como siempre, no abrió la boca.

Mientras el extraño silencio persistía, su rostro mostraba algunas dudas.

¿Desde cuándo había podido leer sus sutiles expresiones?

Su esposa, levantó lentamente la mano y agarró su codo. Ese era un hábito suyo cada vez que se sentía incómoda o nerviosa.

¿Se sintió incómoda? ¿Ella también estaba nerviosa?

Era como su hábito de frotar su pulgar derecho y su dedo índice juntos...

---Qué ...

Por una vez, su ella inició la conversación. Fue entonces, cuando Alexander se dio cuenta de por qué se sentía molesto. Su esposa estaba esperando esto. Anticipación, eso fue todo. Al igual que un convicto que sale de prisión, ella estaba anticipando las palabras que iba a decir.

Que quería divorciarse de el.

Ella estaba deseando que llegara este momento.

Ella ya habría recibido la noticia de su padre, Boris Zenovicht, por lo que ya sabía lo que tenía que decir.

Por un momento, Alexander sonrió con ironía. “Divorciémonos” eso era lo correcto. Eso es lo que todos habían acordado en la reunión de matrimonio. Fue una decisión obvia para las personas de esta clase social. Un acto más, en esta grandiosa obra. Así que no lo dudemos y digamos las palabras. "Deberíamos divorciarnos"

Abrió la boca. Sin embargo, las palabras que salieron de su boca no eran las que tenía en mente.

---¡Feliz aniversario de 2 años!

La expresión de su esposa se congeló ante sus inesperadas palabras. Levantó la cabeza y lo miró como si no pudiera creerlo, fuera de las largas ventanas del estudio, continuó lloviendo.

---Qué ...

Su esposa abrió la boca para decir algo, pero no salió nada. Alexander continuó.

---Las cosas están un poco ocupadas en la oficina, te llevare cenar en un par de días. Mi asistente te lo notificará.

Vio que sus manos se estremecían. Ella todavía lo estaba mirando. La sorpresa onduló en sus ojos verdes, y pudo sentir que su cuerpo comenzaba a temblar.