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Una CEO Tras las Rejas

Una CEO Tras las Rejas

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Emma crece en el seno de una familia adinerada, con todos los lujos que podría poseer, pero en el mundo las cosas nunca son tan sencillas. En cuanto cumple la mayoría de edad es entregada a las manos de los mejores postores, hasta que la vida la arroja a unas indecorosas manos, quien la inculpa de un crimen que no cometió, ahora ya en prisión, deberá limpiar su nombre y vengarse del hombre que le destruyó la vida.

Capítulo 1 La Traición

Me encontraba en unas vacaciones hermosas por Italia disfrutando de una reconciliación con mi ahora exesposo después de que por culpa de una mujer casi termináramos nuestra relación, ahora él se muestra cariñoso y amable, es obvio, estuvo a punto de perderme. Bueno de hecho lo hizo, decidió un día pedirme la separación para irse detrás de ella.

Reflexionando poco tiempo después y regresando a mi lado con el corazón roto, aunado a sus ínfulas de superioridad por los suelos, lo acepte de nuevo, todos cometemos errores y él se dejó llevar por esos ojos grises, mirada rojiza que llegó a trabajar en mi empresa para desestabilizar todo mi mundo, uno que ya se encontraba un poco inestable, a causa de los contratos y la falta de comunicación, creyendo que con su silueta y sonrisa ocuparía mi lugar.

Pobre ilusa a la que saque de mi compañía un día a la fuerza, amenazándola que si volvía acabaría con su existencia haciéndole un favor a la humanidad. Ahora reposando en nuestro yate tomando cocteles y riendo su recuerdo se va volviendo tan efímero como la espuma del mar, disolviéndose contra las rocas.

El ensueño termino pronto, las obligaciones nos esperaban en nuestra natal Alemania, es difícil ser la jefa de una compañía tan grande como la que forzaron mis predecesores. Siempre un enorme peso sobre la espalda, pero con ganancias desde todos los ángulos donde se mire. Nos fuimos en avión y al llegar al aeropuerto fuimos interceptados por la policía, estos se mostraban enojados y capaces de asesinarnos si nos negábamos a ir con ellos.

—¿Qué es lo que quieren hablar con nosotros? —Pregunté con altivez necesitando explicaciones ante todo ese espectáculo, incluso los chismosos se detenían a mirarnos.

—Queremos interrogarlos por la desaparición de Anna Meyer —Confirmó uno de ellos con una orden en su mano.

Al escuchar su nombre mi piel se erizo, la mujer con la que aún tenía pesadillas en las noches, aquella por la cual a mi esposo no le importó abandonar a sus pequeños siguiendo un capricho, aun desaparecida continuaba haciéndome difícil la existencia.

—Nosotros no tenemos nada que ver con eso, venimos de unas vacaciones y hace mucho que ya no le vemos —Informé yo sin ganas de entrar en detalles escabrosos.

—Tienen que acompañarnos sino lo hacen por la buenas tendremos que esposarlos —Amenazó otro oficial sacando un par de estas.

—No hay necesidad ¡Vamos cariño! —Dijo mi amado tomándome del brazo.

Ingresamos en la patrulla policial y ni una sola palabra salió de nuestras bocas, la consternación unida por la vergüenza nos impedía asimilar todo lo que estaba ocurriendo en tan poco tiempo. Al llegar al lugar fuimos llevados a salas distintas desde donde nos observaban a través de los vidrios, sus miradas eran punzantes e incomodas.

—¿Dónde se encontraba el jueves doce de septiembre a partir de las nueve pm? —Inicio un investigador con mi interrogatorio.

—En mi oficina —Contesté sin dudarlo, esa noche me quedé allí para completar la totalidad del informe que debía presentar en la junta antes de irme de viaje.

—¿Tiene testigos que consoliden su coartada? —Consultó este tomando asiento frente a mi persona.

—Todos en la oficina trabajan hasta las seis, casi siempre me quedo más tiempo para terminar tareas pendientes, pero a esa hora ya no había nadie allí —Dije sin pensar en la importancia de esa excusa.

—Le explicaré como van las cosas, esa mujer fue la amante de su marido, de hecho, se divorció gracias a que este se fue tras ella, usted en más de una ocasión la amenazo públicamente con matarla, ahora ustedes se encuentran juntos de nuevo y ella desaparecida ¿No le parece mucha coincidencia? —Argumentó este con una lógica indudable.

—Parece sospechoso es verdad, pero esas palabras vinieron de mi ira momentánea, yo sería incapaz de hacerle daño a alguien, además fue ella la que dejó a mi marido, al menos eso fue lo que me dijo, por lo que no tendría motivos para hacerlo —Expuse en un tonto intento de librarme de los focos que me apuntaban.

—Eso sería correcto si tratásemos con otro tipo de persona, pero usted tiene unas ínfulas de grandeza superiores a la media, nació en un hogar de ricos y antes de cumplir los veinte años ya era la jefa de la compañía de su familia, esto la hace pensar que el resto son inferiores a usted y sin derecho a que se entrometan en su vida ¿No es así? —Indicó este inclinando su silla para observarme más de cerca.

Este hombre se tomó la molestia de investigarme, analizar mis conductas, movimientos y trastornos. Justo en ese momento comprendí que estaba perdida, cualquier cosa que dijera iba a perjudicarme, por ello apliqué la única carta que tenía a mi favor.

—No hablaré más hasta que llegué mi abogado —Declaré mirándolo con seguridad, este simplemente se levantó y salió de la sala con frustración.

Tuvieron que dejarme ir, no existía ni un cuerpo ni el arma homicida por lo que a nivel legal aún no corría nada que sustentara nuestra aprensión, tomaron registros de nuestro ADN huellas dactilares y rastros de pólvora en nuestras manos, nuestro hobby aparte de viajar era practicar tiro, registraron nuestras cosas y regresamos a casa. Continuamos con nuestra vida justo donde la dejamos, antes de irnos a esa segunda luna de miel, sin darle mucha importancia a ese encontronazo con la policía, en nuestras mentes estábamos confiados de que éramos inocentes y eso bastaba.

Pasaron varios meses en normalidad, hasta que una noche viendo las noticias estaban transmitiendo en directo como rescataron en cuerpo de una chica de una excavación en unos terrenos que eran propiedad de la empresa. En ese momento mi corazón se detuvo y lo supe, se trataba de esa molesta chica, alguien estaba jugándome una broma muy pesada. Cuando iba a levantar el teléfono para llamar a mi abogado este me estaba llamando a mí, su voz de preocupación me dio la confirmación que necesitaba.

—¿Estás viendo las noticias? —Preguntó el hombre sin saludar siquiera.

—Si —Contesté yo anonadada.

—¿Es verdad lo que me dijiste que no sabes nada de esto? —Volvió a preguntar con mucha seriedad —Recuerda que soy tu abogado y tengo que saber la verdad para partir de ese hecho —Añadió intentando crear confianza en mí.

—Lo que te he dicho es todo lo que se de esa joven, como desapareció o si es ella ese cuerpo encontrado no lo sé —Dije con lágrimas en los ojos, el miedo se apoderaba de mí.

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