Instalar APP HOT
Inicio / Romance / Vendetta ( Libro I de la serie Millonarios )
Vendetta ( Libro I de la serie Millonarios )

Vendetta ( Libro I de la serie Millonarios )

5.0
3 Capítulo
101 Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

El magnate Elías Fassbender no cree en perdonar...ni en olvidar. Entonces, cuando descubre que Rachel, la mujer que una vez le rompió el corazón, acaba de enviudar, inmediatamente ejecuta su venganza. Elías tiene la intención de hacer que Rachel lo recuerde y hacerla sufrir por lo que hizo. Él la dejará rota y sola, y finalmente tendrá su cierre. Pero Rachel no es la niña dulce que recuerda Elias. A medida que la red de mentiras comienza a desmoronarse, Elías se encontrara nuevamente atrapado. ¿Podrá aprender a pasar por alto el pasado y arriesgar su corazón de nuevo? (Primer libro de la serie Millonarios)

Capítulo 1 Capitulo 1

El estaba muerto.

Rachel James estaba de pie mirando su tumba, sus ojos fijos cuando bajaron al suelo el ataúd de Duncan. Aunque sabía que estaba rodeada de personas, se sentía bastante sola. De forma fugaz, se preguntó cuántos de los asistentes realmente lloraron la de Duncan y cuantos estaban allí porque ese funeral era el evento social se la semana en Chicago.

Intento fingir que estaba en otro lugar, pero fue imposible. Con cada respiración, olía a tierra recién removida con el embriagador y dulce aroma de las rosas que adornaban las coronas funerarias. Los helicópteros de las cadenas de televisión sobrevolaban el lugar, casi ahogando las palabras del sacerdote.

«Solo un par de horas más y esto habrá terminado» se dijo a sí misma.

Entonces finalmente podría escapar de la pesadilla que había estado viviendo como esposa de Duncan y comenzar de nuevo.

Frente a ella, la sólida pared de cuerpos vestidos de negros se abrió mientras la gente murmuraba protestas y exclamaciones. El sacerdote se detuvo a la mitad de la oración ante el alboroto, luego se quedó boquiabierto cuando la hermana de Duncan, Fiona, empujo con determinación hacia el frente.

―Tienes descaro, ahí parada con tu vestido negro de diseñador, pretendiendo ser la viuda afligida ―dijo la mujer.

El veneno goteaba de cada palabra y su voz resonaba por el silencioso cementerio.

― ¡Todos sabemos por lo que hiciste pasar a mi hermano!

La gente en la multitud se quedó sin aliento.

el corazón de Rachel se detuvo por un instante. La sangre se congelo en sus venas y sus ojos se contrajeron por la tensión. Lo inesperado y la ferocidad del ataque público de su cuñada la dejo sin palabras.

― ¡Mi hermano aun estaría vivo si no fuera por ti!

― ¡Señorita Milford!

La voz del sacerdote estaba llena de censura. ―Estamos aquí para rezar por el alma de tu hermano.

«¿Su alma?»

Rachel reprimió la risa repentina e histérica que amenazo con salir de sus labios con toda la fuerza de un maremoto. El alma de Duncan, si es que poseía una, estaba podrida hasta la medula.

Seguramente ardería en el infierno. Sinceramente ella lo esperaba.

―No fue suficiente que lo atraparas en matrimonio ―continuo Fiona sin avergonzarse ―tenías que alardear de tus asuntos en su cara.

«¡Mentiras! ¡Todas mentiras!»

La bilis subió a la garganta de Rachel. Una punzada de humillación recorrió su piel y sus entrañas se retorcieron por el impacto de cada acusación falsa.

Sus cuerdas vocales estaban demasiado llenas de emoción para gritar una negación, y no le quedaba suficiente aire en los pulmones para hablar.

«Dignidad»

Debe actuar con dignidad y encontrar la fuerza para mantenerse erguida frente a las acusaciones falsas de Fiona. De ninguna manera permitiría que ella la arrastrara a una pelea junto a la tumba de Duncan, o en cualquier otro lugar.

Tal vez debería tratar de aplacarla ―Fiona…

― ¡Deberías ser juzgada por asesinato! ―la mujer interrumpió su protesta y camino alrededor de la tumba para enfrentarse a ella.

―Puede que no hayas apretado el gatillo, pero llevaste a Duncan al suicidio.

― ¡Suficiente! ― el abogado de Duncan, Lucas Preston, protesto desde el lado opuesto de la tumba, pero su objeción solo alimento la furia de Fiona.

―Saldrías en su defensa ―bramo Fiona mientras se giraba para mirarlo.

―Tu eres igualmente culpable. ¡Mi hermano confiaba en ti, y tu pagaste esa confianza teniendo una aventura con su esposa!

La multitud jadeo colectivamente, pero nadie intervino.

El cuerpo de Lucas se sacudió. ― ¡Eso es una mentira! ―negó con vehemencia.

―Mi hermano era un abogado brillante. Difícilmente se suicidaría si no tuviera pruebas de su aventura.

La sangre empezó a bombear de nuevo por las venas de Rachel con indignación. El calor ardió en sus mejillas, pero se mantuvo rígida y la cabeza en alto. Se negó a dejarse intimidar por los informes calumniosamente falsos que habían aparecido en los periódicos desde el suicidio de Duncan. No le daría a Fiona la satisfacción de reaccionar ante su malicia. A su cuñada nunca le había gustado y ni siquiera había estado cerca de Duncan.

Aun así, razono una voz más amable, su muerte seguramente le debió haber trastornado. Él era la única familia que tenía. Quizás, si le mostrara algo de compasión a su cuñada, podría cerrar la gran división entre ellas y poner fin a esta vergonzosa confrontación.

―Fiona, este es un momento doloroso…

―Estaba desconsolado ―afirmo la mujer melodramáticamente mientras se volvía de nuevo hacia Rachel ―Dios sabe por qué. ¡Nunca has sido más que una vagabunda oportunista que se casó con él por su dinero!

Los ojos de Fiona chispearon con odio. Se acerco un paso más y levanto la mano.

Los rígidos músculos faciales de Rachel cobraron vida cuando sus ojos se abrieron en estado de shock. Estremeciéndose, esperaba sentir el escozor de la palma abierta de Fiona en su mejilla, pero no hubo tal sensación.

Un hombre alto y de hombros anchos se paro frente a ella y agarro la muñeca de Fiona con la mano en un movimiento rápido.

Los músculos anudados de Rachel se aflojaron un poco cuando ella se dio cuenta de que se había evitado el asalto, pero antes de que pudiera exhalar un suspiro de alivio, su corazón se detuvo en un shock puro y ciego. Reconoció demasiado bien el perfil cincelado y de belleza clásica de su salvador. Su boca se abrió mientras miraba con asombrada incredulidad a su protector.

Elías Fasbender

Rico, poderoso y más guapo de lo que cualquier hombre tenía derecho a ser, Elías tenía el estatus de superestrella en estos días y era reconocible al instante. Como la caída repentina de un guijarro en aguas tranquilas, la presencia y la intervención de Elías produjo una ola de murmullos, todos pronunciaban su nombre en voz baja y con asombro.

Cuando uno de sus músculos volvió a tensarse, volviéndose tan duros que le dolían los hombros. El pánico reinicio su corazón con una oleada de adrenalina. Su sangre se calentó y corrió por sus venas a una velocidad supersónica dando vida a su cuerpo frio y entumecido.

«¿Qué estaba haciendo Elías Fasbender aquí?»

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 3 Capitulo 3   09-08 09:17
img
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY