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Historia
Matrimonio relámpago

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Capítulo 1 Soy la dueña de este apartamento

Palabras:1297    |    Actualizado en: 16/05/2023

El sol brillaba en el cielo de un día de verano.

Rhonda Horton estaba en la entrada de un centro comercial repartiendo folletos.

De pronto, vio a un hombre y una mujer jóvenes que se acercaban caminando de la mano en su dirección.

Los ojos de la joven se abrieron como platos cuando se dio cuenta de que era su novio, Santino Byrne y su mejor amiga, Cristina Grey.

Santino le había dicho que tenía una entrevista de trabajo y se preguntó qué estaba haciendo aquí.

Rhonda contuvo la respiración y se apresuró a seguirlos.

Sin embargo, los perdió de vista en cuanto entraron al centro comercial.

Aceleró el paso, pero justo en ese momento, recibió un mensaje en el teléfono. Era una notificación de transacción de su tarjeta de crédito.

Santino había comprado una joya de 49.998 dólares.

Rhonda gritó asombrada. ¡Era casi la mitad de lo que ganaba en un año!

Corrió hasta la joyería y en ese momento, vio a una vendedora que deslizaba un llamativo anillo con diamante en el delgado dedo anular de Cristina.

Era un diamante grande y exquisito, el mismo con el que Rhonda había estado soñando durante mucho tiempo.

Su mente se quedó en blanco al ver la sonrisa de satisfacción en el rostro de su amiga.

Santino había sido despedido de su trabajo seis meses atrás. Se había estado quedando en la casa de Rhonda y usando su dinero para pagar sus gastos. Rhonda sintió que la bilis subía por su garganta. ¡Cómo se atrevía a usar su dinero para comprarle un anillo a otra mujer!

Pero Rhonda no era una pusilánime.

Corrió, arrancó el anillo de la mano de Cristina y se lo entregó a la vendedora.

"Lo siento, quiero devolver esto", dijo.

"¿Qué diablos estás haciendo? Acabamos de comprar este anillo. ¿Con qué derecho quieres devolverlo?", exclamó Cristina.

Rhonda perdió el control. Solo la miró y le dio una bofetada.

"¿Qué estás haciendo?", gritó Santino, que regresaba de la caja. Enseguida abrazó a Cristina de manera protectora.

"¿Cuál es tu problema? Solo gasté unos dólares de tu cuenta. ¿No te da vergüenza ser tan tacaña?", dijo mientras la miraba con evidente disgusto.

Rhonda lo miró incrédula mientras la traición, la furia y la humillación bullían en su interior.

"¡Tienes una relación con mi amiga y gastaste el dinero que tanto me costó ganar para comprarle una joya a ella! ¿Y me preguntas si no me avergüenzo de mí misma?".

"Sí, estoy con Cristina. ¿Qué vas a hacer? Solo mírate", dijo con la nariz arrugada de disgusto. "¡Ningún hombre te amará!".

Rhonda había estado ahorrando cada centavo durante los últimos seis meses para ayudar a su novio. Había dejado de comprarse ropa nueva y productos para cuidar su piel. Vestía ropa gastada y su piel había perdido su brillo, pero, a pesar de todos los sacrificios que hizo por él, ahora le pagaba con traición y dolor.

Mientras tanto, muchas personas curiosas comenzaron a agolparse a su alrededor. Con un gesto enojado, Santino le arrojó en la cara el recibo de compra y la tarjeta de crédito.

"¡Aquí tienes! ¡Tómalo! Es evidente que lo único que te importa es el dinero. ¡Ya he tenido suficiente de ti!".

Rhonda sintió dolor cuando la tarjeta rozó su rostro, pero no fue nada comparado con el dolor en su corazón.

"Una mujer como tú solo puede terminar muriendo sola. Ningún hombre puede soportarte". Dicho esto, Santino salió del centro comercial con Cristina de la mano.

Rhonda levantó la tarjeta y el recibo del piso, completó el procedimiento de reembolso y regresó directamente a casa.

El apartamento tenía dos dormitorios y habían estado viviendo en habitaciones separadas todo este tiempo.

Rhonda había creído que Santino era un caballero que la respetaba, pero pensándolo bien, se dio cuenta de que era ridículo.

Enseguida comenzó a empacar las cosas de Santino. Estaba decidida a echarlo hoy mismo.

Enfadada, tiró de las sábanas de la cama solo para encontrarse con dos condones usados. Parecían recientes.

Lo último que quedaba de amor y admiración por su novio se desvaneció en un instante.

Empacó todas sus pertenencias y las tiró fuera de la puerta.

En ese momento, Santino regresó al apartamento con Cristina.

Se puso furioso cuando vio todo amontonado en el suelo, junto a la puerta.

"¿Estás loca? ¿Cómo te atreves a tocar mis cosas?".

Rhonda lo ignoró y se sentó en el sofá de la sala. Antes, pensaba que Santino era el hombre más guapo del mundo, pero ahora, de solo verlo se sentía asqueada.

"Regresaste justo a tiempo. ¡Dame la llave y no vuelvas a poner tu sucio pie en mi casa!".

"Te pregunto de nuevo, ¿estás loca? Antes, pagaba el alquiler. ¿Cómo puedes pedirme que me mude?", rugió el hombre.

"Tienes razón. ¡Antes pagabas el alquiler!", escupió Rhonda, enfatizando la palabra 'antes'. "¿Y el alquiler de los últimos seis meses? ¿Y los gastos de manutención de los últimos dos años y medio? ¿Pagaste eso?".

Rhonda lo fulminó con la mirada y respiró hondo para calmarse.

Santino se sintió avergonzado al ver que muchos vecinos se habían reunido a su alrededor y chismorreaban sobre él. Quería resolver esta situación primero.

"¡Rhonda, todo lo que te importa es el dinero! Seis meses de alquiler es como máximo veinte o treinta mil dólares. Eso es justo lo que gano en dos meses. En cuanto encuentre trabajo, te devolveré el alquiler".

"No necesitas esperar hasta que encuentres un trabajo. Podemos darle el dinero ya mismo". Cristina sacó su teléfono y se acercó a Rhonda. "Te propongo un trato. Te devolveré el alquiler de seis meses, pero debes mudarte hoy".

Cristina calculó que el alquiler era pan comido en comparación con todo lo que Rhonda había gastado en Santino en estos dos años. Además, creyó que él le estaría agradecido de por vida si pagaba ese dinero ahora.

Santino se había graduado de una prestigiosa universidad y tenía un futuro prometedor. En el pasado, llegó a ganar treinta mil dólares al mes.

Al ver que Rhonda asentía satisfecha, Cristina le transfirió el dinero de inmediato.

Luego le señaló la puerta. "¡Date prisa! ¡Empaca todas tus cosas y vete!".

"No hay apuro", dijo Rhonda con calma. Enseguida se dio la vuelta y sacó un documento.

"Lee esto con cuidado", dijo y le extendió una escritura. Decía claramente que Rhonda Horton era la única propietaria.

"Soy dueña de este apartamento y no quiero alquilárselo".

"¡Rhonda, me has estafado!", estalló Santino en un ataque de ira. "¡Eres dueña de este apartamento, pero me hiciste pagar el alquiler todos estos años!".

"Estabas viviendo en mi casa. ¿No deberías pagar renta?", contestó encogiéndose de hombros con inocencia.

"¡Eres una bruja traicionera! Te subestimé", gruñó Santino, señalándola con el dedo.

"¡Eres despreciable!", exclamó Cristina. Se lamentaba de haber gastado el dinero en vano. ¡Además, ahora Santino no tenía dónde vivir!

"¡Oh, por favor! ¡No soy nada comparada contigo!".

Rhonda se paró en la puerta y ordenó: "¡Toma tus cosas y sal de mi casa!".

Cristina no estaba dispuesta a admitir la derrota, pero cuando Santino se dio cuenta de que se estaban reuniendo más vecinos para presenciar lo que estaba sucediendo, la arrastró apresuradamente.

Antes de irse, se volvió a mirar a Rhonda mientras pensaba en cómo quitarle el apartamento pronto.

Después de ahuyentar con éxito al dúo, Rhonda se apoyó contra la pared y suspiró cansada.

Lo único que pensaba en ese momento era en que ya no tendría que trabajar a medio tiempo para mantener a Santino.

En ese momento, sonó su teléfono. Lo sacó y vio que era una llamada de su hermano menor.

"Rhonda, a la abuela le han diagnosticado cáncer y la cirugía costará quinientos mil dólares. No tengo todo ese dinero. Yo...". Su hermano estalló en sollozos.

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Contenido
Capítulo 1 Soy la dueña de este apartamento Capítulo 2 Matrimonio repentino Capítulo 3 Mudanza Capítulo 4 Richard Capítulo 5 La astucia de la sirvienta Capítulo 6 Santino y su nuevo empleo
Capítulo 7 Fideos para cenar
Capítulo 8 Buscar a Santino
Capítulo 9 El apartamento de Rhonda
Capítulo 10 El pasado de Robert
Capítulo 11 Reunión en la estación de policía
Capítulo 12 Sus padres
Capítulo 13 Lesionado
Capítulo 14 Cumpleaños
Capítulo 15 Me estás seduciendo
Capítulo 16 Encontrarse con su ex en el centro comercial
Capítulo 17 Un accidente inesperado
Capítulo 18 Aumento de sueldo
Capítulo 19 La fotografía
Capítulo 20 Negligencia
Capítulo 21 La marca de lápiz labial en el cuello
Capítulo 22 El doctor Coyle está llamando
Capítulo 23 El plan de Cristina
Capítulo 24 Llama a la policía
Capítulo 25 Otro choque automovilístico
Capítulo 26 Una invitada inesperada
Capítulo 27 Evidencia irrefutable
Capítulo 28 La verdad sale a la luz
Capítulo 29 El regreso de la tía de Eliam
Capítulo 30 Causar problemas
Capítulo 31 La audición inicial
Capítulo 32 Un regalo para Eliam
Capítulo 33 Un trato
Capítulo 34 Eres increíble
Capítulo 35 Prima Ingrid
Capítulo 36 Al extranjero con Richard
Capítulo 37 El héroe
Capítulo 38 Fiebre
Capítulo 39 Los problemas causados por un ramo de rosas
Capítulo 40 Encuesta
Capítulo 41 Sacrificar esta oportunidad por Diana
Capítulo 42 El enojo de Rhonda
Capítulo 43 El astuto Eliam
Capítulo 44 Pelea entre padre e hijo
Capítulo 45 Sorprendió a todos
Capítulo 46 Embajadora de la marca
Capítulo 47 La máscara de zorro
Capítulo 48 Una noche con un desconocido
Capítulo 49 Encuentro inesperado con Santino
Capítulo 50 Tener un bebé
Capítulo 51 Visitar a Nora
Capítulo 52 Los parientes de Rhonda
Capítulo 53 Leonard es lastimado
Capítulo 54 La mentira de Eliam
Capítulo 55 Los sospechosos
Capítulo 56 Encuentro con Santino
Capítulo 57 Mensajes de Sloiam
Capítulo 58 La arrogante Tess
Capítulo 59 La provocación de Diana
Capítulo 60 Un accidente durante el rodaje
Capítulo 61 El truco de Diana
Capítulo 62 Una sorpresa repentina
Capítulo 63 Devuélvemelo
Capítulo 64 La desaparición de Leonard
Capítulo 65 El abrazo de Eliam
Capítulo 66 Richard es hospitalizado
Capítulo 67 Enfermarse
Capítulo 68 Te prometo todo
Capítulo 69 Informar al abogado
Capítulo 70 Quién es ese hombre
Capítulo 71 El trato de Diana
Capítulo 72 Pelea
Capítulo 73 Mostrar sus verdaderos colores
Capítulo 74 Competencia abierta
Capítulo 75 La verdad
Capítulo 76 Tengo hambre
Capítulo 77 Cristina es liberada
Capítulo 78 Lo siento, Eliam
Capítulo 79 Rehusar la mediación
Capítulo 80 Me enamoré de ti
Capítulo 81 Rumores
Capítulo 82 Si te hace feliz
Capítulo 83 Aviso de despido
Capítulo 84 Pillado en la cama con una prostituta
Capítulo 85 Michelle ha sido arrestada
Capítulo 86 Quiero hablar contigo a solas
Capítulo 87 Llevar a Diana a casa
Capítulo 88 De vuelta a su puesto
Capítulo 89 Ver a Steven de nuevo
Capítulo 90 El orfanato
Capítulo 91 Orden
Capítulo 92 Hacer el ridículo
Capítulo 93 Estar fuera por negocios
Capítulo 94 Los tíos
Capítulo 95 Elegir un cementerio
Capítulo 96 Banquete de agradecimiento
Capítulo 97 Señora Coyle
Capítulo 98 La renuncia de Fiona
Capítulo 99 Queja
Capítulo 100 Compartir la desgracia
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