enquiera que lo hubiera ideado, se había quedado. Se conocieron durante su primera semana en la Uni
anización benéfica. Adrian estaba extremadamente orgulloso de su organización benéfica, fundada para garantizar que los niños desfavorecidos pudieran recibir la educación
vínculo entre ello
ero más resistente
cia pero, en verdad, lo que salió de su boca sonó t
Dante se desvió cuando la band
hacia la pista de baile
recha, de nuevo a Sofía. Ella lo miraba fija
ho se
da en el hombro
e", dijo Hasan, sentándose en el asi
a, la novia, lo había encargado. El p
mino, su obvia aprensión reflej
es que los habían convertido en uno de los grupos más famosos del mundo en lu
a su lado hasta la pista de
er toque, una docena de recuerdos jug
opción que tocar su piel sedosa. Era eso o aferrarse a su trasero.
ovían por la pista de baile de una manera más parecida a un par de robots que a un pareja que había tenido una noche salvaje de sexo apenas seis semanas antes. La agitación que había comen
aba encerrado en los brazos de su igualmente amada esposa. Carlo captó
tió como un cuchillo en
que su padrino le había quita
a noche era todo lo que normalmente necesitaba, todo lo que quería. Una vez que se había di
lando su propia melodía, su cuerpo dese
tiempo hasta que terminaría el baile obligatorio. Por la rigidez
arlo, con sus ojos de gama mirándolo. Theos, era tan hermosa, con esos ojos llamativos colocados sobre un
el hombro y le lanzó a Adrian un guiño conspirador. "Creo que es mi turno de bail
oz elevada y entrecerró los ojos a
lguno de sus amigos soñaría con hacer algo c
o atrás y forzó una sonrisa, haciendo una
iedad de nadie, pero sus ojos estaban fijos en su rostro, una fugaz mirada de pán
r que ningún invitado tuviera sed por más de treinta segundos, pero Adrian
la ahora bailando con Dante. Parecía feliz de bailar co
los brazos de Adrian. Ninguno de los dos tenía en ment
ido su pri
ra lo que se negaba
bre casado cuando era adolescente era virgen. Siempre había sospechado que había más
era asunto suyo. Sofía no era a