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asado doloroso. Cada caricia se convierte en un puñal que desgarra mi cordura, cada risa retumba como un grito

etener el inevitable flujo de imágenes. Mis palabras caen en oídos sordos,

llo, anclándome a un presente que se desvanece en pesadillas. Lucho por despertar, sé que este es solo

dome de la agonía. Me incorporo con esfuerzo, enfrentando la realidad que se despliega ante mí. Es h

universidad, un lugar que debería ser refugio pero se ha convertido en un campo de batalla. Las palabras hirientes y los golpes crueles s

a, cada día más pesado que el anterior. Las cicatrices son testigos mudos de un dolor que se esconde tras una máscara de in

esencia resulta indeseable, que mi sombra es un recordatorio constante de lo que nunca podrá ser. Soy la personificación de lo desechable, el eco de la desilusión que desata la huida de todos los

se rompe únicamente cuando el timbre anuncia un efímero respiro, el preciado receso que simboliza la pausa en la tortura que es la clase. Mis pies,

viento es mi única compañía, mientras espero ansiosa el comienzo de la siguiente materia, anhelando que el reloj se mueva más rápido, que los minutos pasen sin

e encuentra en estos breves lapsos de soledad en los que intento recomponer mis fu

or Omn

oculta un juego sutil de realidades. Si bien Luz, con su esencia cegada por la ilusión de anonimato, desconoce la cadencia

ión en su interior. Su determinación, impulsada por el amor hacia ella, lo lleva a un enfrentamiento inevitable contra aquellos que desprecian lo que para él es sag

de fuerza y gallardía, se entrelazan con su cabello castaño claro que ondea al compás de su paso seguro. Segundo mejor jugador del equipo de fútbol universitario, pero su

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odía soportar verla sufrir en silencio, mientras el mundo descargaba sobre ella su mezquindad? Esa pasividad que ell

, que alguien estaba dispuesto a alzar la voz ya enfrentar el huracán por ella. Deambulé por los pasillos abarrotados hasta

on una ferocidad que brotaba desde lo más profundo de mi ser. Lo empujé contra la pa

RO QUE NO HABRÁ RINCÓN EN ESTE MUNDO QUE TE SALVE DE MI IRA!– rugí con una mezcla de eno