oles - Vestidor
ra omni
rechazar, no hacían más de dos años se había convertido en la Sra. Miranda de Soles, pero aún
tuvo llorando por el trato tan déspot
onardo volvería a ser el joven cariñoso que fue
te, nada estaba a la altura, siempre había algo
que el Gran Sr. Francisco Soles la insultara en público, lo seguía amando, incluso cuando se enteró de que él
esores, no habían congeniado con ella, no tenía la clase necesaria, al menos eso d
eptada por sus herederos, ya que quizás, con algo de suerte, ellos no tendrían conocimiento del rechazo de
bello vestido de corpiño
joyas, se perfumo con agua de rosas y se de
.
os Soles - S
ra omni
mayordomo le anunciara que todo estaba listo para partir a la mansión de los Hanks, frente a él, su padre,
specialmente ahora que conocerían a los sucesores de los Lance, con quienes no habían t
a. – sentencio el Gran Sr. Soles deteniendo su camin
llevar a Miranda con él, no porque sintiera vergüenza de ella, más
ropio para su clase y por ello, desde su matrimonio rompió todos los lazos de amistad con los Soles, lo cual afectaba directame
un breve momento, el déspota trato que recibi
l Sr. Lance al terminar la ceremonia de boda cuand
mente mientras le extendía una pequeña margarita en señal de amistad, aquel hombre tomo la flor y la obser
ue un joven de su clase tenga que degradarse al punto de emparejarse con alguien de su categoría... – inquirió señalando a Miranda
o permanecía en silencio con una expresión de profunda tristeza, ya que
e acercó un poco a Miranda y escupió sobre la falda de su vestido para
ensando en alguna otra mala acción para hacerle a la joven pareja, volviéndose en s
voy a relacion
do y la destruyo con los pies a la vez que decía con un tono de
era a su esposa, la consideraba la causa por la cual
comparándola siempre con Miranda y exigiéndole que se comportara más como ella, que hablas
consideraba a la única hija de lo
empre le pedía
o
iana, y de ser posible, que nunca diera su opinión antes de que la
r con un Soles y tampoco lo h
e amor eterno, igualdad de clases sociales, amistad entre ricos y pobres, y todas esas cursilerías
. Soles sacudiendo un poco a su hijo al
urmuro el castaño vol
a llegado al salón acompañada de Gloris, su dama de compañía, muy contenta para mo
stoy bien, que b
a griega ¿cierto? No va a haber una mujer má
poco- susurro quedamen
ía, pero no dijo nada, después de todo, al reg