egocéntrico y arrogante, y para que te dejaras de juntarte con tantas putas! —le gritó a la cara, dejándolo sin palabras—. ¡Y a ti, Madison, encima de que lo he hecho con la mejor int

a gente! ¡Hay que joderse! ¿¡Pues saben qué!? ¡Hagan lo que les

ién ya había abierto la puerta y se disponía a salir, pero en el

y tú hermano mayor! —y acto seguido cerró la puerta de un portazo, dejando a l

! —dijo entusiasmado Chris, dánd

ido desahogar de lo lindo —dijo volviendo a ag

osa —dijo Chris feliz—. Haber si Carte

a como Madison, se verá pronto te

á capaz de echarla? —pr

igo, para que eso no ocurr

ensor, sentados en el suelo,

te a Carter como para saber

*

ían los dos estáticos

omenzó a reírse, haciendo que

jaba ver sus dientes blancos, impolutos y perfectos. Su na

Andrew, pero se podía percibir que Carter er

raba la habitación que había sido suya durante unos momentos, dis

la entrada del pasillo,

uilo, con voz grave. Se le n

a despacio y vi

los de su hermano y así eran… aún así, más bonitos grises y profundo

e color castaño y la luz hacía que le arrancara destellos dorados. Era muy alto, y parecía t

i maleta —dijo u

? —pregun

recer que su pregunta no tenía ningún

con curvas muy delineadas, pie

ció bonito. Lo tenía largo, le llegaba hasta la cintura, y tenía o

largos y perfectos dedos, acabados en una uñas largas pintadas de un bonito verde. Su boca

e su cara hacían que para él, fuera l

todavía est

intención… Cómo para no saberlo —dijo murmurando y recordando el discurso de

ate —dijo imp

io la vuelta

ro, C

e miraba sin decir nada, suspiró cansado—. Mi hermano ha hecho esa escenita para no tener que cargar

a doler la cabeza

voy. No puedo quedarme aquí

porque quiero que mi hermano vea que sí soy capa

por salvaguardar tu orgullo! Pues ahora sí qu

toy dejando quedarte en la habitación de invitados por la

replicar, pe

aba un apartamento y no iba a p

ras del apartamento … No podría vivir a gusto si sé que es

ro? —dijo dive

s de la humillación y enfado que le

¡Pero hay gente que no lo es! —dijo iracunda, mien

e fla