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itante dentro de la capital, puesto que sus días siempre eran soleados, una conej

ital, Olivia termino perdida dentro del espeso bosque tropical, huyend

ba, su cuerpo fallaba por el esfuerzo que estaba haciendo para seguir estando de p

al salvaje por lo que su cuerpo sudaba de miedo, el rugido volvió a escucharse provocando que cay

iendo testigo de un asesinato y mucho menos que ella pueda ser la siguiente persona en morir si eso era posible. El corazón bondadoso del q

pués de lo que escucho. Su cuerpo parecía paralizarse al escuchar ahora pasos pesados tomando dirección hacia donde e

podía ella mantener en ese momento. El miedo no le permitía gritar, aunque más quisiera. Cuando aquel impulso lleno de adrenal

ovimiento. Aplastada intento gritar por su vida en un momento de adrenalina. Fue callada por aquel hombre que poso su mano sobre la boca de ella

s de sobrevivir su vida terminaría de esa forma, de nuevo pa

que solo guardo silencio en el segundo que él habló. Su naturaleza era sumisa, por lo que no fue ni

relámpago logró ver el rostro de ese hombre, se quedó inmóvil. Estaba jurando haberlo visto en algún lugar, pero su mente en ese

alejando por un momento aquel pensamiento en donde le asegur

de aquel sujeto. Sin saber muy bien que se estaba metiendo en algo oscuro para ella al estar mucho

orm, lado

ylsorm— no se movió, se asustó rápidamente por la

mplemente agacha su rostro, su mente hizo clic cuando otro relámpa

ntes visto, pero trataba de no verlo tanto, a vec

ese mismo Alfa era la p

pal, soy nueva en el lugar. Lo siento,

erca de su cuello, siendo algo que solo veía en los imprimados o marcados, u

osa en ese momento y ahora le preocupaba que estuviera llena de lodo, pero exclusiva

la hizo sentir extraña más cuando sintió la respiración de él s

ó por dejar ver aquel lado tierno e inocente de ella que la hacía

ecía querer alejarse de aquella coneja que solo miraba el camino intentando no perder

ue tenía las luces encendidas a altas horas de la noche por la ausencia de ella. Sonrió levemente capt

etuvo haciendo que ella se detuviera mientras temblaba ¿esa sería su

sustarse por la sangre que veía en su ropa y en el suelo, aquello era

ie—. Olivia asintió frenética, aquello parec

ompleto, su cuerpo nuevamente tembló. Era demasiada sangre la que veía, pensó en dejarlo ahí tirado, huir lejos. Nadie la

uella manera que proc

to cargo?, ¿y si iba por ell

de la casa, lo dejó en el suelo de la sala porque si alguien veía sangre en su casa de seg

as la volvieron a agarrar haciéndola caer sobre él, tenía el rostro tan cer

distancia por lo nerviosa que se ponía con la mirada de ese hombre, pensó en t

e de una modista —.

or la complexión de él hasta la herida, tembló nuevamente al senti

la, solo que con piel, t

us piernas temblaban, al igual que sus manos y labios, paso sus manos por s

etener el sangrado de un felino, rezaba hacia aquella diosa qu

bre que permanecía ahora dormido en el sofá de su sala, sin darse cue

as que al final había caído dormida. Cuando despertó era tarde, el sol parecía ocultarse, camino con pereza saliendo de

a, y por error la hizo demasiado grande. Y fue perfecta para él

había recordado haber caído dormida en el pecho de aquel hombre mientras trataba de saber que nada malo le ocurriría a él. Solam

dejó en

ómo despertó en su cama si ella cayó dormida al lado de

a sangre que había embarrado todo el suelo, ella no limpio pa

sido un sueño. Cayó en aquel sofá, confundida de todo, intent

ndo un frío aire pasó por su cuerpo asustándola mientras pensaba en él. ¿A qu

llos y sobretodo parecía un gigante al lado de ella. Quedó asombrada por aquel hombre que hasta en una de sus imaginaciones cr

olo eran inicio de su desvelo, mientras aquel felino solo permanecía durmiendo

había metido en el camino equivocado mientras estaba en aquel bosqu

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