img Todo Por Ella: Venganza y Amor  /  Capítulo 3 No te daré el divorcio | 8.11%
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Historia

Capítulo 3 No te daré el divorcio

Palabras:1703    |    Actualizado en: 17/03/2024

a

ía, sabía que no había dormido en medio de la calle. Forcé mis ojos tanto como pude. Giré ligeramente la cabeza hacia un lado, mi visión estaba

stoy desnud

ombre con una postura arrogante. Para mi d

e?» Forcé a mi subconscien

con una expresión fría, no había rastro de emo

bía pasado en ese bar desp

o ante el silencio del hombre a mi lado. Solo po

ue se ampliaba por los anchos hombros. Su olor era delicioso y su rostr

gué aquí?

ar — respondió Lorenzo con una

atidos se aceleraron mientras él se acercaba.

a de escapar de allí. Intenté levantarme de la ca

bana y comenzaron a tirar, sujet

a recompensar? — Su vo

ostro. Ese olor con matices amanerados mezclados con loción para después de afeitar era provocativo. El deseo reflejado en esos ojos negr

con este desconocido. Todavía estaba muy enojad

o p

i labio inferior con el de

poniendo mi mano en el pecho del hombre guapo y a

os ojos y los abrí de nuevo. Respiré aliviada cuando él saltó de la cama y se dirigió a una cómoda al ot

gresó y extendió la mano para entre

é es

ntas de los g

era ne

la sustancia que los malditos punks

. Me preguntaba de dónde sacarí

o t

oblema mío, qu

a sábana alrededor de mi cuerpo y

— Gritó tan alto que m

están m

otro lado, se detuvo frente a una puerta. — No quiero verte más aquí cua

rta. Lo pasé rápidamente por mis brazos, abroché los botones y el l

rir las puertas y escapar de esa suite. Sin mirar at

ero corrí y llegué a tiempo. Sentí algo pesa

pa debajo de ese abrigo. Miré a la madre jugando con su hijo e inmediatamente pensé en mi hija. El tim

salida. Hice señas a un taxi y entré. Tan pronto como lle

ulo se detuvo frente a la modesta casa, vi a

uenta euros para pagar el viaje. Frunció el ceño,

ver mi dinero — di

para d

, luego

o. No tenía ni idea de cómo iba a pagar. Entregué el

— Caminé por el cam

más. Quería presentar la solicit

ún está d

a recogió

Cuá

hace casi

l bolsillo del abrigo parecía pesar más mientras corría. Pi

¡M

s castaños y le di muchos besitos e

riendo. Era como si

la noche? — Él preguntó, curi

n, me agaché y puse

bitación y pon alguna

Los ojitos de aceitun

¡S

sapareció por los pasillos

ese abrigo? — P

tro. Intenté pasar junto a él, pero él tiró del cuel

s? — Se dio cuenta de q

— respondí. — ¿Sabes qué? — Tomé coraje, — ¡Quiero el divo

voy a dar el divorcio. Eres mi e

soy tu

suelo. Agarró mi cabello, tirando de mí, obligándome a sentarme en el sofá. Me dio una

che? — Lucca me agarró

por soltarme. Lucca lanzó ot

! — Bella gritó y c

ja. — Pasó la noche con otro hombre en lugar de cuidarte a t

uía gritando, insultándome y diciendo cosas absurdas que no había

u pierna y mordía con fuerza. A grito

jó al sofá a mi lado. — Nunca más te

i regazo. No dejaría que ese monstruo la lastimara de nuevo. Saqué la pi

urón. No esperaba que re

, — su voz se su

e mi cami

iquiera sabía si estaba cargada.

n el aire burlándose de mí — Eres demasia

ver qué pasa? — Mi sangre hervía despué

estaba más concentrado en la pistola que

ivorcio, — él

ar la pistola. Agarré el metal, luchan

epente, el sonido del disparo puso fin a la disputa. Parpadeé varias veces

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