img La favorita de los Reyes.  /  Capítulo 2 Uno. | 6.06%
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Historia

Capítulo 2 Uno.

Palabras:2409    |    Actualizado en: 20/03/2024

ÍTUL

a, año

ba

lía todavía debido al trabajo de ayer en la taberna de Gorgol, como era de costumbre tenía que trabajar para poder com

a. Tomé el balde con agua para lavarme el rostro y parte de mi cuerpo, me quite la bata de dormir para ponerme el vestido que usaba para hacer los quehaceres,

re. Empecé a despejar todo a mi paso ya que siempre llega y tira todo lo que encuentre, típico de el, abrí las ventanas de la cocina y la puerta que llevaba ha

cie su enorme panza—

e entonces ella es la que nos da la leche, siempre trato de

inútil qué siempre trae leña mojada y es más difícil de encender. Al fin encendida, empecé a preparar el pan para el desayuno ya que a mi padre le gusta recién hecho, si era delicioso pero era mucho trabajo, por suerte se me ocu

dije al verlo salir de

e comer

aliente, luego empezó a comer, como siempre tenía que esperar q

ios hacia mi, la forma en que me trata y en la que me golpea, al igual en la forma tan inapropiada en la q

ner náuseas, así que lo deje que co

la taberna

dos días, no me toca trabajar

es tengo que decirte que si

sien

tomarme de los brazos con fuerza, su

bebí anoche ¿entiendes? Soy tu padre y

tiendo

diente —sus manos bajaron por m

hagas.. —es

ó mis brazos— es una lástima que no pueda to

da, casi siempre hacia esas cosas, eso estaba mal y me causaba tanto as

poco largo así que debía ir rápido y regresar para hacer el almuerzo. Puse la cesta sobre mi cabeza y así pud

on hechizados para permanecer jóvenes para siempre y así poder ver morir a sus seres queridos, ambos Reyes fueron condenados a la juventud eterna por

que están buscando la indicada qué pueda romper el hechiz

y sus histor

sol, me gustaba hacerlo ya que era temporada fresca y era agradable salir a pasear aunque no lo haga con fre

tos años. Mientras crecía tenía dudas sobre mi vida, del como crecía ya que no tenía a nadie a quien preguntarle del porque cada cierto tiempo salía sangre de mi intimidad, de los bultos en mi pecho y de lo ancho de mis caderas, me había asustado de esas cosas hasta que escuché a una seño

odiaba mi rostro así que supuse que lo era al parecerme a ella. Así que evitaba a toda costa mirar

un suspiro— tengo que i

ueblo no estaba tan lejos de casa así que sería rápido, quería aprender a cultivar ver

ñora Meyer me sonri

por un par

pan dulce, siempre que venía me daba uno ya que no se me permite comer dulce ya que a m

, mire hacia aquella dirección, venían l

fender las fronteras —escuche a una mu

esta vez si

lo que se dice, q

ladurías

e que mi padre llegara, llegando a la casa, escondí el pan dulce y seg

res? ¿Serán inmortales?

e se bebió, a pesar de que este lugar esté lleno de hombres borrachos y mal olientes, ninguno me

to a la mesa de

cervezas y las de

o hacían ver gracioso—, deberías ir un día a la casa para que

que pasaría si aprendo a l

o serio— No puedo hacerle nada por ahora, pero llego a descubrir de que ha

e pre

as viva con el, el tiene poder y potestad sobre mi, también a decidir que hacer conmigo. Por eso es que jamás quiso que yo aprendiera a leer o escribir ya que según el,

í de Gorgol y regrese a casa, al llegar a la puerta escuche cosas romperse, estaba borra

ad

u habit

e la puerta, no pasó demasiado tiempo cu

álmate p

rse encima de mi le arañe el rostro pero me dio una

e colgaran! —se detuvo y se bajó

n mi pecho, tenía que salir y respi

ente hacia el río, la luna estaba brillante, era mi única acompañante mi

estaba decidida qué pasaría la noche aqu

hace

a voz, había un hombre en un

e una p

ne a.. A ba

jó del caballo, tenia una especie

ediato— solo quer

—se acercó más a mi ya que no podía verlo

uedé impresionada al ver

o te

lo sentí posarse frente a mi, me as

, pero sabía que eran

bar

bar.. Su

enes ap

no tengo —se sepa

che por aquí? Pue

r un poco, me sentía

ete a casa, una señorita no debe estar a

scuchar que venía otro caballo, este e

—se bajó del caballo, lueg

se miraron, el le a

entí— ¿Sabes que el

iba —mis manos

nde

. Vivo cer

al verlos a ambos

El Rey Zeker le pr

tu casa Ambar, es tarde,

o en serio.. Pu

quedo de otra que asentir y empeza

entía pequeña e intimidada, la luna dejaba ver las sombras de ambos, la mí

estaba el silencio, supongo que

fan no dejaba de mirar mi

uchas gracias por traerme, lamento si fui u

ijo el Rey Zarek

¿Que quiso d

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