tulo
s películas románticas que le gusta y por último, pero
so es lo más impo
ilagrosamente fue escogida por Kayla y al notar que yo no estaba para celebrar su triun
on esto que le l
cado de hacer para mí es
l Ho
otro con ropa profesional y perfectamente coordinadas, cada un
hasta la hor
ionado del edificio está a tope cuando siento el frío golpear mi piel y un
es, ¿qué hago en la
er lo que sea y por motivos que ya sabemos escogió el poder trabaja
amor hace que uno haga ese tipo de cosas, des
si no quieres q
ELIÁN EST
machote está en es
ni tampoco quiero
ma, con paso seguro paso a recepción y una esplendorosa rubi
í, estoy b
Dhall no está en la empresa, si quiere p
a de ella —Yo no estoy aquí para ver a ese inútil, yo estoy aquí buscando a mi mejor
z encuentro a alguien que comparte el sentimi
to y que Elián tendrá el suyo, así que les pido amablemente a los dos que se callen la boca —los ojos mieles de ella conectan directamente conmigo sin vacilar —tu amiga está trabajando en el último piso y
evador, entro y toca el botón del último piso, en cuestión de segundos las puertas se abren y del otro
sonrisa
s la que querías
verlos una vez más, el señor Elián ya ha terminado la reunión con
de ojos verdes da conmigo, abrocha un botón de su saco azul y ve a Quero con la cabeza baja —y llévalas a ellas dos al igual que la secretaria de Elián —nos señala —a la sala de descanso hasta que terminemo
mosas puertas de color mármol —estarán aquí hasta que yo finalice la reunión con los du
ntras lleva sus manos a la frente, sus
e el refinado sofá —¿Él es qué? ¿Qu
cuidado a uno de los sillones ind
po inhala y exhala gran cantidad
Yannick, es mi crush y me enamoré mucho más de él al escucharlo —en
eg
el a
pongo encima de su falda negra y parece salir del trance en el que
al fondo del todo hay un regalo que tal vez te vuelva loca —parpadea varias veces mostrándome esas pestañas envidiables de forma curvada y sus manos tiran a un lado t
piso, sonrío devolviéndole el abrazo y la puerta se abre mostrándom
ace es
as cuando están comiendo paja, sus ojos me ven a través de esos lentes de contacto ridículamente falsos y rueda sus ojos
lo mejor
as, sobo sus hombros y le doy una cálida sonrisa —Yo ya me tengo que ir, pr
ica y que me convertiría en su luna —giro mi cuerpo hacia ella de manera amenazante y una sonrisa de suficiencia surca mis labios —bueno te dejo porque aquí hay bichos inferiores a mí escuchando lo que digo, chao, besitos —lanza besos al teléfono y cuelga, se cruza de piernas y finalmente se dirige a mí —¿qué quieres que no has dejado de mirarme? ¿Acaso quieres
aro, con mucho gusto te hago tu té —doy un paso hacia
o me trates de tú, tratame de usted, porque
ero —supuesto, señora de Dhall —c
rbo para tirarselo encima de la ropa —¡¿PERO QUE HACES ESTÚPIDA?! —la puerta se abre de repente
que estoy e