El CEO infértil y su Esposa millonaria.

ÓL

dar lo importante. De convertir lo urgent

lo entendió de

laban con luces intermitentes, pitando como

rchitas, como si la vida y la muerte hubieran

- apenas era una sombra de sí misma. Frágil, pequeña, con la piel tan delg

oraba. N

CEO de Connor Enterprises. El heredero de una dinastía. El niño huérfano que ella moldeó en hierro

la morfina y los recuerdos. Sus dedos temblorosos apenas rozaban la sábana-. "Ella... me hace s

era romper el único vínculo que aún lo mantenía humano. Porque la última

mesa en el pecho, Elliot sell

. Al menos

ca Ac

ojos luminosos, de esos que parecen ver más de lo que m

que estaban solos. Era la mujer que se detenía a ajustar

visible en el

e dejó d

una desconocida. La conoció hace mucho, sí. Pero nunca la había det

lo rec

tal siendo un paciente interno de rostro altivo y p

s los que se dedicaban a humillarla, cada mirada que no le devol

cordaba cada vez que cruzaron palabra, cada encuentro breve

o un pacto frente a un juez de paz. Un papel firmado bajo la mirada comp

juntas, sus demonios. Sin darle más importan

que Yessica lo amó en s

una noche, cansado del vacío, la buscara. Que alguna palabra suya fuera más que un

errado bajo la indiferencia de un ho

el desprecio velado y los silencios hirientes eran cuchillas que cortaban

llegó el

ientre. Una vida pequeña, brillante, inesperada. La heren

como un milagro. Lo

lo marcó a fuego- decía que era estéril. Impos

del despacho donde la enfrentó-. "No ju

algo en e

n lágrimas, sin re

Enterró su nombre como un error más, junto a todos los proyectos fallid

una aguja que pincha en la noche.

e había perdido: no solo a la mujer que lo amó en secreto durante media vida,

astara, Elliot des

más. No era una mujer sencilla, h

un imperio silencioso, una red de clínicas privadas, farmacéuticas, inversiones en cu

de su apellido, su d

amor... Y él n

nto de caer, Elliot Connor enfrenta la única bata

mada. Por abrazar al hijo que nació y creció lejos de

e un pasado que no

a historia de

unidades. De errores irreparables

seos no solo dictan herencias.

alioso no se mide en acciones ni en capital. Se mide e