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Historia

Capítulo 3 Tres

Palabras:4465    |    Actualizado en: 18/04/2021

ÍTU

sponder y qué pensar sobre dicha propuesta que no s

pañía? —repito

o de James se descompuso, echándose haci

bes qué? Mejor olvídal

repentimiento, pero estaba sien

que quieras. Puedo ser lo que desees —ins

jos, rendido. Lanzó u

d es que no. Por favor no pienses eso. Es “una acompañante remunerada”, es decir una person

que parara la explicación. Asentí

compañante? ¿Y vas a p

organizada por mis padres, entre amigos de ellos

a y pensamientos negativos que puede intentar suicidarse nuevame

e vigilada, podrás salir a despejarte un poco, ventilar tu mente

é parte del dinero para ir a un psicólogo. T

presa y se inclinó sobre

a. Voy a conseguirte al mejor psicólogo de la ciudad, y yo m

nta tarde de que mis ojos se habían lle

amente, con la voz rota, arrastrando la sill

ntacto de un hombre tan gentil y amigable cómo él y de cierta manera, se sentía bien. James era reconfortante. Me vi sacudida por l

psicólogo y buscar ayuda—confes

mi amiga, yo estoy aquí para sacarte de la oscuridad, sal

a como ahora, pero era muy t

ca las ollas, los cubiertos y las copas que él había utilizado para prepararme algo de co

ando con una loca. No quería aterrarlo con lo que me estaba suce

agradable conmigo,

special, habrá personas muy importantes e incluso inversionistas interesados en las acciones de mis padres. Habrá comida grat

Tengo algo de dinero de mi ex empleo, me tomé la molestia de sacarlo yo misma de la caja regist

te? —se escandalizó James, atónito—¿Por perder

mi corazón roto. Su rostro

a un autobús de aquí. Mi jefe tenía la costumbre de humillarte, acosarme y explotarme laboralmente. Decidí renunciar, y ahora

lo conté, incluso percibí como sus puños se apre

ber que podíamos detesta

n en marcharte de un luga

se de ciertos lugar

apo, guardándolo en una bolsa de papel en donde

os fogozos—me dijo, entusiasmado y hasta creí que m

ermitirte

enos. No te preocupes. No sabes el

aber que sir

spiración. El roce de su piel me hizo estremecer de cierta forma que mis piernas s

muy valiosa. —me dice, con su voz tan su

on florecer una son

n lo que dices.

bajar, compraré ese vestido y esos zapatos que tan bien te quedarán esta noche —Sonrió, tomando lo que le pertenecía para marchar

uparte por mí y

que él cerrará torpemente la puerta

esperando a que dijera algo—. Gracias

rme salvarte, amiga. P

al poder lograr hacer un a

rar la silla que estaba pegada a la puerta para que esta no se abrier

udiera contemplar su vestimenta y con un p

bía cortado el cabello y le quedaba genial. Sus ojos amarillentos irradiaban entusiasmo, tenía puesto un esmoquin oscuro ajustado al cuerpo, hacie

estaba tan arreglada como él, sino que tenía l

n arreglarme. Siento muc

maquillaje o ropa elegante, puedo asegurar que verte con la

ue empiezo a sospechar que no naciste aquí, James.

encajaba en el mi

ia a los trece años. Así que aprendí hablar de manera

Que hermoso lo

a —dejó las bolsas con diferentes logotipos encima de la m

mi rostro en mis manos ya que reconocía las marcas de l

l monto de cada cosa que cons

” de su boca. Quizás lo hacía para no hacerme

ti una diosa—me dio las bolsas que torpemente tomé y las pegué contra

curiosidad que me hacía sentir extrañ

rré, y me marché a mi habitación con tanta cu

preguntandomé cuál abriría primero. Abrí la bolsa en la cual encontré

del mismo color que se lucían en los hombros. El vestido era tan largo que seguro me llegaban a los pies, quizás

r la bolsa que contenía la caja de zapatos más hermosa del mundo

antenerlos en mis pies y no caer. Agradecí con todo mi corazón que no se

a elegir y puro maquillaje, como sombras de ojos, mascarillas para la

bresaltara porque estaba demasiado cauti

callada, da señales de vida por

suicidad

dejas

S

, con una sonrisa y con sus manos

todo? —me preguntó—. Es

haciendo un gesto con la mano apuntando hacia las

as imaginarias realizadas con sus dedos —. He llamado a uno de los mejores psicólogos de la ciudad, el señor Williams. Tienes cita el viernes, estamos

é—. Gracias por localizar a un psicólogo, Jame

anos sobre el colchón y lo abracé, rodeándolo con mis brazos alrededor

rdó en corresponderme el abrazo. Haciéndome sentir sus enormes manos sobre mi pequeñ

mentos difíciles. Es como si el mismísimo Olimp

rita Grey—me soltó como si fuese frágil y con

media. Me había dejado el cabello suelto, ya que lo tenía liso, lam

le, me observé a mí misma, intentando reconocerme. Mi rostro, maquillado, destacando con simpleza y el v

sde mi ventana. Seguro a mi cuerpo le estarían haciendo p

r y las llaves del apartamento, y algunos maq

ios

ró de arriba abajo, haciéndome sentir que toda ternura proveniente de su rostro había desaparecido, suplantándolo lo que parecía

, parecía más joven de

resulta imposible, ya que soy muy

egalado me ha vu

dar una vuelta, dicho

e declaro un gran admirador tuyo, amiga mía—me dijo, cua

crees que

sto beso en la frente. Dicho

provocándome un fuerte escalofrío que recorría inmediatame

amun

de lo esperado. Regreso a la re

listos, a

i edificio, me paré en seco y él m

erosa—. Literalmente me estoy marchando con un desconocido, a una fiesta rodeada de

e necesitará defenderme de algún imbécil que decidiera acosarme

edes confiar en mí, prometo no defraudarte. Aunque suene extraño, te e

inesperada. Ar

s que voy a tra

ho y levantó el mentón,

d. No suelo llevar a mujer

a camioneta negra nos estaba esperando fuera, con la luz de

na chica de compañia a

ayudándome a subir. Por lo que pude ver,

icaré en un

on pensar que aquella oferta de ser una chica de compañía era muy tentadora. El os

jo algo al chófer que no pude oír. Cerró la puert

se aman, pero a veces necesitan salir con otras personas, conocer gente nueva. Los dos me han dicho que tener un

como una relación sana

obligan a llevar

apartó la mirada. El coche

bir llamadas telefónicas de tus padres a las tres de la mañana y que te comen

implemente ig

é pasar por una; para que crean que r

que recurras a mí

o, cómo si hubiera dic

una por el resto de sus vidas. Son capaz de arruinarme monetariamente, cuando te metes en un círculo así, debes sa

s arriesgado de

o explica p

r por

o eso no te asegura nada. Quizás puedo ser el peor c

nó con l

ue estés

l comentario no le había hecho gracia. Púb

na, lo acepto sólo porque lo tomo cómo un trabajo! Fav

des negarme que ser una acompañante

una pelusa imaginaria en el

rialdad y tomó mi mano que había posado r

o aceptes, tú no sabes quiénes son y qué quieren de ti. Prefiero ser yo el que te esc

a hecho entender que hablaba m

ue te haga enfa

cioso pensar que, aunque ambos estuviéramos merodeando en nuestr

fuerte patada que James lanzó contra ella para ingresar, la puerta parecía giratoria así que no tuve más remedio a qu

nión entre dos muros de ligustrina. Las luces de la calle iluminaban su camino, hac

cedió con lentitud. No pude ver demasiado detalles sobre el gigant

amente dónde me estaba metiendo. El auto aparcó

a bajar—me dijo James,

he y abrió la mía, mientras y

Seguro sigues sin co

ervito comienz

que aún no saliste corriendo. —se río, of

se abriera para disimular lo impresionante que era. Las luces ahora iluminaban el jardín, el camino de piedras blancas que llegaban hasta las e

je a alguien. Aparté la mirada al instante, no quería que p

tes de llegar a ella, ya que son algo mayores y podrían

acue

e miró de arriba a bajo y me s

dijo y yo sentí cosq

por ti

e. Mis mejillas se ruborizaron y aparté la mirada de la intensidad d

ue destacaba más que ella, se hizo presenten. Una sonrisa se

tenso en su lugar, con sus labios apretándose y mirándom

en mí y su rostro pasó d

a Grey, amig

escasos besos en cada mej

voz baja a él, como s

era esta noche. Veo que tu rostr

, tratando de salvar aquella situación tan incómo

pura. Mierda. Quería darle una bofetada por ser tan a

nuestro hijo. Por lo menos conseguiste a una joven con rostro de

a la defensi

o—. Tú y papá querían conocerla. Te la presento y

me pagarán por ello, ya me hubiera mar

carraspeó ella, per

r esta noche—me susurró James ta

entarme el s

na sonrisa, ocultándolo

la noche más l

pa de telas desgastadas que tenía hace pocas horas en el apartamento. Candelabros hermosos, pisos inmaculados y encerados, perso

, con un gesto de cabeza y levantan

ofrecerte ser una chica de compañía. Es imposible no admitir que algunas pe

de perderme? —le dije

oferta tan tentadora que te p

l mismo tono de voz—. De toda las persona

resentaré

ordete y de baja estatura, que estaba de espalda a

Pa

se volvió una gran dificultar y el mundo se había caído sobre mis pies. El hombre se dio la

onios ha

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