una doncella me trajo
n una sonrisa ensayada. "Dice que lo quiere
una tableta. Mostra
cando torpemente mi guitarra. Isabella r
en mi boca. Su "cuidado" era u
io. Luego, emp
la me compraba. No los relojes
ejas, un par de vaqueros gastados, una camise
o de la Torre, el marido trofeo
e Isabella y mías. Los primeros años. Viajes a París, sonrisas
El duelo por la mujer que pensé q
perables. Estaban manchad
oné todas las fotos.
é "eli
nó lentamente. Era una cata
, el sol empezaba a salir por
habitación se
alones de pijama de seda. En su
acento argentino. "Isabella me dijo
con saña, produciend
con ella. A Isabella le gusta
humillación era su objetiv
lvemel
en mi cama. "Pero no quiero d
n silencio
Qué ab
caminó haci
examinando la guita
erado, la estrelló contra
que me rompió algo por dentro. Lo
otencia era total. Este hombre disfr
na sonrisa malicios
ntró en la habitación, env
o este ruido
ambió su expresión.
entó atacarme y, en el for
sus ojos llenos de
teo? ¿Has atacado a
temblando de ira. Saqué mi teléfono. "Te
de Leo, burlona y crue
uchó, su ros
inó, apagó
stimando la prueba. "Conozco a Leo. Es un buen hom
contra el que no podía luchar.
culpas a Le
irándola,
a, Ma