o la f
necesarias. Isabella sonrió, una victoria mal disimulada en sus oj
shes de los paparazzi me cegaron. Isabella se aferró a m
cariño. Neces
ba con una dulzura empalagosa. Yo fingía arrepentimiento, hablaba de te
er contacto fue con un viejo amigo de mis días de futbolista, un hombre que le debía su ca
rabaciones. Todo. Y quiero que busques algo sobre mí. Algo que yo no sepa.
me miró,
tás bien? ¿Qué
ahora. Solo hazlo. Te
rte, sonriéndole mientras mi hijo dormía en la habitación de al lado, ajeno al peligro. Cada no
espués, mi a
s que ver esto.
café discreto. Dejó
. Eso era obvio. Pero
ombre. Un hombre que era idéntico a mí. Misma cara, misma a
?" mi voz era a
rtificado de nacimiento. "Se llama Adrián. Nació el mismo
bajo mis pies. Mis padres nunca
e descubierto quién lo adoptó: la familia de Isabella. Lo han criado en secreto
un tren. "El Mellizo". El amante de I
l del rompecabezas encajó
i voz rota. "De Mateo. Compara su A
decir nada. Su silenc
padre de Mateo. Mi hijo no era mi hijo. Todo mi mundo,