cómo cono
una pequeña caseta. Él era el heredero
nía "duende", que nunca
que me miraba, como si y
pre hubo
res. La forma en que despreciaba mis or
n un bodeguero de Jerez,"
Mi abuela había empeorado,
facturas sin que
o mi pelo. "No puedes vivir sin m
tí atrapada por
l suelo del patio,
erosidad.
scuridad, recordando una vez que lo salvé de una co
de haberle sa
s sirenas a lo lejos, antes de que el dol
una cama d
escayolada, eleva
una silla junto a la c
su expresión era
estás de
ó. Su nerviosismo no era
voz era un graznido. "Le dije a la e
pondió. Evit
a puerta de la ha
Isab
nrisa cruel
ara decírtelo," dijo, su voz got
irme
palabra. "Fui a verla. Le conté con todo detalle cómo M
su te
su precioso legado se había acabado. Su coraz
do se
espeso, pesado.
en mi boca. Sangre. Me
. mon
dolor agudo en mi tobillo. Mi único pens
rraron alrededo
mat
! ¡Te estás v
de ella. En el fo
eza golpeó el borde metál
do explotó e
na Isabela que sollozaba falsamente, mient