familia", convencido de que había vivido una vida plena y exitosa c
stenía mi mano, sus lág
e miraba con una e
ojos, sa
se quedó flotando, inv
palabras de mi "hijo": "Finalm
ó mi mano com
nuestra fortuna
su hijo, cuarenta años llam
a Javier llamar a su "verdadero padr
ro para mantener a ese
, como basura,
oportable, la ra
ozarlos, pero era un
y desesperación, una fuerz
los
de nuevo, en la hac
caía
z, no m
i destino ahora