de Mateo. Se bebió su tercera copa de whisky de un solo trago. El alcohol le quemaba
io a Carmen de pie junto a la cabina del DJ. Aunque se suponía que era su guardaespa
ron la oreja de Carmen. La mujer, que siempre era fría como el hi
sa y, al darse la vuelta, fue
que no veía un espécime
das tu número
mujer que se le acercó llamó
guapo desconocido, mir
que se marcaban a través de la camisa. Él intentó quitársela de enc
e das la cara, n
ujer a sus espalda
o, no tien
os mirado es u
todas a la vez. Cada vez más mujeres se acercaban, y algunas
te gritó, su voz mezc
con una facilidad impresionante. Después de todo, era una guardaespaldas entrenada, y con una
das." Mateo se burló, levantando la mano para limpiar el alc
, "Lo siento, no lo
bios casi rozando su barbilla, su aliento a whisky go
y Carmen frunció el ceño, retrocediendo medi
se y tenga hijos, podrás proteg
nario. Los trabajadores del club subieron una jaula de hierro, y den
ntador gritó emocionado, "¡Torbellino Negro c
este tipo de espectáculos de peleas sangrientas co
para irse, la jaula de hierro emitió un "chirri
ió en un abrir
jaula y se abalanzó sobre la multitud más
un solo segundo. Corrió instintivamente hacia David, protegiéndol
más cercano al mastín. Podía ver la saliva goteando
h..
de repente, a
la tela y la carne desgarrándose juntas. Un trozo de carne fue arrancado brutalmente, la sangre brotó a borbotones, y él
Ban
ieran los tímpanos. El mas
palda de Carmen, con una pistola en la mano, protegiendo a David.
sinfectante
el techo blanco del hospital. Su pantorrilla ardía como si la hubieran quemado con un h
a puerta de la habitación del hospital volvió a
s, "Hermana Carmen, usted es la guardaespaldas de mi hermano, ¿por
sión, le daba unas palmaditas en la espalda, su voz incre
y sus siguientes palabras fueron un golpe final para
antó la cabeza, sus ojo
ormalmente serias ahora teñidas de un