s. La observé desde la puerta de la cocina, una espectadora silenciosa en mi propia casa. Patr

ito un fondo impresionante para hablar con un patrocinador",

esites", respondió él, dán

espacio que todavía sentía como mío. Mi indiferencia pareció desconcertarlo más que cualquier

su voz llena de una ternura que una vez fue para mí. "L

me débil y temblorosa. Me sentía atrapada en una pesadilla, sola en mi su

ro la cabeza me daba vueltas. Me arrastré fuera de la habitación, apoyándo

as escaleras, escuché sus voces desde el est

", decía Patrick. "Mi vida habría sido mu

nses en eso ahora. Estamos ju

endo que el suelo se hundía bajo mis pies. El dolor de mi b

. El plato que le enseñé a preparar, el que me hacía en las mañanas especiales. Ahora s

hacia adelante, dejando al descubierto una marca roja en su cuello, un chupetón descarado y vu

oleada d

a con un beso largo y apasionado, justo delante de mí. No me di

la que ahora olía a ella, y empecé a empacar mis cosas. Ropa, libros, r

ró. Era un mens

sta noche. Yolanda no se siente bien, ne

Yolanda. Mi decisión era más firme que nunca. Empecé a sacar mis maletas, pr