me hace sonreír. Cambié el video original

a íntima escena aparece en la pantalla. Me d

á sin palabras, con la boca abierta. Nathalie también parece hor

urmuro con una

iento culpable por haber ar

do del lugar. Pero, en plena huida, me detengo en

na sonrisa ladina se dibuja en sus labios. Su presencia es des

e hombre y me apresuro a volver a mi habitación. Una vez dentro, me desplo

a palabra. Esto solo hace que llore más fuerte. "No puedo segui

etando mi mano. "Es

stro rojo de ira. "¿En qué demonios te metiste?", grita. "¿Te das cuenta de lo que has hec

ndo los viste juntos, deberías haber

enas en un susurro. "Papá, estoy

nes que volver y casarte con él ahora

escuche, pero sé que es mejor no alzar la voz. Me dejo caer de rodillas, agarrando su pierna. "P

trimonio es importante para nuestra familia. Necesitamos el poder y la riquez

el corazón roto. "Por

definitiva. "Si no te casa

ando en serio. Lo miro de nuevo, demasiado ató

ue no deja lugar a discusiones.

un lío emocional de confusión. Sydney se apresura a mi lado de nuevo, con sus brazos a

emocionalmente exhausta; me siento en silencio, mirando al vacío. Después de un

en de par en par por la s

mas lágrimas. "Sí. Tengo que

maquillo un poco, Sydney me observa a través del espejo

lugar de la boda y nos colamos entre la multitud sin ser vistas

a. "Hola a todos. La boda continuará según lo plan

ue quiero hacer es estrella

e no es cercana a la familia no puede distinguirnos. Nathalie está deslumbrante con

ude, pero me siento sola, hundida en mi propia miseria. El dolor es insopor

ampán fluye libremente. Empiezo a sentirme mareada,

ón. Su mandíbula fuerte y sus penetrantes ojos azules parecen ver directamente a través de mí. Viste un i

hoyuelos encantadores. Mi corazón da un vuelco. Sin dudarlo un instante, impulsada

voz suave y acogedo

cercándome un poco más. "

a frase por mí, con

Sí, exactamente". Apoyo la mano en su ancho ho

u oído y le susurro: "Aquí hace demasiado calor, ¿no c

de pie y, con un gesto galante, me of

andonamos el salón. Nada más salir, mi