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Woa

al correr, alrededor de estos jóvenes que montaban un caballo, se oían ruidos naturales, cantos de a

poco a poco de luz con su imponente aura y presenci

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ar y despedirse de sus caballos. Ahora mismo, los tres jóvenes caminaban por las calles de la ciudad, del reino. Ellos veían con una sonrisa f

o mujeres embarazadas, o algunos niños. Sin embargo, luego de aquellas acciones, finalmente llegaron

amargura y cansancio, la política cansaba, los negocios, y el poder pesaba bastante en un hombro joven e inexperto. Sus a

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os vs Leó

onfusas, y un dicho complejo. Un león con una vista perforada en su ojo izquierdo, consecuencias de unos de los cortes que realizo el guerrero, en

tes un mortal, algo un tanto extraño desde el pensamiento del león,

salto rápido, mientras que el león se impulsó de manera bestial y con gran rapidez

parazón frontal del guerrero, dañando el metal y dejando a la armadura muy desgatada por su potenciado ataque. Luego de aquellos diminutos segundos el guerrero fue empujado por ese ataque de garras, y a su vez sufriendo bastantes daños, sintiendo como s

charco de sangre mermaba su hermoso pelaje y a los poco minutos su cuerpo desistió, cayendo inerte, sin

apuntándose, fue tal la concentración que no se dieron cuenta que una presencia los divisaba,

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– pregunto el rey de forma

respetuoso y cordial a su señor, haciendo una pequeña reverencia, p

acío, pero no duro mucho, pues seguidamente se levantó de su trono, camino por las escaleras y luego de eso, subió al se

ansada que tenía, iba calmándose, desapareciendo por unos breves mo

ad, sonriendo leve al ver la felicidad que adornaban en las personas, solo esperaba q

y sin darse dirán estas cosas incluso sin embriagarse, la lealtad humana hacia los

u hija, aquella que le observaba con seriedad, ocultando su ira interna hacia él, era entendible, desde aquel momento. Ya en esa chica, ya

con un ceño fruncido y brazos cruzados, no entendía el motivo

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re su caballo, mientras que aquel animal caminaba sereno, cauteloso c

mbre que tiene, extraña pero linda costumbre – hablo de nuevo en voz alta, acariciándose el mentón con los ojos c

caballo, específicamente el lado izquierdo, susurrándole las siguientes

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uiente de la cueva, la luz del astro rey deslumbro su figura, su armadura se veía algo cambiada, aquel color gr

No obstantes, una vez que clavo su espada en el león, volviendo a recuperar su estado normal, volviéndose un poco más fuerte y su armadur

unque no tenía interés en sacarse el casco, en algún momento debía hacerlo, así que, sin esperar demasiado, se sacó el casco, dejando ver un cabello castaño rozando lo oscuro, una mirada vacía, u

r falta de recuerdo, lo era. A pesar de no querer seguir el casco ahora, se lo puso, para proteger