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Historia

Capítulo 5

Palabras:1167    |    Actualizado en: Hoy, a las 15:21

ista de So

ción, un escalofrío recorriendo mi espalda. Apreté la bandeja con más fuerza, mis nudillos blancos, y forcé una son

os practicados y precisos. La charla en la habitación era bull

de los hombres, levantando su copa-. Ese consejo legal que me d

ntimiento cortés, su

i trabajo, s

jer-. Eres brillante, Damián. Y tan í

de champán. Los elogios a Damián se sentían como un insulto dire

ó el señor Dávila, su mirada deteniéndos

mi voz apena

of

. Ven, siéntate aquí. -Palmeó el asiento vac

Sentarme? ¿Con ellos? ¿Y Damiá

yo rostro no pude ubicar del todo, señaló el asiento vacante directamente al lado de Damián-

tó en mi piel. Esto era una pesadil

ó la tensión, fría y

no asociarme con... cierto tipo de gente. -Su mirada me recorr

a mi corazón. Mi cara ardía, un rubor furioso subiendo por mi cuello

endo el cambio de atmó

ndose por su rostro-. No importa, Sofi. Puedes quedarte aquí conmigo. Y no te preocupes por los demás. Solo por quedarte a

contra mi piel. Era el precio de mi humillación, la moneda de mi

or. Es usted

e inclinó, sus labios rozando mi oreja. Me congelé, mis músculos se bloquearon,

a y autoritaria-. Mi vuelo sale en treinta minutos. Nece

uspiró, soltándom

Damián. -Aplaudió-. ¡Muy bien todos, se

ería reír, llorar, gritar. Me mordí el labio, saboreando sangre. El dinero en

susurré, un mantra a

alí del salón VIP, el pasillo estaba vacío. Hasta que Dami

Ciertamente has encontrado tu vocación. Jun

ira, quemando los últimos

construyó su carrera sobre mentiras? Parece que ambos

rígido, sus ojos l

r buena y honesta. Tú, por otro lado, te niegas a reconocer tu

eíste, a pesar de conocerme durante años? ¡Elegiste condenarme basándote en "evi

lante, su voz b

s acciones violentas y sus lá

-. Nunca miraste más a fondo. Simplemente te tragaste su historia entera. Y

n su sien

mientras yo lucho por la justicia. -Me miró, sus ojos llenos de una decepc

andonaste? ¿Mejor que la mujer cuyos padres murieron por tu supuesta "justicia"? -Mi pecho se agitaba de

or cruzando su rostro, rápidament

aseguraré de que enfrente todas las consecuencias de sus acciones. -Hizo una pausa, su mirada endu

erándose de mí-. ¿Es por eso que todavía me esperas en callejon

uelta y se alejó, el clic de sus zapa

ento. La ira se desvaneció lentamente, dejando atrás u

. Era un número desconocido.

nética-. Hablamos del Hospital San José. Su he

do se

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