Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1164    |    Actualizado en: Hoy, a las 14:31

lia

mis entrañas. Miré la elegante firma de Bruno, un grotesco recordatorio de lo fácil que podía firmar la vida de algui

ación silenciosa de los sueños que Bruno había aplastado sistemáticamente. Tenía que irme. No solo de la casa, no solo de Bruno, sino de toda esta ciudad, de

n mi teléfono. Su pantalla se iluminó con una notificación. Era la red social de

ra familia, finalmente completo. Bendecidos por el universo». Debajo, una ráfaga de comentarios de felicitación. «¡Qué feliz por ti, Bruno!». «¡Ximena se ve incr

una ola de mareo, la habitación girando a mi alrededor. Eran perfe

pesados pasos de Bruno. Estaba en casa. Mi corazón saltó a mi garganta, un miedo primario apod

r y la página de redes sociales abierta en mi teléfono. Frunció el ceño. -¿Qué está

ivorcio en blanco detrás de mi espalda. Mi voz er

to mundo. -¿Irte? ¿Con estas baratijas? ¿Crees que puedes simplemente salir de aquí, Amelia? -Sus ojos se detuvieron en un pequeño pájaro

atarra» para él. Se me hizo un nudo en la garganta, el escozor de las lágrimas amenazando con abrumarme. ¿Cómo pude haber amado a est

de el pasillo. Un bebé. Se me cortó la

na sonrisa cariñosa mientras Ximena aparecía en el umbral, acunando a uno de los gemelos. -M

olmaba a Ximena y al bebé con el afecto que una vez anhelé, el afecto que él había fingido tan

chándose. -¿Qué quieres, Bruno? -Mi voz era apenas audible, temblando con una m

las cosas ahora. Ximena y los niños se mudarán aquí. Permanentemente. -Hizo un gesto vago al

a familia feliz con otra mujer y los hijos que yo debería haber tenido? -¿Esperas que

uedes ser una influencia maravillosa para los niños. Una figura de tía, quizás. O incluso... -Hizo una pausa, un extr

entira, criados por la mujer que había ayudado a traicionar

a sacarina. -Oh, Amelia, soy Ximena, aunque estoy segura de que

Máx

la tranquila intimidad de nuestra cama, los nombres que había elegido para nuestros hijos,

Retrocedí tropezando, sacudiendo la cabeza violentamente-. ¡No los ad

lineación divina. Lo aceptarás. -Dio un paso hacia mí, su presencia de repente amenazante-. Eres mi esposa, Amelia. Seg

escándalo que un divorcio causaría a su vida cuidadosamente curada, a la reputación prístina de su familia

te asintió hacia Ximena, quien se retiró rápidamente con los bebés. Luego se giró hacia la puerta, su voz resonando con una finalidad escalofriante.

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY