Instalar App
Historia

Capítulo 4

Palabras:1035    |    Actualizado en: Hoy, a las 14:31

lia

dolorosa conciencia. Mi cabeza palpitaba, un dolor sordo que resonaba con cada latido de mi corazón. Mi brazo izquierdo,

suavemente, su voz llena de una gentileza profesional-. Tómelo con calma. Tiene varias laceraciones, u

sobrevivido al último acto de crueldad de Bruno. -¿

después de un incidente en su residencia. Supuestamente, se cayó. ¿

eca y vacía-. No tengo familia. -Bruno era la única familia que me quedaba, y él fue

antasmas de mi pasado. Las palabras insensibles de Bruno, las profecías retorcidas del Maestro, la mueca triunfante de Ximena, todo se arremolinaba

muy abiertos, una falsa mirada de preocupación pegada en su rostro. Corrió a mi lado, su voz un susurro teatral. -

tuación. -¿Desorientada? -respondí, mi voz pla

cesaria de energía negativa de la casa. Dijo que tu angustia era simplemente una manifestación de tu propia agitación inter

dientes.

do de lleno en mi costado vendado. Un dolor agudo e insoportable me

con fingido horror-. ¡Olvidé dónde estabas herida! ¡Soy tan to

Sé lo que eres. Y sé lo que hiciste. -Mi voz era un gruñido bajo, teñido de un veneno que no sabía que poseía-. Y sé que

enta, ¿verdad? Niña lista. -Se inclinó, su voz bajando a un susurro bajo y burlón-. Sí, lo fue. Y funcionó perfectamente, ¿no? Como tod

ue él volvía. En la que confiaba. La que realmente amaba. -Se acercó más, su aliento olía débilmente a perfume dulce, un crudo contraste con sus a

s. Las noches en que Bruno había estado «trabajando hasta tarde» o «meditando con el Maestro». Había estad

voló, impulsada por una oleada de rabia pura y sin adulterar, y conectó con

o en ese momento, la puerta se abrió de golpe. Bruno estaba allí, con los ojo

hecho? -Acunó el rostro de Ximena, su preocupación palpab

hecho. Pero yo tenía algo que podía probarlo. Mi mano buscó a tientas debajo de mi almo

ganando fuerza-. Tengo pruebas. ¿Todo lo que acaba d

de pánico genuino cruzando su rostro. Su fachada cuidadosa

quedaba nada, ni familia, ni hijos, ni jardín. Pero tenía esto. Esta era

te hacia mí, sus ojos ahora fijos en mi teléfono. Justo cuando se abalanzó, Xim

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY