En las manos del presidente

abía recibido ese día por parte de unos guerrilleros que no

ntados ganándose un sueldo sólo con eso. Puso los ojos en blanco soltando un sus

bre la mesa, logrando qu

tro sin decirme una sola palabra que valga la pen

e les había llegado de golpe. Estaba decidido a que tenía que

etentes — gruñó —. En las calles hay una serie de

oso y en cualquier momento podía dispararle a

res, que estaba en la armada. Su mirada era de puro miedo al igual que las demás

rioso —. Desde hace días que han intentado matarme y ustedes no hac

enerlo. Sabían que tenía razón, pero aún no habían podido saber

fondo la situación, aunque, si no tenían lo pedido al día siguiente su

— sacudió su saco, alemán para ser más exactos, y se levantó de la silla presidencial al igual que los demás en ese

sustadiza al igual que su cuerpo tembloros

una orden de muerte a quien le diga lo contrario —. Les ordeno que hagan hasta lo imposible por sa

esente a su espalda y él no dudó en reír también por lo

o ese día, ni siquiera en Nochebuena podía deshacerse de ellos. No les dirigió ni

tó el primer vocal, después de bajar la pared de m

no va conmigo, Leonard — le recordó —. Además, hoy es noche buena y todos

detrás de ti es muy astuta. Es como si supiese cada movim

spiró —. De lo que quiero habla

l, Ian, muy f

*

edida que pasaba el tiempo, no sabía con exactitud qué hora podía ser. Per

ada sucedió. Lo único que recibió ese día fue la visita de uno de los due

o la vendieran desde que había llegado a ese lugar hace tres años. Era comp

vendida a un alfa de gran poder. No obstante, aun podía escuchar su voz a trav

des de su maloliente habitación. Deseó con todas sus fuerzas el no haber nacido omega y que su her

paso a una hermosa omega de ojos bicolores. A decir verdad, era en la única persona que l

y sobre todo su cuerpo era demasiado curvilíneo como para no ser notada. Su destino también estaba contado

temblores que tenía su pequeño cuerpo en ese momento. También es

ligieron? — preguntó, en cuant

rminó de perderse por él sollozó que se escapó de sus labios —. T-Traté de hacer

a tientas en la cama —. Ellos tenían nuestr

parecer alguien ya la había comprado. Su nuevo dueño dio la orden de que

— preguntó, en voz

sin nadie — su voz sonó triste —. Ella también está decaída

n su nuevo dueño? — preguntó,

e dijo es por ti

la si ese alfa llegara a cansarse de ella en poco tiempo — llevó ambas

la única diferencia que ninguna de ellas había sido tocada por alguien alguna vez y eso no era del todo lo mejor. Las omegas de un nivel alto como ella siempre regresaban con traumas d

e Valeria siempre le contaba había príncipes azules quizás en la vid

para darse cuenta de que hora había llegado, al fin dej

o cohibida —. Es lencería… antes de que digas algo todas debemos

, creo que

ce tiempo, él tiene todo calculado para ti esta noche. Si nadie te compra… él se encargará de ti y ambas sabemos