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Historia

Capítulo 4 Después del dolor, se vuelve a empezar.

Palabras:2407    |    Actualizado en: 27/06/2021

El humo que podía verse en la calle producto de la volanteada que Bruno dio a su auto para evitar choca

stre que se avecinaba a la vuelta de la esquina y fue sólo sentir el impa

le decía Sergio en el altar mientras sujetaba con fuerza sus manos y las besaba. – siento que soy el hombre

mear un poco; es que muchos de los presentes envidiaban, en el buen sentido, el amor que se tenían y verlos

a y que, aunque no me necesites ahí estaré para ti. - prometió ante los ojos de dios y las decenas de personas que eran

deteniendo sus manos que viajaba

y eres lo más preciado de

re que este destinado a compartir sus días hasta el último. Se habían conocido en el quince de su hermana y e

ba con perder su virginidad con alguien que también se haya guardado p

ositó sobre la cama y sin dejar de mirarla fijamente, fue subiendo a la misma, al mismo tiempo qu

sus labios y entre besos y ca

r. – dijo entre risas mientras la

la de la misma manera, muy nerviosa po

eso eligió las arenas de una playa casi desértica. Quería experimentar lo que se siente hacer el amor a la luz de las estre

cribir la belleza que tenía ante sus ojos.

azules con estrellas doradas, donde reposaba una hermosa mesa ratona transparente y a cada lado unos almohadones plateados con varios pétalos de rosas rojas so

pregunto con un brillo en s

. – respondió tomando su mano y besándola, para lu

es en mí, que mires desde lo más alto del cielo cuanto llenas mi alma, cuanto es lo que te amo. No puedo darte un universo de galaxias e

la comodidad del almohadón mientras bebían una copa de vino. Él realmente se sentía enamorado de ella y tenían planes

o podía creer lo q

ndole un “Por favor” y ella solo tuvo que asentir con su cabeza al mismo

tes de que él la besara. – nunca me harás

luyó para poder cerrar es

brupta y aunque pudo evitar el choque de frente con aquel auto,

ban a al lugar lograron despertarlo ¿Cuánto había pasado? ¿diez minutos? ¿

cuando logra correr el cabello de su ro

indaga curioso un

o de un intento de suicidio y justamente en el día

nimarla y para su suerte y a diferencia de la otra vez, inmediatamente recobro

jo muy despacio que ape

línica para que le hagan una resonancia y descartar posibles sangrados internos. – indica el jefe de ambulancia y sus súbditos acatan sus órdenes. – tranq

nsó, incluso antes de saber qué había sucedido, era que había intentado quitarse la vida de nuevo, pero para su ca

a viva voz y con lá

– dijo seria rec

sin pensarlo al sentir la

ada sin esperarse lo que ella tenía para decir a continuación. – ojalá ese accidente

os médicos porque quería acabar con su vida por culpa de la traidora de su hermana y el canalla de su esposo. Y aunque comprendía el dolor p

se lejos de ella. - ¡estoy harta que te sigas revictimizándote! – habla ca

– dijo ella dán

ntiendo que te sientas dolida porque el amor de tu vida, con quien soñabas miles de cosas te ha decepcionado y te ha dejado por Aymee, y aunque entienda el dolor que sufres por la perdida de tu hijo y quizás no llegue a comprender ese dolor

abían hecho, sí que llorara todo lo que necesitaba llorar y saliera a pelearle a la vida. No

ue hoy crees es cruel, mañana entenderás el por qué te lo he dicho. –

desde la seccional para informar lo del accidente y que Atiles estaba demorado. – Bruno. – i

abuelo y aunque tenía muy buena relación con él,

en el accidente hubo heridos, en este país la corrupción va de la mano con el dinero y como la familia Atiles nadaba en mucha plata no le fue di

erido ha sido de gravedad. – dijo creyendo que eso le im

a, a la casa que compartía con Umma pero no quería verla, sentía que si sus ojos se enc

mañana? – y al ver que a penas sí lo miraba dio por hecho que ya se

édulo. - ¿qué acabas de decir?

e, dándose un beso, solo que ella intento seducirlo para comprar su silencio y aunque éste le hizo creer que lo había logrado, la realidad es que

os inescrupulosos y sin alma llevan mi propia sangre? – preguntó incrédulo, pero

mejor contártelo, ¿me hubieras creído? La verdad es que no. Sé que te duele, pero me alegra saber que ha

zme reír de la familia y no quería saber nada con nadie, ni con la casa, ni con Umma, ni con

ue podía ser, pero tenía razón, el trabajo lo ayudaría a no pensar en todo lo que le han he

de ciento ochenta grados y posicionándolo en el ini

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