Cuando ellos regresaban de nuevo a la cabaña ambos charlaron y se conocieron un poco más, de vez en cuando se escuchaban risitas risueñas de parte de una Luna más animada, la Luna llena se aproximaba junto a ella el juramento de un gran rey dándole el lugar que una pobre y desdichada loba se merece, en busca de amor y consuelo Luna depósito un poco de su confianza en el Lobo con el que caminaba con las manos entrelazadas, el camino fue ameno, ella jamás nunca jamás había tenido a alguien que se preocupara por ella o caminara con ella sin ninguna razón, su corazón se estremeció, al fin podía conocer el amor.
Ares
- Luna ahora que tu lazo se ha establecido con tu loba porque no los presentamos, mi lobo quiere conocerla, podemos hacerlo?
Luna
-No lo sé en cuanto me desperté ella volvió a dormir mi rey.
Ares
-Llámame Ares mi futura esposa, madre de mis hijos.