img Las tres caras del deseo  /  Capítulo 5 La captura | 38.46%
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Historia

Capítulo 5 La captura

Palabras:1891    |    Actualizado en: 27/02/2024

o 5 “La

sa

parar en el hospital. Voy por la acera en una noche fría con mi bolso a un lado, a penas arrastró los pies hasta llegar al bar de mi viejo am

—pregunta un mu

a y el ruido de la banda musical

de oreja a oreja subo los brazos y me mezclo con la gente que baila de manera sensual. Camino e intento ver po

la voz de Eliot que lo

omo rápidamente mi bolso y tomo la man

palda para dejarme vulnerable frente a él. Beso sus labios y

cigarrillo entre los labios para encenderlo, sus

demás —menciono cuando pongo mi bolso

sabe fingir muy bien —responde con su acento

on firmeza extendiéndole la

ue hagamos más negocios a futuro, aquí tienes tus documentos falsos pasaporte, identificaci

digo al obser

s que fingir que quieres divertirte ni mucho menos acostarte c

por haberme cu

to a mis muchachos —me suelta p

n y eso no lo puedo permitir —le sonri

re y lo observo con ojos pequeños, es obvio que quer

me brazo encima de mis hombros y me lleva a la salida, me da un beso apasionado y me toma la mano con las llaves de un auto con una nota

s mañana? —me dice Efraín y no puedo evitar

aín —miento y aca

necesita eso —menciona Carlos a quien reg

el trabajo que deben hacer para alimentar a sus familiares. Aunque los voy a extrañar no puedo decirles nada, es triste irse, pero más aún es desgarrador no poder despedirse de los que amas, quiero llorar, pero n

vo rápido hacia mi bolso y me pongo los zapatos. Abro un poco mi puerta y no veo a nadie en el pasillo, estoy en el piso 7 y mi sangre se pone helada cuando escucho llegar el ascensor, entonces dos hombres con traje negro y armas

está junto a las

e por ti, el auto está en un call

r, miro hacia atrás y empiezo a correr, pero entonces las luces de varias motocicletas delante de mí me ciegan y

que tiene a Efraín con el rostro todo morado de golpes

ción es evidente y dos hombres me toman poniéndome esposas, u

o a Efraín y cuando me meten el auto

as mis fuerzas al ver a Efraín

s me duelen porque mis lágrimas quieren salir, no tengo desahogo, no tengo paz y la incertidumbre se apodera de mí. Llegamos y nos bajamos para subir a un jet privado a toda prisa, no me resisto porque mis fuerzas y esperanzas se fueran

s, pero solo me encuentro con una

de las vigilantes y salto

s al asiento, pero esa muje

ndome el tensiómetro, pero eso no me calma a

ante de ellas. Nos bajamos para subir a otro auto, pero esta vez la parte de atrás está oscura y mi corazón salta del susto, pasan unos minutos y no puedo concentrarme entonces se

n P

rcharse. Verifico que la camisa este sin ninguna arruga, tomo el chaleco que va con el traje y me lo pongo, observo de nuevo y las gemelas tocan la puert

a mi mano derecha a

ya está aquí —y me

enos del jefe porque me da acceso a toda de forma rápida. Ingreso y voy a una habitación q

orro para

ieta con fuerza y aprovech

cuánto t

mí? —la separo de mí y ve

salen y la resguardo en mi pecho, mi hermana pequeña e

bajo fue p

que hago Milla, ahora te enviaré con

o estar contigo por fa

rte nunca más te dejaré —la miro fijamente a los ojos

mano derecha y dos escoltas entran para

ontacto —le dig

a Ali al darme unos papeles y nos dirigimos a su estudio

uí estoy

lan ¿te reunist

ñor as

legar te necesito listo —me mi

jer de 26 años, 1,70 cm, 60 kilos, castañ

Teresa y tiene mi sangre —en ese

s extrañamente familiar, pero ignoro eso al ponerme firme, veo al jefe sentarse con calma sin p

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