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Historia

Capítulo 3 El obsequio divino

Palabras:5277    |    Actualizado en: 03/11/2021

Robis Shafat. Patrick y Elicia lloraban día y noche, recordando cada imagen de lo acontecido, pero

po degollado del difunto Charles sin dejar el más mínimo rastro de esto, y llevándoselo al mundo espiritu

ntendía el porqué de su regreso. Los dioses pasaron un largo tiempo sin tomar contacto con ninguno de los protectores ancestrales de la tierra,

hablar sobre ello, al contrario, solo querían explicar el porqué de su presencia y largarse de aquel lug

icen al unísono los s

por acá? —luego de decir esto, s

espondía uno de los mayores dioses de ahí— Solo... Te ten

e refiere con eso? —pregun

timo dios, quien cargaba co

eja en el piso el cuerpo y cabeza de Charles— Además

a Charles y continúa— Además... ¿Cómo se su

tedes los protectores ancestrales de la tierra, son los únicos capaces de revivir a los h

oso— Aunque bueno... Yo no soy exactamente un pr

os que se encontraba al centro de todos— Usted y este joven vi

r? ¿A qué se refi

separado de sus padres de una forma muy cruel —hace

sponde con algo de pena al

ecen la hospitalidad— Oh espera. Una última cosa. Tienes estrictamente prohibido l

iona sorprendido de aque

y ya —responde seriamente el dios que esta

despiden al unísono— A-Adiós... —mira por unos segundos como los

mismo, toma su cabeza y se dirige a una gran sala iluminada por llamas blancas. En ella, convoca una pequeña mesa, en donde de

—Seguramente mi maestro debe haber dejado algo por aquí en su momento—, decía Bill para si mismo. Al cabo de unos minutos, allá la forma de revivirlo, y

cientos de luces y partículas, iría retomando su color natural, trayendo a quien estaba muerto, de nuevo a la vida. Sin embargo, es

y lo carga a una de las habitaciones de su templo. Esta canción lo haría dormir por días

ba una pequeña canción que le permitía nutrir el cuerpo de Charles sin hacerlo despertar al intentar hacerle comer de una fo

u vista se iba adaptando, lograba ver cada vez más detalles. A la vez, Charles de poco en poco ib

las joyas y lujos que esa habitación tenía, para el joven Charles no se comparaba en nada con aquel fuego. Una de las cosas de

on la esperanza de ver el campo de su casa, pero lo que vio, sencillamente lo aterró. La ventana no te

consigo rebanar su cuello. Como golpeaban a su madre y como el luchó y luchó, sin tener éxito. Lloró de la pena, no sabía en qué lugar estaba, pero seguramente era la

apuró el ritmo y asesino al ser que amenazaba con asesinar y alimentarse de las almas de todo un pue

e Charles se pusiera en una posición de combate mientras tomaba una copa de oro que había ahí y lo intentaba amenazar

orque estoy aquí?

ce mientras das pequeños paso

opa como si fuera una espada—

re eso...

maldita sea! —grita aún

unas cuantas palabras. Esto hace que el cuerpo de

almado niño? —pregu

hechicero? —cuestiona Charles que aú

n suspiro y continúa— ¿Me puedes

uro, asiente con la cabeza

e quizás... ¿dos semanas? Pues bien. Los dioses te han dado el regalo de la resurrección

tores ancestrales

or encima de ustedes, aunque bueno, tú ahora estarás a mi nivel supongo. Y bueno, nosotros los protectores

ero... Creo que usted ti

maginación... ¿Cómo se supo

harles sintió una gran presión en su cuerpo y de repente, cae al suelo. Al abrir los ojos, a

endo. Primero creyó que estaba muerto, pero cuando apareció Bill de la nada, pensó que solo estaba bajo los efectos de alguna

se volvió un discípulo de su maestro luego de lo que había sido su muerte, s

lo que estaba viviendo, y aún no podía creer del todo que aquello que sus ojos ve

uy chocante para ti —da una pequ

s-señor? —tartam

tro planeta —hace una pausa y c

s mira asombrado el planeta tierr

letam

tal escena, ni siquiera sabía si realmente

v-verdad? —dice temeroso an

un lugar al qu

. —dice apenado— Pero... ¿Podríamos ir a

ordó lo que dijeron los dioses. Por lo que, c

. No podem

é no podemos?! —r

tristeza la cara de molestia de Cha

? —se acerca con furia en

Charles— Mejor no hagas lo que estás pensando, no

irónica— ¡Ja! Si claro, no c

a idea a la cabeza que podría permitir

iere que vea a mis padr- —se detiene e

S

mocionado al saber que volverá a ver

intrigado a Bill— Tú podrás verlos, pero ellos no a ti. Tampoco podrás toca

¡No entiendo po

o siento hijo. —Charles agacha la cabeza y suel

. Acept

n. V

les condiciones que dictaron los dioses sobre el, solo pensaba en qué sentido tendría la vida sin sus padres. Mientras que Bill, no necesitab

tes. Pero había dos facciones que siempre estuvieron en disputas, incluso llegaron a tener pequeñas guerras, era el día a día de estas facciones. La familia de Bill vivía en una de ella

, Pidriat, se había aliado con una de las tantas facciones de ese continente, pero que era una de las más poderosas, la facción Cruells. Estas facciones denominaron a su alianza, La luz de la muerte. Un

refugio secreto. Ellos al ser soldados experimentados, fueron designados a la primera línea de contención. Dentro del refugio de la tía Quelts, Bill podía escuchar gr

os a Bill. Tania creía que todo había terminado, por lo que iría a ver allí afuera como estaban las cosas. Para luego volv

y tenía mucho miedo, por lo que no pudo aguantar y escapó del refugio. Y no había alcanzado a salir

res, hasta que por fin... Llegó con sus padres. Quienes fueron mutilados en batalla. Bill al ver eso lloró, se sentó junto a sus padres y con su inocencia de niño, quiso despertarlos. Rescato sus brazos e intento ubicarlos en su posición,

s llaman, bondad, le dan el obsequio divino de revivir. Aunque a diferencia de Charles, no fue realmente por bondad. Sino que aquel

, podría estar ahora en el más allá con sus padres, no podía evitar empatizar con Charles, a el también le hubiera gustado volver con sus padres y

er la opción de no hacerlo. Y de reunirse con aquellos que él amó, que ama y que siempre amará. Pero a la vez sabe que, aunque tenga sus contras, todo esto hizo

ataque, y todo se sentía tan... Diferente. Charles ya no sentía esa paz y alegría que lograba percibir antes de morir. Lueg

olo había una polera de el, su polera favorita. Estaba muy mojada, como si

ma la polera de Charles— Siento mucho no poder permitirt

—levanta la cabeza y mira con sus ojos l

a ser un dios, quizás podría

¿Cómo ha es

tá destrozada. Aun n

a llorar y corre hacía su c

¿Ellos e

s modos, no intentes usar

se supone

a. Imagina que

seguía igual, lo único que se podría decir que cambió, es que no estaban los cadáveres

a disfrutar de aquellos momentos de completa paz. Tenía una pequeña esperanza de que ellos pudiesen e

cluso sus nudillos estaban sumamente lastimados, lo cual indicaba que había descargado su

k se veían muy delgados, al parecer no habían comido mucho por bastantes días. Las almohadas de ambos estaban muy

no, decirle que todo estaba bien y que el seguía aquí. Quería volver a entrenar con su padre, comer las deliciosas comid

Se que esto es

iero volver

entablemente no

quien sufría al ver a sus padres así y estando delante de ellos, no p

cita en su oído un pequeño trozo de la canción de cuna que ellos le cantaban de niño. Para luego pedirle a su maestro Bill que se fuesen de ahí, a lo que el solo asient

l cubo de protección— ¿Quie

spiro y asiente con la cabeza— Bien, entonces te llevo a tu cuarto. —da

or medio de una esfera de energía, sintió mucha pena por el chico, y la necesidad de ayudarlo en algo, ya que sabía que, si el sufrió al no poder

uletos. Ambos en el centro contaban con una pequeña roca rosada que al ser puesta en el sol daba un reflejo bastante particular. Este re

les podrían ayudar a sanar las heridas que tenían dentro de sus tan lastimados corazones. Y una de las características más importantes es que a quienes portasen el par de amuletos, sentirían una pequeña co

mensaje con relación a su pérdida. Y con esto listo, hace un corto canto y aparece nuevamente en la casa de la familia Davison. Haciendo uso de su intangibilidad, entra a la casa y dentro de la habitación de El

habían sentido los dos golpecitos de Bill, vieron ese amuleto. Se sorprendieron muchísimo y ambos tomaron el amuleto. Lo observaron por unos segundos y al momento de darle vuelta, vier

la muerte sea una

egalo divino

avison y E

echo dos amuletos, lo cual significaba que solo uno de ellos podría portarlo, lo cual podría crear discusiones que podrían complicar la ya quebrada relación de la pareja. Por

ese momento, cada uno se dio cuenta de aquel detalle de la roca que Bill había dejado, viendo la cara de su pequeño hijo. No necesitaron ni siquiera preguntar si estaban viendo lo mismo, sus ojos lo delataban. Y mientras se acercaban a paso lento, con l

do su hogar, y reconstruyó todas las cosas que estaban rotas. Mientras dentro de si pensaba —Esto es un regalo divino... no lo que hacen ustedes dioses..

ía presionarlo de más. Así que cada día iba a su habitación para dejarle que comer. Pero Charles no comía nada ni bebía una gota de agua, el realmente estaba deprimi

pezó a hablar con Charles. Al principio no respondía nada, pero paulatinamente fue resp

ver que están hacie

lo sé

ué crees qué están

muy tristes. No sé si algún día ello

, creo que estás subestim

or qué dice

evanta la mano y de ella sale una pequeña esfera de energía, la que

en la que ellos fueron, el no entendía que es lo que había cambiado tanto para que eso fuera posible, inclu

te estoy mintiendo, podemos ir all

o ¿cómo? No

rlos así? —pregunta con un tono de

tiendo como lo superaron tan rápido... E

Charles lo mira fijamente, y Bill saca de su bolsillo el pequeño

es eso

amul

..? ¿Y para q

s, vi cuanto te afectó verlos así. —hace una pequeña pausa— Por lo que quise ayudarles, y confeccione tres amuletos, uno para ti y dos para tus padres. —Charles mira muy extrañado a Bill al escu

chas gracias

l tuyo? Solo faltas tú y además

...! ¿Y por qué

l amuleto, tus padres podrán sentirte

Deme el amuleto

us padres, sintieron su presencia y eso los emocionó muchísimo. Miraron al cielo y dieron gracias a los dioses por todo esto que les han ayudado, siguiendo con la idea que se le fue dada por el par de amuletos

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