img ¿Y si Digo que No?  /  Capítulo 4 Three | 18.18%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Three

Palabras:1519    |    Actualizado en: 04/11/2021

ce agua la boca. La textura de la carne bien condimentada es mi mayor

astico velozmente la pasta que juega en mi l

obra de arte en silencio, nos da unas cuantas mir

déjenme hacer lo mismo —apuñal

, lo repiten como si mi dest

a a colación lo que ella considera el mejor argumento,

de un problema—. Ale fue exonerada para ser aceptada en cualquier universidad a la

de mi parte, pero no quiero sonar envidiosa cuando

ecida, se va a resolver su documentación. Yo permanezco

, Minett Antonieta! —adviert

l, todos

salgo de la casa después de

—bromea—. Hueles a alimentos fr

llate,

bajo,

ir disparada de su casa? —inquiere—. No

lo ver como un bebé. Feicco ha estado atraído de mi mejor amiga tod

s —camino lentamente al girar en la esquina que da a

al resto de nuestros amigos

s. Primero repasamos ejercicios matemáticos sencillos, afortunadamente sin prueba sor

a Sadisha, la más retraída del grupo—, te aseguro que andan maquinand

Sadisha —me aproxim

a! —en medio del berrinche caem

s fotografían

o querías creerme —riñe Dissa sonri

—me informa Hungrí

a un mensaje de texto con un n

s, date pri

llo delantero. Posiblemente

*

n intentado que pierda. Hungría apostó que ella me sacaría de l

a! —gritan to

mpactando con el aut

sa el límite y

e ustedes! —señalo

iendo la palma hacia ellos.

—sugiere Feicco vib

vamos al primer pu

a de piel tostada recit

aní—pide

dice Dissa, espero

nuncia Feicco inseg

Sadisha, la chica

a agilidad que emplea para distribuir los he

ecorada atiborrada de asientos. Nos topamos con u

s colisionan ahí cuando sostiene más su luz. Bajo él

cac

lado por ellos. Ahora tengo algo mejor y más importante que hacer. Por

*

ras. Una nota de Taris repos

ja en voz—. La última vez que dejó una nota llegó a rastra

as tanto, una ampolleta toma vida en mi cabeza. Se supone que los documentos aún no están

elular para ver con claridad. Ilumino una mesita ubicada a la derecha. Abro los cajones

cajo unos papeles doblados al final del cajón. Distingo

surro para

citudes, y me sorprende aún más que en menos de un mes sie

buscando para meter

ontraría? —me cuestio

lo, así que por ahora los “guardo” entre un montón de libros apilados.

no el aparato e

e a iluminarse y en él aparec

. Calle rocosa… —es lo únic

con los

de repente me saca

ré a dormir, no quiero molestias —asien

as manos. Es hora de inmis

tiernas criaturas, tierra húmeda a causa de las los rocíos nocturnos, ca

segundo va a tragarme. Mis pies atemorizados siguen órdenes de avanzar, me topo con una ardilla regordeta y determinada a meter todas las bellotas

ahuyentar l

tumbre la penumbra y quien esté a

egresar, nada ha pasado. En mis in

tuda y un sapo enorme me observa como si estuviera

obresaltados, «¿me

ejo blanco—. Somos Expiación, pero pa

Mentiras está a nuestras espaldas

rca Men

edor. Unen los parpados y el bosque que era grillos cantando, el

iurna labor. Por su noluntad gravitatoria correcta. Cese pensante mal habido. Fracción espinal poderosa

el bosque son interrump

tiras! —indican

ucha. El gris ensordecedor expuesto en su iris me provoca temblores en las piernas. F

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY