ce agua la boca. La textura de la carne bien condimentada es mi mayor
astico velozmente la pasta que juega en mi l
obra de arte en silencio, nos da unas cuantas mir
déjenme hacer lo mismo —apuñal
, lo repiten como si mi dest
a a colación lo que ella considera el mejor argumento,
de un problema—. Ale fue exonerada para ser aceptada en cualquier universidad a la
de mi parte, pero no quiero sonar envidiosa cuando
ecida, se va a resolver su documentación. Yo permanezco
, Minett Antonieta! —adviert
l, todos
salgo de la casa después de
—bromea—. Hueles a alimentos fr
llate,
bajo,
ir disparada de su casa? —inquiere—. No
lo ver como un bebé. Feicco ha estado atraído de mi mejor amiga tod
s —camino lentamente al girar en la esquina que da a
al resto de nuestros amigos
s. Primero repasamos ejercicios matemáticos sencillos, afortunadamente sin prueba sor
a Sadisha, la más retraída del grupo—, te aseguro que andan maquinand
Sadisha —me aproxim
a! —en medio del berrinche caem
s fotografían
o querías creerme —riñe Dissa sonri
—me informa Hungrí
a un mensaje de texto con un n
s, date pri
llo delantero. Posiblemente
*
n intentado que pierda. Hungría apostó que ella me sacaría de l
a! —gritan to
mpactando con el aut
sa el límite y
e ustedes! —señalo
iendo la palma hacia ellos.
—sugiere Feicco vib
vamos al primer pu
a de piel tostada recit
aní—pide
dice Dissa, espero
nuncia Feicco inseg
Sadisha, la chica
a agilidad que emplea para distribuir los he
ecorada atiborrada de asientos. Nos topamos con u
s colisionan ahí cuando sostiene más su luz. Bajo él
cac
lado por ellos. Ahora tengo algo mejor y más importante que hacer. Por
*
ras. Una nota de Taris repos
ja en voz—. La última vez que dejó una nota llegó a rastra
as tanto, una ampolleta toma vida en mi cabeza. Se supone que los documentos aún no están
elular para ver con claridad. Ilumino una mesita ubicada a la derecha. Abro los cajones
cajo unos papeles doblados al final del cajón. Distingo
surro para
citudes, y me sorprende aún más que en menos de un mes sie
buscando para meter
ontraría? —me cuestio
lo, así que por ahora los “guardo” entre un montón de libros apilados.
no el aparato e
e a iluminarse y en él aparec
. Calle rocosa… —es lo únic
con los
de repente me saca
ré a dormir, no quiero molestias —asien
as manos. Es hora de inmis
tiernas criaturas, tierra húmeda a causa de las los rocíos nocturnos, ca
segundo va a tragarme. Mis pies atemorizados siguen órdenes de avanzar, me topo con una ardilla regordeta y determinada a meter todas las bellotas
ahuyentar l
tumbre la penumbra y quien esté a
egresar, nada ha pasado. En mis in
tuda y un sapo enorme me observa como si estuviera
obresaltados, «¿me
ejo blanco—. Somos Expiación, pero pa
Mentiras está a nuestras espaldas
rca Men
edor. Unen los parpados y el bosque que era grillos cantando, el
iurna labor. Por su noluntad gravitatoria correcta. Cese pensante mal habido. Fracción espinal poderosa
el bosque son interrump
tiras! —indican
ucha. El gris ensordecedor expuesto en su iris me provoca temblores en las piernas. F