img El banquero anarquista  /  Clásico 7 No.7 | 77.78%
Instalar App
Historia

Clásico 7 No.7

Palabras:1723    |    Actualizado en: 14/11/2018

ucida la sociedad entera al estado de aceptación de las doctrinas anarquistas, faltando sólo hacer la revolución social, entonces, para el golpe final,

la acción anarquista en medio de la sociedad burguesa

seguíamos, pero al menos no perjudicábamos la libertad, no creábamos tiranía nueva; lo que conseguíamos, por poco que fuese, era conseguido realmente, sin desventaja ni pérdida. Y, de más en más, trabajando así

… Fue una de las pocas veces en que fui estúpido en mi vida. ¡Imagine ud. que yo est

on de acuerd

entos no obtuve sino frases, basura, cosas como esas que los ministros responden en las cámaras cuando no tienen ninguna respuesta… ¡Entonces fue cuando vi con qué animales y con qué cobardones estaba metido! Se desenmascararon. Los de aque

d. se

í que no me importaba más todo aquello. Pero, pasados unos días, volví en mí. Pensé que el ideal anarquista estaba por encima de estas querellas. ¿Ellos no querían ser anarquistas? Lo sería yo. ¿Ellos querían solamente jugar a los libertaños? No estaba yo para juegos en un

dero camino anarquista? Seguiría yo por él. Iría solo, con mis recursos, con mi fe, desamparado hasta del apoyo mental de los que habían sido mis camaradas, contra las ficciones sociales enteras. No digo que fuera un bello gesto, ni un gesto heroico. Fue simplemente

había vuelto acalorado y fluido. Lo reto

anía alguna. ¿Cómo puedo colaborar solo en la preparación de la revolución social, en la preparación de la humanidad para la sociedad libre? Tengo que elegir uno de dos métodos, d

, y soy capaz de una nota periodística; pero lo que yo quería averiguar era si mi hechura natural indicaba que, especializándome en la acción indirecta, de cualquiera de las dos especies o en ambas, podía llegar a obtener resultados más positivos para la idea anarquista que especializando mis esfuerzos en cualquier otro sentido. Pero la acción es siempre más provechosa que la propaganda, excepto para los individuos cuya hechura los señala esencialmente como propagandistas: los grandes oradores, capaces de electrizar multitudes y arrastrarlas detrás de sí,

ntido físico de matar- a uno u otro miembro de las clases representativas de la sociedad burguesa. Estudié el caso y vi que era una burrada. Suponga ud. que yo mataba a uno o dos, o una docena de representantes de la tiranía de las ficciones sociales… ¿El resultado? ¿Las ficciones sociales quedaban más conmocionadas? No lo quedaban. Las ficciones sociales no son como una situación política que puede depender de un pequeño número de hombres, de un solo hombre a veces. Lo que hay de malo en las ficciones sociales son ellas, en su conjunto, y no los individuos que las representan sino por ser representantes de ellas. Además, un atentado de orden social produce siempre una reacción; no sólo todo queda igual, sino que la mayor parte de las veces empeora. Y todavía, por encima, suponga, como es natural, que, después de un atentado, yo fuera apresado; fuera apresado y liquidado, de una manera u otra. Y suponga que yo hubiera acabado con una docena de capitalistas. ¿Y qué venía a dar todo eso, en resumen? Con mi liqu

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY