Mo

centivándole con cacahuetes, pero el elefantito se encontraba en una esquina

vio a su amigo feliz, siendo alegre y único como siempre. Un

juguetón, que siempre jugaba con una pe

hacía pesada, al igual que la preocupación en su corazón. Realmente no podía comprender por qué. No hallaba respuesta ant

o ser del planeta que amaba se estaba alejando, ye

algo malo, dímelo —susurraba el chico, mientras intentaba darle un cubo de cacahuetes al elefante.

síntoma de vejez prematura. Supuestamente estaba sano y fuerte como un roble. Pero para Jack, esa no es la verdadera realidad. A pesar de

a! —dijo animado, o un intento de, pero

lugar, pero siempre mirando de reojo a Mochi, para v

mucha gente. Sobre todo adolescentes yendo de excursión: gritando, haciéndo

ía hecho fue mirar los animales él solo, mientras tomaba alguna que otra foto con su cámara gris, que fue un regalo de su abuelo e

mentar a todos (obligatorios para alimentar a los animales) y decidió salir a comprar un refresco. Tenía la cabeza gacha y aun

en los oídos de Jeon Jack—. Hola

pequeño jadeo salió de su boca. No podía creer lo que estaba viendo. Su “bebé” e

ho, lo que provocó que empezara a latir f

y corriendo, fue donde estaba ese chico compar

su pelo color crema tocando con sutileza su rostro. A medida que Jack se

ver que su sándwich había desaparecido de sus manos—

jas de la valla y olió la mano del chi

de su rostro, que apareció nada más ver al pequeño Mochi. Sen

l ceño y se puso a su lado con cierto disgusto. ¿Cómo se atreví

or qué estaba acariciand

ifícil no percatarse del pelirrojo, ya que medía 1'80 y era robusto y fuerte. Además que tenía una peculia

de la situación, al ver que el pelicrema no se percató