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Historia
Culpable, su majestad

Culpable, su majestad

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Capítulo 1 0

Palabras:3481    |    Actualizado en: 13/12/2021

ad, por

¡Destierro! ¡Destierro

eía a su legado, sus esfuerzos y su fuerza al construir ese maravilloso reino.

sté pasando allí a

rey mío, pero creo saber l

rullos y gritos, como nunca antes h

! — excla

acercó a la pareja de reyes la

s ese es

rvioso — Verá, mi

nvadió al rey Gusteau

xplicárselo, su ma

Pad

ncipe Herald Hyde entrar muy apresurado y agitado. El príncipe estaba muy furioso y

la reina al ver a

ecesito qu

e entrar a la sala r

ene que ver lo que yac

ue- — comenzó Livene al ver el

a mí ese so

todo, y presentía muy bien lo o

una

su maj

rey. Al acercarse, notó que el príncipe poseía unas discretas heridas sobre sus nudillo

mediatamente a las enferm

ale el maldit

un poco de tiempo para evitar el inevi

tiene

tativas por el contenido, no pensaba que fuese un asunto se i

a cada vez que se alteraba. El rey se negaba a creer la veracidad de aquellas pruebas, se repetía una y

¿es est

furia — Deme su aprobación, ma

— susurró la reina —

o estar en el reino en estos momentos — soltó el príncipe con ferocida

entos de la familia real, temía por la

estas fotos, si usted lo permite, yo mismo pu

unas ganas de derramar su sangre por todo el reino de Garicia. Añoraba tener

a sin lugar a dudas, no permitiría que su honor

o movimiento sin mi autorización — observó a su hijo — Mandaremos a

ra t

, guardias buscando posibles testigos, el príncipe asqueado y furioso desquitándose con todo

El pueblo estaba sorprendido y asqueado, las fotos de la princesa no se hicieron esperar al ser impresas en cada diario, en cada café del lugar, en cada

primo del príncipe Herald, Jone Pride. Se afirma que la princesa tendrá que ser condenad

igual que el rey, se negaban a aceptar tales especulaciones, tenían una impresión perfecta de la princesa: una mujer muy educada y bondadosa, irradiaba luz a cada lugar que visitaba, la veían con un

on r

e ser modificada en algún aspecto. Sin embargo, al aumentar los nive

ige el príncipe a

mi príncipe, no

n todos esos buenos sentimientos hacia la princesa, en su lugar, el odio y la vergüenza

aba amarla con locura, odiaba haber confiado el ella, odiaba haber puesto su corazón en manos que la mujerzuela ... La odiaba tanto que ya no le importaba lo que sucediera c

la con un hijo que no era de su sangre, hijo

ilia real. Los padres de Eva la habían criado con valores y prin

er, ahora! — ordenó

ipe — inte

orden! ¡Traigan a la adúlte

a princesa, con arma en mano, como si bu

percances de aquella incertidumbre. En menos de media hora, en cada rincón del pueblo de Garicia se habían confirmado los rumores; fuera del

er

eino de Garicia. Se encontraba fuera que aquel armamento en su contra. Visitaba a cada modista, una por una en

que amaba. Nada podría salir mal, iba a casarse para convertirse en la esposa del futuro rey Herald uniendo ambos reinos. Iba a ser una alianza i

ronto volveremos con papá. —

llevará? — intervino una de sus dam

ura que será de agrado para Herald. — habló soste

sted desee

o en mí, si no es mucha moles

mujer haría todo lo que la futura reina le pidiese, sin n

es y bellos, los delicados y finos detalles de las paredes la hacían sentir com

ista la dejaba sola para que pudiese cambiarse.

vez en cuando, pero el dolor no era tan fuerte como para

— entró Regi

sucede

... vienen

le dijo — ¿P

iales reales. Estaba confundida, se habían adentrado en el vestid

compasión por una mujer en su estado. ¿Qué estaba sucediendo? Se preguntaba. Los oficiales llegaron y se la llevaron a rastras al palacio bajo la atenta mirada de los pobl

ya, se lo ordeno — replicó

llevarte ante el rey

cia, ¿qué falta de respeto es tu manera de d

Adúltera — susurró y l

¿Q

más confundida. Se crio bajo valores dignos de la realeza, la habían educado para ser una gran reina a su mayoría de edad. Jamás tendría el pensamiento de com

endió ante aquel comentario. Estaba segura que s

ontra el auto donde iba la fornicadora. Muchos le gritaban palabras no dignas de una señori

a una adulter

STI

a la pri

que estaban? Las penas de muerte ya no estaban permitidas, al menos para

on dolor al sentir un gol

bran

dúlt

al n

ate del

rullo de la gente aclamando por su cabeza. Eva

raban con compasión y lástima, mientras otros allegados al príncipe la tildaban

s! —ordenó el jefe

vor, me

corriendo tras ellos proclamando pie

ente — sollozó siendo detenida por los gua

ncesa era bien recibido por el rey y su hijo. Ambos frente a la joven

e la mirada con odio de Hera

á la acusa

las puertas

le implo

ulterio ha sido confirmado,

mentira, y

contundente para conde

taba confabulando

padre comprendiera aquella mentira en su contra. Ellos estaban devastado

on el rostro, evitándola — Herald

sin sentimiento, parecía odiarla por algo que no había ocurrido. El homb

al calabozo —

tentó interru

o al calab

vor, todo es una m

l aire cuando sintió un ar

jer frente a el

mano en su mejilla. Le dolía, pero más le dolía la desconfianza de sus p

adr

somos tu familia — le dijo escupiendo las pa

llorando ahoga

amil

éven

azo. Eva estaba exhausta por los jalones que recibía,

a recibido. Sollozaba por su amor, derraba lágrimas en silencio esperando el bienestar de la vida dentro de

s, criminales, delincuentes. Por suerte la te

én tenemos aq

ita jugueton

ándose los oídos para no escuchar m

rar, temía por l

icó a sus ancestros. Nada

ese hijo de puta

ese pr

es que me cal

ya verá. Tal vez es u

ermana me traicionó, jugó con mi

mi príncipe, sin embargo, ella está

i mueren, no me importa nada, solo quiero q

ela que amó con locura, aquella que lo engañó y traicionó de manera imperdonable. Aquel

n bulto de su vientre, una punzada le entró al pecho, verla allí, tan descuidada y vulnerable lo movió, quería tomarla en sus brazos y olvidar todo; s

e! — gritó

en levantarse como po

ometida, no soy nada tuyo, tú ya no eres

es verdad, cr

no me interes

, por favor — Eva logró tomar una de las manos del príncipe para lle

lo rasposo del calabozo — Ese niño no es mío, es una deshonra p

s cierto. Soy ino

amó un joven de dieciséis años vie

rupción. Su atención estaba puesta en

Se quejaba y quejaba sin obtener respuesta del hombre que solo la observaba como si fuera un animal en ci

e algo de comer por favo

ega para qu

go ha

príncipe — espe

r favor — pidió

dirigió con seguridad al guardia, estaba muy decidido, esa mujer no sería nadie e

antes del juicio — ordenó el príncipe —

su ma

! Herald,

rincesa sin

u voz se iba apagando en cada centímetro que avanzaba. Su cor

había de

e

princesa Eva y con ella ...

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