s miles de millones de casualidades que formaron al mundo humano, centen
través de ellas, eternas, permanentes, y se convirtieron en millones de
ualidad» y, desde entonces, luchan por no separarse... pero el uni
. Archiducad
inusual nerviosismo—. En especial si uno no sabe si será mi tan ansiado
era adornado por los sufr
los últimos meses, Lord; pero ya casi es la hora, solo debe es
ués de casi novecientos años, y cuatro hijas, créeme que
porque de seguro vuestro padre requiere su presencia en su hogar. Con las nuevas incursiones y tonterías que los
on demasiado impacientes —intervino el otro rubio, que er
vida se esfuma en un segundo de nuestras existencias?
levó a verlo y asentir, haciendo al otro
ric de inmediato, sin neces
sciente de tus palabras en el futuro —señ
n unido a nuestras familias por siglos, se
o por el intercambio
s de unas alianzas que nos han benefici
gran ventanal dejaba ver los preciosos jardines frontales de la villa de los Habsburg, adornados con flores de todos los c
aba un costado de la habitación, p
asillo pasos fuertes, de carrera, y unos nudillos golpearon la gruesa puerta de aquel estudio en el
isa? —cuestionó To
asperado rostro de una dama pálid
no ha podido llegar desde la frontera por la tormenta que azota las líneas, y l
de un salto, y la
negó, y el dueño de casa se mordió el labio inferior
rillantes y azules ojos por un
hacia él—. Recibí a mis dos hijos a este mundo con éxito,
utable caló en el patriar
go entonce
los y se dirigieron por el pasaje, hacia unas escaleras empi
os auditivos, y Tomsk temió. Cruzaron al otro lado de la casa en simples pasos a través de un pasi
n paraíso de sangre s
tar que se hiciera daño, y al nonato que aún guardaba en su interior. Las sábanas se hallaban bañadas con su sangre, ta
idos vampíricos; no obstante, su hermano mayor, Luke, no perdió el tiempo: se quitó la casaca y la chupa, y se la
o de la peor forma, y que bien pudo haberlos dejado a todos sordos, y lo miró con fiereza, enseñando su
comenzó a removerse con más virulenc
s empeño para mantener la contra
los dedos en la vagina, dándose cuenta de que estaba bien dilatada. Av
r. Lo que sigue no será para nada de su agrado —pidió Luke a los
ndique —habló a la mujer, que solo tuvo o
no le i
oceso grato. Después de tomar tantos recursos de su madre como le fueran posibles, la pequeña criatura hacía una últ
r de pies era un
bedeció a regañadientes, y él se ayudó de su fuerza, y sacó poco a poco el cuerpo del no nacido
toalla para limpiar al pequeño, que estornudó de
a hacia sus Señores, con r
abrazar a su cansada esposa. Sin embargo, su atenc
o, de piel pálida y espesa mota negra en su cabeza, abrió los ojos, dejando ver un par de orbes
na lentitud abismal y su bracito tambaleante, y siguió subi
en ese momento fue como si una ola de calidez se desprendiera de ambos, una liberación de energía q
, el típico funcionamiento humano apareció, y tragó con dificultad. Sentía
e su bebé, y sus filosos ojos contemplaron la impresión en el rostro del primogénito d
, y apenas pudo dar un paso al fren
mano mayor, a quien respirar se le dificultaba más, al borde
o a segundo y, al cabo de un r
es del niño lo miraron con algo que solo pudo calificar como fascinación y, de la nada, comenzó a reír, inundand
ioso e inesperado, que se produce de manera accidental