r primera vez Ariana y yo nos dijimos te amo. No es que no lo supiéramos, si lo sabíamos
otra decoración. A pesar de mi renuencia de estar aquí hago un esfuerzo extra solamente por Diego, pero siendo sincero conm
as estuve ahí o cuando Ari estuvo internada… quizás. Ella no pareció conocerme por eso me hace dud
vez mientras todos hablaban. Todo fue de mal en peor cuando salimos del restaurante y pude divisar el mar y cielo en todo su esplendor haciéndome
to y no sé por qué, ya que no noté segundas intenciones de ella hacia a mí. Y aunque las hubiera, en mi v
ctora al ver como cambie mi sonrisa por un ceño frunci
pero tampoco es quien para tomarse la libertad de fotografiarme. Sin emb
e mientras le paso por un la
la. No es que me caiga mal, no, pero no tengo ánimo de ent
usto donde yo segundos antes estuve parado y suspira cuando observa lo mismo
oledad. Sigo andando detrás de los chicos y saco el pequeño móvil donde encuentro o
? —Diego se acerca cu
cr
? —pregunta la me
do una vez más cortante
mayoría están tomando el sol. Me les uniré con gusto. Por inercia camino hasta donde solíamo
cto —dice Maya parad
me di que
e las mochilas—. Vayamos más adelante, hay un
esa ante mi impulsivid
ta vez responde Diego.
as. ¿Será que así es la existencia? En un momento estas aquí en la tierra dejando huellas por donde caminas, y en un abrir y cerrar de ojos todo es borrado por algo. U
de mis cavilaciones, es el tacto de la mano
ue dejé de caminar y me quedé
, c
onde los novios ya están acomodando sus cosas pa
tensidad, y yo me giro a verla con en
reto. No a conocerme, si no a afirmar q
o es necesario hacerlo para ofrecer mi ayuda, pero pa
onmigo? Y aparte de todo se cree mi psiquiatra… Me tom
o de sermonearme. Que me hayas salvado la vida, cosa que no te a
felices de haber salvado una vida, lo que no sabían es que yo no quería ser salvado. Aun así en medio de toda esa alegría, el
que aceptes ayuda y si no lo haces cumplirás al final el pr
ojos, no hay compasión. Ella juega ser mi juez y y
ue entre más camina en dirección contraria al mar, las olas menos alcanzan a borrarlas. Quizás eso es lo que necesito
ño. Dejo mi mochila y saco un tapete para sentarme sobre
gusto por Diego, su antigua novia fue un d