y jeans de mezclilla, aún con ropa su cuerpo se ve marcado. Entro y sonrío, pero no lo interrumpo, aunque quiero contarle algo. Voy hacia el fondo y dejo mi bolsa en el casillero. Me s
ecepción se despide. Max se ace
rostro, parece molesto—, está es mi última sesión y quería darte las gracias por todo, por tu tiempo, porqu
a la casa a decirle a Demir que se busque a otra mujer, una que siempre sea perfecta. Yo me voy a quedar así como estoy con mi gran talla once.
rinde tan fácil —dice y señala la entrada
lo a los ojos—. No me importa cómo
fue Demir. De una u otra forma me lo recalca todos los días—. La belleza r
a que yo le dé una señal para besarme, pero soy una mujer madura y tengo los pies bien puestos sobre la tierra. Amo a Demir. Sé lo que quiero y no lo voy a besar. Desvío mi rostro hacia su