ones de la parte superior de la edificación que parecía una botella, el techo tenía una forma ovalada, pero no completa, parecía faltarle más de la tercera parte de su forma. Respiré profundo,

gravedad

el aire por poco tiempo y fui bajando lentamente hasta tocar la cama. No estaba tan mal,

de la empleada: “Le recomiendo encar

erizó

s, descansaría y me levantaría por la mañana lista para cualquier cosa, aunque si el cielo me lo per

s ojos y

o se me había disipado, quise asomarme por el ventanal, pero recordé nuevamente lo que había dicho la empleada. No me iba a arriesgar, pero no podía

ía perdido. Debería pedirle el favor a la Reina Hogat el poder encontrarla. Un olor dulce inundó la habitación, era la empleada que había entrado con un jarrón de flores; su perfume me hizo

ado? — le pregu

usual, cuando las

bañé, me vestí y calcé. Me unté una esencia de flores y nos

a ser gobernante lo más pronto

uirla. Inmediatamente me levanté, anduve tras de ella por alrededor de diez minutos, hasta que llegamos a una

seguir a nuestra ama

esta, mientras que yo me encontraba

tarse — Respondí — Los pasos de la reina son grandes

hizo un

la fuente, inclinó su cabez

el oráculo de este castillo, mi nombr

iba a escuchar la razón

profecía de la princesa de metal, y todos sabemos que tu deber es llegar a donde ella se encuentra, pero antes, debes aprende

Le pregunté — no soy valiente, ni tengo ni

ó porque también tienes parte de él, pero la respuesta concreta a tu pregunta la

vió a sumergi

o la reina Hogat —