perar nada de todo lo que había perdido, regresé con solo el deseo de poder ser feliz con
o dejaría, porque realmente la necesitaba. ¿Y cómo podría no odiarla?, si esa casa era la
ños y planes que sacudiría y, con el dolor de mi alma, enviaría a la basura; me estremecí comple
soñó a mi lado con un final feliz, cuando una voz, que creía
hubiese invocado, él apareció frente a mí, haciendo lo que yo siempr
ora no, desde hacía mucho tiempo yo odiaba a
maldita traición, yo había perdido todo lo que tenía en
eguntó Fabián mientras me mira
er que decirle nada más, porque yo no quería hablar co
mente contrariado—, esta
staba sintiendo por su repentina aparición—. Esta es mi casa. Es la compensación q
? —preguntó él y m
do por lo que yo había pasado, él se proclamaba lo que yo más amaba en l
or tu cuenta y me abandonaste a mi suerte. Pero, ¿sabes? Viendo el vaso medio lleno, pe
nado el que una vez fue el hombre de mis s
terminando en volv
me, terminando en respirar profundo para no matarlo en ese preciso instan
ondí detrás de mi cuerpo para que no me atrapara. Fabián me miró dolido y se rind
itir que hablara más, pues yo no quería
e? No entiendo nada, Alicia. Cuando regresé, tú ya no estabas, y tu abuelo dijo que no sabía nada de
n un grito—. Nosotros no no
reír antes de derramar un par de lágrim
grimas que escaparon de mí—. Si me hubieras amado no
n toda mi vida, estaba cargado con más que rabia, tam
pelear sola —dije y mi garganta cedió al llanto, entonces debí garraspar y respirar profundo para poder conc
vo a mí, pero retrocedí, no sabía si para protegerlo de
ar—. Y deja de decirme A
li
a, que no vuelvan por aquí —pedí levantando un pedazo de pizza que, de
on ganas—, tú fuiste quien me dejó, tú eres quien desapareció sin d
iones pídeselas a tus padres. Pregúntales a ellos la razón de que te odie
li
sa, pretendiendo sacarlo de mi vida y de mi estúpido corazón, que ha
o tenía mucho qué limpiar y demasiado dolor que desahogar. Ese
olor pedía. Lloré hasta que me cansé, y entonces me levanté a limpiar esa c