Habían pasado dos días en los que ninguno de los dos se había visto, se habían ocupado en su trabajo y sus actividades diarias. Rafael estaba como loco por dejar todo perfecto, habían tomado el sábado para arreglar la casa del árbol y tener todo en orden para el domingo. Ni Emma estaba tan ansiosa por el picnic, si quería verlo ya, pero Rafael exageraba mucho con los detalles.
- Debo admitir - dijo Emma al ver como había quedado todo - Tu obsesión porque todo quedara perfecto, valió la pena.
- Tiene que estar todo perfecto - la miro - No te imaginas como me pondré el día de tu boda, ese día estaré más loco aún.
- Si puedo imaginarlo - sonrió divertida - Bueno, debo ir a comprar la botana y todo lo demás.
- Vale, mañana paso por ti y dile a tu amado novio que iremos por él - le dio un beso en la mejilla - Nos vemos mañana.
Emma tomo su mochila y se fue a la tienda a comprar todo lo necesario, tomando papas, chicharrones, dulces y una salsa botanera. Pago todo y salió de la tienda. Estaba distraída guardando las bolsas de papas en su mochila que tropezó con alguien.
- Wey, fíjate - se quejó al tirar los dulces al piso.
- Lo siento - se disculpó y comenzó a ayudarle a levantar sus cosas - ¿Emma?
- Nicolas por Dios, lo siento, te estoy insultando de a gratis - los dos rieron.
- La verdad es que yo estaba distraído - le sonrió - ¿Todo esto es para mañana?
- Si - lo miro - Hay más cosas en la mochila ¿y tú? ¿Qué haces aquí?
- Me faltan cosas para las micheladas y vine a comprar las cosas - acaricio sus mejillas - Te extrañe mucho - se acercó y la abrazo, escondiendo su rostro en el hueco de su cuello - Tu cabello huele a rosas - susurro-
- Moje mi cabello con un poco del agua - sonrió inhalando el aroma del perfume de Nicolas.
- Es encantador - dijo separándose de ella - Por cierto - la miro - Mi hermano Daniel vendrá conmigo, le conté de nosotros y dijo que te quiere conocer.
- Pues será un buen picnic, mi mejor amigo y tu hermano, podremos conocernos mejor.
- Exacto - le sonrió - Nena, tengo que irme aún tengo cosas que hacer ¿está bien?
- Si, está bien - se dieron un beso en la mejilla - Nos vemos mañana, pasaremos por ti, yo te avisare.
- Si está bien - le dio un beso en la frente - Adiós Emma.
No pudo evitar mirar hacia atrás y verlo de pie, mirándola con una sonrisa. Le dio adiós una vez más con la mano y siguió caminando y mirando al frente o sino de nuevo se tropezaría con alguien.
Al llegar a casa acomodo todo en otra mochila más grande, sus padres ya sabían que iría con su mejor amigo, lo que no sabía era que él ya había hablado con ellos.
- Vete bien abrigada, quien sabe cómo estará el clima el lunes - dijo su madre al entrar en su habitación.
- ¿De qué hablas mamá? - pregunto un tanto confundida.
- Rafa dijo que irán al nevado de Toluca - la miro - ¿No sabias? Creo que dijo que no te dijera - le sonrió y se fue lentamente.
- ¿De que habla? - susurro y tomo su teléfono. Espero a que Rafael respondiera, pero no lo hizo. Estaba por mandarle un mensaje cuando él le mando uno.
>> No te pongas de fresa, empaca, que después del picnic nos vamos a la casa de mi papá me pidió cuidarla y que mejor que llevando a tu novio ahí. Paso por ti mañana y después por tu novio y ahí le decimos, ponte guapa, te quiero <<
Soltó un fuerte suspiro, cuando Rafael hace esas cosas le dan ganas de querer golpearlo. Pero no negara que el nevado de Toluca, Nicolas y ella, es algo romántico. Le gustaba su idea.
Tenía que empacar cosas abrigadoras y algo con lo que se viera linda. Aunque no quería exagerar mucho. Tenía un serio problema con su ropa, le llevara toda la noche ver que ponerse.
[...]
Emma ya había puesto sus cosas en la cajuela del auto y solo esperaba que Rafael saliera, sabe que está diciéndole a su padre que la traerá de vuelta sana y salva. Siempre era lo mismo cuando salían fuera del pueblo los dos solos, aunque esta vez no estarán del todo solos. Cuando salió, subieron al auto y se despidieron una vez más.
- Bien, dile a Nicolas que pasaremos a su casa.
- A, por cierto, su hermano va a venir, porque me quiere conocer.
- ¿Cuál? ¿El de ojos azules? - sonrió mirándola.
- No te lo quieras fajar - los dos rieron - Espera a tener más confianza.
- Está bien - bufo - Mamá dijo que teníamos que lavar el auto, el precio de que aún me lo preste.
- Está bien, lo lavamos en mi casa cuando regresemos.
Tomo su teléfono para mandarle un mensaje a Nicolas.
>> Hola guapo, ya casi llegamos a tu casa <<
Se sentía muy emocionada de que saldrían juntos, no es como una cita, pero se siente como si fuera una.
Rafael estaciono el auto y vieron a los dos hermanos fuera de la casa con sus respectivas bolsas donde tenían todo para el picnic.
- Ahora abro la cajuela - dijo Rafael bajando del auto.
- Hola nena - sonrió Nicolas dándole un beso en la mejilla.
- Hola - sonrió Emma con un ligero sonrojo en sus mejillas - Oye, hay un pequeño cambio de planes.
- ¿Cambio de planes? - arrugo el ceño.
- Así es - dijo Rafael - Iremos al nevado de Toluca y le pediremos permiso a tus papás de que los dejen venir - sonrió mirándolos.
- Mmm - miro a su hermano - Pues, vamos a ver si nos dejan, sirve que los conocen porque creen que no vamos a hacer nada - sonrió Nicolas.
- Está bien - dijo Emma.
- Por cierto - dijo Nicolas - Emma, Rafa les presento a mi hermano Daniel - lo señalo.
- Mucho gusto - sonrieron los dos.
- Pues vamos adentro - dijo Nicolas tomando ligeramente de la cintura a Emma - No estes nerviosa, te voy a presentar como una amiga - le susurro.
- Me siento más nerviosa de que voy a conocer a tu mamá - susurro.
Nicolas abrió la puerta y entraron los cuatro dirigiéndose a la cocina donde estaban sus padres almorzando, por suerte sus hermanos despertaban más tarde ese día.
- Mamá, papá - dijo Nicolas - Ellos son Rafael y Emma, los chicos con los que iremos al picnic.
- Buenos días - dijeron los dos al unisonó, se miraron con una sonrisa.
- Un gusto conocerlos - dijo su padre - Me alegra que mis hijos tengan amigos aquí - les sonrió.
- Si supiera - susurro Rafael y Emma lo codeo - Claro señor, es un gusto - carraspeo - De hecho, venir a pedirles permiso - miro a Emma y ella negó con la cabeza, no sería ella quien le pidiera permiso a los padres de Nicolas - Después de nuestro picnic queremos ir al nevado de Toluca, nos quedaríamos ahí y volveríamos mañana en la tarde, ya que es puente y todo eso no habrá problema.
- ¿Hasta Toluca? - dijo su madre.
- Si - dijo Rafael y empujo ligeramente a Emma para que hablara.
- Tenemos donde quedarnos haya - dijo Emma nerviosa.
Rafael tuvo que morderse la lengua, quería reírse de nervios y no era el único. Los padres de Nicolas se miraron como si debatieran con sus miradas que hacer. Emma de nervios tomo la mano de Nicolas y la apretó, Nicolas casi se ríe también de nervios.
- Está bien - dijo su madre - Pero quiero que me llamen cualquier cosa.
- Si mamá - dijo Daniel.
- Pues suban y guarden sus cosas - dijo su padre - Ellos estarán bien aquí - le sonrió y los hermanos se fueron - ¿Quieren tomar algo?
- Un café - dijo Rafael, y Emma volvió a codearlo - Ya wey, deja de pegarme - le susurro.
- Pues deja de pedir cosas - susurro y se sentó a su lado.
- ¿Y cómo se conocieron? - dijo su madre mirando solamente a Emma, lo cual la puso más nerviosa.
- En la biblioteca - dijo Emma. Vio como los padres de Nicolas se dieron una fugaz mirada que no comprendido del todo.
- Que interesante - dijo su madre y le dio una taza de café a ambos.
- Gracias - dijeron los dos y volvieron a mirarse. Eso les pasaba cuando estaban nerviosos, comenzaban a decir lo mismo.
- Emma podrías darme tu número, así estaré más segura - dijo su madre.
- Claro - carraspeo y dicto su número - ¿Podrían decirme sus nombres? Así los identificaría mejor.
- Soy Erik - dijo el padre de Nicolas - Y mi esposa Alexandra.
- Mucho gusto - sonrió Emma - Cuando salgamos a Toluca yo les avisare.
- Listo te hice una perdida - dijo Alexandra - Regístrame y así estamos en contacto.
Rafael comenzó a hablar del buen café y de que marca era, lo cual desvió un poco el tema de ella, ya que parecía que solo la miraba a ella. Por suerte no tardaron mucho en bajar, Nicolas y Daniel ya tenían sus mochilas listas. Se despidieron de sus padres y subieron al auto.
- Lamento si mis padres fueron intensos - dijo Nicolas.
- Tu madre me dio su número para tenerte vigilado - dijo Emma divertida - Son buena onda. Aunque sentí que solo me miraban a mí.
- No es tu culpa - dijo Daniel - Nicolas ha estado con la mirada perdida y una sonrisa tonta, suponen que es por una chica y de pronto llegas tú.
- Lo dedujeron - dijo Rafael - Olvídense de eso, todavía no se casan como para preocuparse de los suegros - sonrió divertido.
- Exacto - dijo Daniel - Relájense, además esto es para conocernos y para que ustedes están juntos.
- Y esperen a que lleguemos a Toluca - dijo Rafael - Ambiente romántico, aunque si quieren alocarse, podemos llamar a tu primo y ahí si se arma la fiesta.
- No le digas que vamos a Toluca o se nos pegara como sabandija - susurro Emma.
- No le diré - le sonrió - Llegamos - anuncio Rafael al llegar a la casa del árbol - Bajemos las cosas que ya quiero comer algo.
Bajaron todo lo que trajeron y subieron a la casa donde acomodaron las cosas, Daniel y Rafael se llevaron muy bien que los dos estaban preparando los sándwiches, mientras que Emma ayudaba a Nicolas con las micheladas.
- He de admitirlo - dijo Daniel - Ellos se ven muy felices.
- Si - sonrió Rafael - Hace mucho que no veía a Emma así, me gusta cómo se ven.
- Bueno, pongamos a freír esto - suspiro - ¡Ya tengo sed!
- ¡Las micheladas no se hacen con miradas y sonrisas! - dijo Rafael y los dos rieron.
Nicolas y Emma se rieron nerviosos, apenas habían hecho algo, solo hablaron sobre sus cosas y se habían estado mirando. Emma se encargó de preparar y escarchar los vasos. Nicolas comenzó a contarle sobre como hacia él las micheladas y Emma saco los platos para poner la botana.
Cuando todo estuvo listo, acomodaron los cojines en el piso, pusieron los platos con los sándwiches y Nicolas se acercó a ellos con las micheladas.
- Pues brindemos - dijo Rafael levantando su vaso - Por esta nueva amistad y su amor - Nicolas y Emma se miraron - Que dure mucho tiempo.
- Salud - dijeron los cuatro y chocaron sus vasos.
- Que delicia - dijo Emma al probar la michelada - Me encanta amor.
- Con que a ti te guste, me basta y sobra - le dio un beso en el cabello - Quiero tomar este momento para decir que amo a Emma, sé que el tiempo es poco, pero la amo - tomo su mano - Y claro, como mejor amigo - miro a Rafael - Quiero que nos apoyes, voy totalmente enserio con Emma y sé que eres importante para ella y por eso te lo digo a ti.
Emma miro a su mejor amigo, le importaba mucho su opinión, han estado toda la vida juntos y quiero que diga lo que piensa.
- Nicolas, debes saber que amo a Emma con todo mi corazón - suspiro - Pero hace mucho que no la había visto muy feliz y si tú la haces feliz, no soy quién para oponerme. Estaré a lado suyo apoyándolos siempre.
- Gracias - sonrió Emma y tomo su mano con gentileza.
- Bien mi turno - dijo Daniel - Emma, eres hermosa y haces feliz a mi hermano, por mi quédense juntos toda la vida.
- Gracias hermano - sonrió Nicolas.
- Pues ahora si disfrutemos de esto, que tenemos que salir en tres horas.