? ¿Quién est
placer... Sus ded
y pasional arremete contra mi piel. Sus dedos son más suaves y delicados, ahora me gusta que me toque porque sus toques están llenos de amor y deseo, no hay ma
.
nte esta situación. Yo lo vi succionar la sangre de aquella ave, ahora entiendo su obsesión con ellas, claro, son su alimento. Es como mi obsesión al pastel de banana o el amor de mi madre al capuchino. ¡Dios! ¡Esto
me ha hecho daño entonces? Tenemos como nueve meses compartiendo a solas en su habitación. No, debe haber una explicación lógica
as que encuentro sobre vampiros, donde muchas personas aseguran que existen. Incluso hay
la noche buscando pruebas a tener esas horrendas pesadillas; no solo sueño con Gerald lleno de colmi
sucia y perdida, no sé, la sensación es extraña porque e
tarlo a su habitación. Trato de concentrarme en el colegio, puesto que mis calificaciones han bajado de
acuerdo a las características q
un líquido rojo que supongo lo es, y l
es no aceptó mis arepa
ida y mu
noche y le
cama, a menos que tenga un cuarto especial
idad hi
l cuello y dese
en los espejos
stado frente a uno juntos... Mis manos tiemblan al checar la
.
ias horas de meditación y autoconvencerme, decidí investigar el asunto por mi propia cuenta, es arriesgado, pero debo salir de la duda e
cuando la puerta se abre, debo relaja
. Al parecer le ha afectado mi distanciamiento—. Pasa, cariño. Te he ex
creo que les había dicho que cuando estoy ner
e la puerta, sus ojos amarillos inspeccionándome con incredulidad y sorpresa. Por una parte
a inundado y mira a Gerald con complicidad y ¿amenaza? Mis vellos se erizan al
lido como lo planeado. Gerald se me tira encima y me envuelve con sus brazos, me aprieta fuerte y con necesidad.
y Gerald y yo estamos en silenc
ene dos copas de aquel líquido que tanto he extrañado. Hasta me había comprado uno,
ella contra la pared. Tanto su madre como yo estamos aterrorizadas con su repentino comportamiento. Gerald le arranca la bandeja
. Su madre llora desconsolada por lo que su padre entra a la habitación. Mi cuerpo tiemb
. ¡Edward, suéltalo, por favor! Ed
lta. Corro hacia él por instinto y examino su c
e la habitación, bajamos las escaleras a
adas como has hecho hasta ahora, sé que trataré de buscarte cuando te extrañe tanto que no lo pued
rdad, eres... —No puedo evita
Sus ojos brillan como querien
as de golpearlo—. Ester, mi situación es peor que eso, te contaré tod
piel es cálida..., espera, se supone que l
n tu patio —digo bajito como buscando
s palomas, vi cómo fue atacada por un gato desde mi ventana. Salí para ayudarla, pero ya est
Qué chico en su sano juicio pone
abas bebiendo sangre, además pusi
de morir, beber ese jugo me relaja porque me hace sentir cerca de ella. Mi abuela me dio amor y aceptó mi condició
era invocado, los señores Van Ewen
palda. Alcanzo a escuchar murmullos y gritos, entonces corro asustada y me dirijo a mi hogar. Entro a mi hab
.
á cerrada. Por lo menos escucho su música en la noche y solo así puedo dormir. Su melodía es triste, como si pidiera auxilio. Hay noches que siento qu
sidad. Dentro de dos meses seré mayor de edad y quiero trabajar mientras estudio para tener experiencia laboral, nunca se sabe cuándo puedas necesitar esos extras e
dres se preocupen por mí, pero no puedo evitar sentirme deprimida. Despu
mis padres conversar sobre mi futuro. Busco comida y regreso a mi habitación.
no de lavar los trastes recibo una llamada. Corro con desesper