conmigo? -le consulta Erick a

ejabas a la mamá mucho tiempo sola por irt

ué dice

dos, todos tus desaires mataron a mamá, ella te amaba más que

ijo, yo amaba a tu m

que yo no te vi c

ue ver Helen

rque ella es tu

nfiel a tu mamá. Ni siquiera tu mamá me hacía

e ella sentía no eran celos, los celos son imagina

s lo que

poco a poco, la hundiste, ¡tú debis

detenido por Juan Ignacio, que había escuchado toda

pegas, Erick -sent

su hijo-. Nunca en la vida te he puesto una mano encima, no

a -señala Ju

u cuñado, sino a lo que siempre tuvo certeza, el día q

itorio que compartió con su mu

ba a abajo, parece perdido en sus pensami

e siente

dera madre, tío? -p

sorprende

ue no quedaba solo, que

do -responde con sinceridad el produc

la embarazada. Sí, al final de su embarazo, o casi al final, porque es

¿por qué me

a, tal vez es

lo c

embarazada de ti. De todos modos, a qu

que se

ntar. Ella estuvo aquí con tu m

cocina, donde la abuela está senta

or qué discutí

iero pregun

ño, pregunte

r de mi verd

la taza en el platillo, de otro mod

n te d

ma

qué hablas -mi

esto? ¿Por qué mi hermana

no sé a quién pudo habérsele

ta y deja la taza

ma a su madre del brazo

n Ign

da, ¿por qué Guido dice ahor

a, ¿por qué dudas que lo sea? ¿Acaso cambiaron

mien

verd

tir de una ve

es, Juan Ig

má, parar

s mom

ue es el mom

guntaron

nde Guido

errogarlo, mal que mal, é

no es mi madre, mi padr

lusión que eso le hacía. Ahora, si no lo fueran, si no fueran tus padres biológicos, y no digo que n

n o no

en debe darte

también lo entiende así. Con la decepción y frustración pintadas en la cara, corre es

ra? -inquiere, ca

s mi verdadera madre

Qu

onto, tú estabas allí c

so, yo te dije que habl

no soy tu hijo, quiero saber quiénes son mi

ó -admite a su

oy adoptado -m

hijo le había sonsacad

mamá no podía tener hijos y acogimos a esta chica que quería tener a su hijo, no lo quería abortar, pero n

e dijo que e

able. Rebeca era muy vulnerable y se hubiera sentido

le dij

ué una carta donde decía que no se sentía capaz de criarte, que cuidáramos de ti como

sabía el tío

te el padre de

mintiendo? -El cuñado entr

Qu

azada, ella siempre supo

erdió, en ese momento supimos

ué nunca

as aquí, ¿qué r

nte, pero siempre estuve al pendiente de ellos

ería que te

ien

que supieras lo de su aborto ni de que Guido no era su hijo. Ella te dej