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Historia

Capítulo 3 Una declaración de amor

Palabras:2359    |    Actualizado en: 16/06/2022

lientes gracias a la falta de personal. «No entiendo por qué las dependientas siempre firman su renuncia, si soy un encanto». Caminó hac

ra tengo un palo metido en el tra

e referirá el marica?». Se detuvo a escuchar,

adumbrada—. Espero que esté satisfecha con m

omo trabajas. —Elián sujetó una prenda admirando los detalles—. ¡

eo que coloqué la manga de una camisa en donde iba la pie

ura de que no eres herma

en el piso avisando que estaba allí y pr

artizando a alguien. —Elián se llevó ambas manos al pecho colocán

¡Jamás! Yo mataría a cualquiera que se atr

e rio. —Apretó los labios en un

el hombretón de esta mañana?

reguntaron al uníso

servarlos, intentando quedar al

hormonas masculinas. Me llegaron sus ferom

a búscate un novio que cada día tienes peor gu

o te metas, tú sí que no sabes de lo que

de una película de

todo —Remedios interru

de desprecio, esa mujer tenía algo

el césped de un parque pensaría que eres los

s que… no sabe arreglarse, pero un día le voy ha

ara quitar la primera capa de piel inservible, porque

eza con vergüenza

da día, no hace falta

mentarios, al ver que no le seguían la corriente mostró un gesto de indiferencia—. Pero

a de esconder bajo los pantalones la de uno. —Elián alzó la

a, no acostumbro a recordar los nombres de personas que no quier

superficial; amo los hombres

—se animó a

e cuando te agarran te destrozan. —Vio asomar a su rostro una sonrisa perversa—. Si fuera

tó la mujer p

ojos hechos bolas. Pobrecita, ésta

bres, pero si alguna vez decides hacerte un cambio de s

, lo tendr

uda —murmuró

gritaron El

ados son! Pensaba en voz alta

lagro que

a! —lo

rgul

ero aquí a las nueve de la mañana, eres una inútil en el área de producci

e atrás —informó ese

a ve un cliente. —Observó a sus tres acompañantes hacer el intento de volver a gritarle, pero continuó sin dejarlos hablar—. Tú, proyecto de mu

minar con el contoneo exagerado

err

sonrisa. Le encantaba ser una maldita, lo disfrutaba.

**

vas a dar? Envía e

spués de poner en orden los pendientes de la empresa, Cristia

ar al correo de su tienda. Qu

sgo, no es que te vaya a ver la

—Negó con i

enda mujer. No obstante, piensa que eres un hombre exi

igo dijo algo coherente. Es cierto, él es mi im

zón —contestó, sin

o creer. ¡Te amo! —Cristian sujetó su cabeza entre las manos y la pegó a su firme pecho—. ¡Cuéntamelo! ¿Qué será esta vez? ¿Cuántos m

eva aplicación que estoy seguro dará muchos beneficios. «Eso,

n voz femenina—. Eres el único hombre al que puedo amar, tendremo

o. —Lo observó de arriba

r, asió el ratón en s

r a usar tu herramienta, ¡felicidades! Estoy tan orgulloso de

una palmada en la espald

ías que escribiste, se reirá tanto que no le quedará otro remedio que cae

! ¡¿Qué hice?! Tengo que en

**

lla dejándose caer sobre la pared mientras dejaba escapar un suspiro de cansancio. Con un par de movimientos apartó los tacones y caminó descalza al interior bajando la cremallera del entallado vestido. Lo dejó caer al suelo con delicadeza, y se acercó a la cocina que se encontraba bien ordenada gracias

e preferida del día—, la hacía sentirse sola. Amaba cada rincón de su departamento que se encontraba bien situado en el

aire nocturno. «Estas vistas es lo más cercano al cielo y nunca nadie disfrutó de ellas conmigo». A pesar de ser

tan solo observando la vista. «¿Qué falla conmigo? Estoy rodeada de hombres que me quieren conquistar, pero jamás ninguno me dijo te amo. Soy guapa, simpáti

e tenía alguien tras ella que levantaba el caos. Se adentró en la habitación y se acostó sobre la cama Kingsize, observó la delicada decoración minimalista con los muebles color ch

ento relajante, salió de la bañera y con rapidez se colocó el

! —profiri

e su amigo la hizo a

é quiere

móvil, sabes que me sale más c

caño, me estaba dando

tuve muy entretenido charlando con la Reme, mira que e

hablarme de la fea? Se me va

s! Vas a morir sola, nad

nas noches, enviaré por fax los pedidos pa

aldición. Aquellas palabras doli

Momentos después accedió al email de la empresa, miró uno a uno los correos recibidos, mientras hacía una

a—. OnixBra, me suena el nombre de la empres

ón comenzó a tornarse sorpr

os. Debes ser una diosa caída del cielo que llegaste a este mundo a llenarlo con tu magnificencia. Perderme en el azul de tus ojos me calma y me da paz, es como si lo único que pudieran transmitir fuera bondad y alegría. Quisiera enredar mis manos en cada hebra

nimo mientras tú

vacío. Aquello era lo más cursi que jamás le habían escrito,

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Contenido

Capítulo 1 Una perra muy ladradora Capítulo 2 Un ángel Capítulo 3 Una declaración de amor Capítulo 4 Odio mi pasado Capítulo 5 Un número Capítulo 6 La llamada Capítulo 7 Cuenta conmigo Capítulo 8 El pasado no se puede ocultar Capítulo 9 Cuida de mí Capítulo 10 Es él Capítulo 11 Aunque sea fea
Capítulo 12 Contratado
Capítulo 13 Extrañándote
Capítulo 14 Seré todo lo que necesites
Capítulo 15 Te odio Remedios
Capítulo 16 La bomba de tiempo
Capítulo 17 Celos
Capítulo 18 Ahogar las penas
Capítulo 19 Me ve como un amigo
Capítulo 20 Mala conciencia
Capítulo 21 Atrapada en la soledad
Capítulo 22 No soporto extrañarla así
Capítulo 23 Arreglando pendientes
Capítulo 24 Una cita inesperada
Capítulo 25 La verdad sale a la luz
Capítulo 26 Dos destinos entrelazados
Capítulo 27 Esto no me puede estar pasando
Capítulo 28 Sin rumbo
Capítulo 29 Enamórate de nuevo
Capítulo 30 Lo haremos juntos
Capítulo 31 Ya nunca lo sabrá
Capítulo 32 Lo más difícil es decir adiós
Capítulo 33 Estoy loco
Capítulo 34 ¿Es que no me ves
Capítulo 35 Alcohol y amor no son buenas mezclas
Capítulo 36 Es hora de afrontar la vida
Capítulo 37 Mamá estoy de vuelta
Capítulo 38 Nuevo trabajo
Capítulo 39 Felicidad agridulce
Capítulo 40 El plan de Elián
Capítulo 41 El ritual
Capítulo 42 Una boda y sentimientos encontrados
Capítulo 43 Todo tiene su fin
Capítulo 44 Epílogo: primera parte
Capítulo 45 Epílogo: segunda parte
Capítulo 46 Extra
Capítulo 47 Hay amores que marcan
Capítulo 48 Una noche fuera de lo corriente
Capítulo 49 Decisiones sin retorno
Capítulo 50 El amor duele
Capítulo 51 Deseo lo que tiene él
Capítulo 52 ¿Desayunas conmigo
Capítulo 53 No me atrae, es el embarazo
Capítulo 54 Un falso regreso
Capítulo 55 La música amansa a las fieras
Capítulo 56 Si soy tu negrito deja que te dé mi negrote
Capítulo 57 Reencuentros fatídicos
Capítulo 58 De vuelta a la realidad
Capítulo 59 Ella es mi novia
Capítulo 60 Atracción
Capítulo 61 Momentos de locura
Capítulo 62 Madame blavatsky
Capítulo 63 Maldiciones
Capítulo 64 Confesiones
Capítulo 65 Voy a ser padre
Capítulo 66 Un garbancito
Capítulo 67 ¿Quién es el padre
Capítulo 68 Un trato no hecho
Capítulo 69 Amenazas
Capítulo 70 Lo amo
Capítulo 71 Hasta que solo grites mi nombre
Capítulo 72 Dejarla ir
Capítulo 73 Una nueva vida junto a Elián
Capítulo 74 Es un súcubo demoníaco
Capítulo 75 Los absurdos planes de Elián
Capítulo 76 Consecuencias
Capítulo 77 ¡Ay, la que he liado!
Capítulo 78 Toda la verdad
Capítulo 79 Decisión tomada
Capítulo 80 Se fue sin decir adiós
Capítulo 81 Los miedos quedaron atrás
Capítulo 82 Epílogo Final
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