era frío. Desde la ventana de la cocina, Angelina podía ver como Michael

r que hacen los caballeros! Hay mucho t

amá, solame

ra ti, sé que te gustara mucho; ahora ven a ayudarme, no quiero que Dimitri te vuelva a llamar la atención —. Angelina

, hoy lo harán en el salón de música. Coloque también dos platos extras, Lady Jazmines y el pr

—dijo Clara, tratando de alejar lo más posi

rá su hija quien ayude a Martina, así no se

as de lanzarle el café encima al hombre. La mano de su hija tocándola logr

—Clara tomó una bocanada de aire, y

los nuevos trabajadores! –agregó Dimitr

taré con ella –le asegu

—pidió ella, ayudando a

bre de que Angelina acompañara a Martina. Luego de que las dos figuras se perdieran a través de la puerta, Marie le extendió una bandeja con las meriend

io sonrío y comenzó a servir, cuando tocó el turno de extenderle la taza a Branimir, el hombre pudo

osos, pero no vio en su rostro mucha semejanza a su hijo. El nuevo domador de caballos no le parecía ser un hombre que venía de la pobreza como él le había contado a Gusta

nada im

—insistió —, temo

mi hija de esos niños, siempre sucede algo que los coloca

es algo que será inevitable. Tendrá que aprender a li

ija; por desgracia mi esposo murió, y ella es todo lo que tengo, y yo soy todo lo que tiene ella —

do ver que usted lo está haciendo muy bien, ahora dígame señora Cl

s personas pobres como yo son un luj

plasmados grandes esperanzas,

ía de esto s

o está tan lejos –sonrío —. Pe

ien –di

? —Aquella pregunta

mu

us

y p

e venga más tarde, cu

ué, seño

enseñarle a leer, y ust

aría eso po

bién para Michael, darle lo mejor que puedo —la respuesta de Branimir logró que Clara se conmovier

ios crecían, no quería ver nuevamente a Alyssa

rar las notas del piano se hicieron sentir más profundas, la melodía hermosa que se sentía en los pasillos comenzó a sonar desafinada, Angelina giró y vio a la hermosa joven malvada sentada al lado de su profesor de piano, que

se quejó

e! —le dijo

que lo despida! ¡Cómo

nte la

y bendijo a aquel profesor en silencio, Caden, que se encontraba oculto l

ca —Angelina hizo un esfuerzo enorme para controlar su risa, Alyss

dy Greenwood! —se

manera, así que te ordeno que te sientes —le reprendió su abuela mientras la

la —dijo

ia con su presencia! —otra vez Angelina hizo ademanes de irse, parec

no tiene la culpa de tus fallas —le dijo Lady Jazmines con la educación que la caracterizaba. Angelina

yo! —la arrogancia

lo –Vamos, ven, no muerdo —Angelina vio a Martina que terminaba de co

os años

o en un hi

amos para referirnos a los demás dicen mucho más de uno mismo que de la persona que estamos señalando, ¿comprendes lo que digo jovencita? — la niña hizo un gesto de negativa, Lady Jazmines sonrío —. Lo que trato de decirte, es que aquellos que te critican y te lastiman desean ver

a la calmo dándole una bofetada, tod

o se burlaba, ahora se sumía en el silencio, no ent

Alyssa, mientras salía empujando a Ange

—. Martina junto a Angelina recogieron el desastre que ocasiono Alyssa, entretanto, de la cabeza de Angelina no salía la preocupación y

lo sucedido, Clara al oír el relato

ady Jazmines, esa niña necesitaba

a molestar en cuanto

n a Lady Jazmines, ella

i que entró en la cocina sosteniendo una c

palabras de Lady Jazmines, aquella dama elegante le había dicho que Alyssa le tenía envidi

te si

á —dijo s

de un baúl que tenía escondido sacó un hermoso vestido azul turquesa. Clara extendió el vestido sobre la cama,

haya visto en mi vida! –expresó

hermoso

dad no sea solamente por cosas materiales, porque esa felicidad no

en verdad era hermoso. La joven al contemplarse en el espejo no pudo dejar de sorprenderse, aquel vestido la hacía parecer otra, entonces giró y giró en su propio eje, imaginando que bailaba en un gran salón, así como una vez vio a a

estás

Mamá ¿

orar nuestra lectura, sabes que a duras penas sabemo

nda, unos de los sueños de A

faltan dos semanas y he pedido ese día libre para celeb

la cocina para poder sacar tiempo y no tener problemas con los dueños, ya cerca podían contemplar las l

a propuesta? –le pregu

gar —. La cabaña estaba cálida por el fuego que ardía en la chimenea, Clara quedó sorprendida por como Branimir y

las damas? —inq

bros acomodados en líneas perfectas, entonces comprobó una vez más que Branimir no era un pueblerino cualquie

en la reforzaremos — comenzó Branimir sin perder el tiempo, Angelina al ig

ueña reunión. Ya había pasado un rato largo

un rato —le d

—. De haber sabido que venían visitas, fuera estado aquí

an los colores al rostro, aunque Michael vestía ropajes humildes, c

se irán de aquí sin yo haberles asi

ra, solo le pido algo: no le diga a

rma en que Branimir se había referido a su madre —, sin embargo;

o por

es no son por naturaleza inferior al hombre, sino que parecen serlo porque no reciben la misma educación. Los hombres y mujeres deberían ser tratados como iguales, e imaginar un orden soci

habla tan bonito, no parece ser u

hombre se levantó y se dirigió a la e

a, se sentía a gusto en compañía de aquel hombre. Angelina notó e

n tan plácidamente. Un libro de color azul, al igual que su vestido, capto su atención, alzó la mano para tocarlo, era de una cubierta fina de terciopelo muy hermoso, se veía costoso.

Michael que se acercó de repente

herm

i madre —le acl

leer para entender qu

ginas mientras aprend

el chico tomó el libro y le pidió a A

“La bruja Alice y la

brujas? —dijo Angelina sorprendi

gelina, y lo que importa es

recuerdes que las palabras son ecos lejanos que no muestran verdades a medias; la verdad radica en las acciones y las enseñanzas de la vida, esas son las que nos muestran los caminos. Contempla siempre más allá de las palabras, y usa ese hermoso don que Dios te dio con sabidur

formándosele en la garganta, acompañado de un

dir y conmover a quien la oyera; sus gestos y ademanes cautiv

reguntó Angelina, asumi

otó como la mirada de Michael se

ció —Michael giró a verla y le sonrío, en acto seguido paso la página del libro y comenzó a leer: —Hace mucho

ron su espíritu de esperanza, sustituyéndolo por dos sentimientos malignos: ira y envidia. Con el paso del tiempo Alic

a el punto del desmayo, un día sus conjuros fueron escuchados y las voces malignas que despertó tomaron posesión de ella. Los espíritus malignos que entraron en su interior la ordenaron a enterrar frascos; cada uno iba contenido con muestras de su cuerpo, partes que habían sido marcadas con cada sentimien

que los pobladores pidieran su destierro, el sacerdote junto a la comunidad unieron fuerzas para desterrarla, la lucha fue intensa y con suerte el pueblo logró sacarla junto con sus hijos, pero antes de irse Alice lanzó una maldición: —¡Me iré de este pueblo maldito, pero sobre ustedes nunca más brillara el sol, y sin su luz la

la muchacha y dejó de contar la historia, luego de una pausa el extraño fenómeno de los ojos del muchacho reapareció; Angeli

los? —inquirió Mi

bio de color, se ha

sorprendas… mis padres solían explicarme que es

que luce hermoso! —Angelina dejo sali

ecía que era un don, pero que tratara de disimularl

n d

tado comprobando qu

qué lo

cuente algún d

una p

una promesa y soy

catorce —le r

uiño el ojo logrado que

ya es tarde y mañana hay qu

rnos otro rato? Mich

también deben descans

la historia cuando quieras —la propuesta logró pint